8: Celos

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Subí las escaleras que daban a mi salón rápidamente, Ashley estaba en su lugar, ni si quiera notó que yo estaba ahí, simplemente miraba a una de sus amigas sin inmutarse si quiera, pero yo la miré todo el tiempo que me tomó llegar hasta mi asiento. Por un momento todo se movía despacio, su rostro irradiaba un aura de felicidad.

Por la tarde apareció Charlie, no había estado en ninguna clase de la mañana y no quería saber su relato sobre donde la había pasado, porque cada que se perdía por un tiempo prolongado todas sus experiencias tenían que ver con un motel cerca de la carretera.

Yo estaba sentado con Liz en la parte de atrás del aula, en frente estaban algunos árboles protegidos por un barandal, pero nos gustaba venir aquí con ella para hablar sobre cosas más profundas como la vida, o el amor, puesto que fue aquí donde definimos que era "El amor de tu vida" y varios otros conceptos como la necesidad y los celos. Tenía los brazos recostados sobre el barandal el cual no era tan alto.

-Tengo una pregunta ¿Por qué si eres una chica, que te impide tener más amigas de tu sexo? No es que no quiera que hables con migo, solo que me da curiosidad, porque, las chicas tradicionales, pues están rodeadas de eso, más chicas tradicionales.

-Tuve muchas amigas, pero me gusta tener un mejor amigo porque nunca te vas a acostar con mi novio, ni tampoco vas a tratar de robarlo -Me dijo riendo al final

-Eso me hizo sentir, como si me estuvieras utilizando

-¡Ah! Y se me olvidaba, nunca estarás en tus días y de esta manera solo tú tendrás que soportarme a mí, y yo nunca a ti.

-Entonces ¿me estás diciendo, que nada más eres mi mejor amiga para ahorrarte problemas?

-¡Exacto, Genio! Ya estas entendiendo.

-¿Quién entiende a las mujeres?-Dije negando con la cabeza

-Basado en que tu mejor amiga es una chica, deberías entendernos mejor

-¿Cómo podría? Ni Aristóteles, con la genialidad de Stephen Hawking pudieron descifrar algo tan infinito como ustedes. ¿Cómo lo iba a hacer un pobre diablo como yo?

-No somos tan complicadas como todos piensan, solo es que nunca tenemos un punto extremista, sino que siempre nos mantenemos en medio

-Lo siento pero mi cerebro de hombre no me deja procesar algo como eso -Le dije

-Imagina una balanza, tiene dos soportes para peso - Dijo simulando la balanza con las dos manos - Entonces, nosotras nunca estamos en el soporte derecho, ni tampoco en el soporte izquierdo, sino que casi siempre estamos en medio.

-Espera, ¿eso es con todo?-Pregunté

-Bueno, no lo aplico para todo, pero si en la mayoría de decisiones por tomar.

-Ya llegó por quien lloraban -Grito Charlie tras de nosotros -A que no adivinan donde estuve hoy.

-Aunque no queramos saberlo nos lo dirás -Le dije mirando a Liz

-Fui con una nueva chica a un lugar <<Supermagico>>

-¿Entonces si hay una chica que no pueda verte ni escucharte? - Preguntó Liz

Charlie solo le lanzó una mirada fulminante

-Fui con Jennifer

-¿Ms. Exclusiva? -Pregunté

-Ella misma, creo que lo nuestro va para largo, mientras estábamos juntos en el lugar <<Supermagico>> me dijo que me amaba

-¿Dónde es ese lugar "Supermagico"? -Dijo Liz haciendo las comillas con las manos

-Así se llama el motel. <<Motel Supermagico>> -Respondió Charlie haciendo una especie de arcoíris con las manos

-Cinco dólares a que terminan la próxima semana -Me dijo Liz susurrando a mi lado derecho

-Que sean diez - Respondí susurrando también

-Trato hecho -Dijo Liz sin llamar tanto la atención

Estaba mirando el reloj en la última clase con Stephen King, mientras él explicaba algo sobre aminoácidos, giré mi cabeza hacia Ashley, solo miraba a la ventana sin ninguna expresión en particular, Las expresiones faciales no eran lo suyo. Traté de imaginar que era lo que estaba pensando en ese instante, seguramente algo como "! Demonios! que novio tan idiota tengo" o "No hay nada interesante afuera, quizá hoy llueva" Pero no me malinterpretes, casi todos hacían lo que ella estaba haciendo puesto que esta era la clase más aburrida que tenía.

La campana sonó, tomé mis cosas y caminé hacia el redondel que está cerca de nuestro salón, ya no había casi nadie, solo algunos en las mesas de la cafetería, y el personal del instituto. Unas escaleras abajo, estaba sentada Angie con su uniforme y su mochila de color rosa, Liz iba a mi lado. Me miró fijamente mientras caminaba hacia la puerta principal del instituto, me giré para mirarla también. Por un instante sentí que caía por un agujero infinitamente hacia otro mundo, como si todo estuviera paralizado, las hojas caían más despacio, el ambiente hacia una sinfonía con sus ojos, y la luz le hacía ver aún más hermosa.

-¿Quién es ella? - Preguntó Liz

-Angie, la conocí en la enfermería, me atendió, y hablamos un poco - Respondí

-Y ¿Te gusta?

-¡Claro que no! Pero ¿Qué dices? Es absurdo -Dije resoplando al final

-Pues, a ella me parece que le gustas

-¿¡De verdad lo crees!? - Dije un poco entusiasmado

-Entonces ¡Si te gusta, picarón! -Dijo Liz señalándome

-¡Que no! Además si me gustara, y no estoy admitiendo nada, no estoy tan seguro de gustarle

-Pude verlo en la forma en la que te mira, y puedo decir que en un 80% de seguridad que si le gustas. Hasta mañana ¡Genio! -Me grito Liz, porque ya había cruzado hacia la derecha

-Hasta mañana - Dije extendiendo mi mano, para despedirme

Me gusta Angie, pero es muy probable que yo no a ella, además no quiero arriesgarme a que diga lo mismo que Ashley.

Las 7 Reglas De La CárcelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora