13: Libertad

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Mis ojos se abrieron, estaba en mi cama, el techo se veía de cierta manera más cerca, no sé porque, quizá era porque el mundo parecía más pequeño, mi universo había desaparecido. Al reincorporarme en el borde de mi cama, recordé lo sucedido el día anterior, creo que dormir era la mejor solución, porque solo entonces no sentía este profundo vacío.

Caminé muy despacio hacia la ducha, me sostuve por un momento en la puerta y entré. Abrí la llave para que el agua cayera sobre mí, pero en verdad deseaba que el agua entrara dentro de mi pecho, para refrescar la presión incontrolable que tenía dentro. Las gotas caían lentamente, miraba solamente al piso, recordaba a Ashley, solo su nombre me causaba dolor. Ese día el sol salió pero a mí me parecía que todo se estaba derrumbando, que todo esto no tenía sentido, sus promesa la traía clavada en mi mente, recordándome lo miserable que me sentía, todo esto es tan estúpido, pensé.

Habíamos pasado un mes juntos, aunque yo la amaba desde hace años. Para ella yo solo era un escalón más, y un pasatiempo mientras las cosas se arreglaban con él. No lo entiendo ¿Qué es lo que hay de malo en mí?

Me recosté cerca de la puerta de nuestro salón, Liz hizo lo mismo de mi lado izquierdo, no sabía cómo contarle que el "Amor de mi vida" me acababa de utilizar.

-¿Recuerdas, aquella vez en la que hablamos sobre el "Amor de tu vida"? -Pregunté

-Perfectamente -Respondió mirando al frente

-Pues creo que el "Amor de mi vida" me tomó, me exprimió y me tiró a la basura

-Ni lo digas, me siento igual -Dijo

-Y tu ¿Por qué? -Pregunté

-Las cosas con John no van muy bien

-Umm... Entiendo, es probable que te necesite cerca -Le dije girando mi cabeza

-Yo también creo que te necesito cerca -Respondió bajando la mirada

-Solo prométeme algo -Le dije

-Dime

-Que no lloraremos

-Prometido -Dijo

La campana sonó tenía la materia especializada en mi carrera. Margaret entró saludando y se sentó atrás del escritorio designado para los profesores pidió que entregáramos algunos proyectos que había dejado días antes. Cuando llegó mi turno, me levanté y solo deposité mi informe sobre los otros que tenía apilados a su derecha

-Michael -Dijo Margaret- ¿Podría quedarse después de esta clase?

-Ah... Por supuesto -Respondí

No sabía que iba a decirme, espero que no tenga relación con mis notas, ni con Ashley.

Liz levantó la mano con cuidado y dejó una nota encima la mesa de mi lugar

// Liz: Siento que estoy a punto de explotar

Yo: Si explotamos los dos, vamos a arrasar con todos aquí

Liz: Ahora mismo no me importa el mundo, ni sus habitantes

Yo: Talvez la tierra estaría mejor sin personas

Liz: No, la tierra estaría mejor, si ellos no existieran. //

Margaret comenzó a hacer una dinámica sobre pies levantados y manos arriba. Siempre me había gustado sus actividades de esta naturaleza, me ponían alerta y activado, pero este día aunque el sol me estaba dando en la cara, sentía que estaba nublado.

La clase terminó y me acerqué al escritorio, Margaret me pidió que me sentara en una silla que estaba cerca

-Michael, dígame que le está pasando, es decir; sus notas han tenido una baja de susto

-Supongo que el estrés de la carrera y algunas cosas que han pasado no me dejan pensar con claridad

-Si quiere, yo le puedo escuchar -Dijo

Y fue en esta ocasión cuando hablé con Margaret de una manera más abierta y conocí un lado que no había mostrado a todos. Entonces agregó

-A veces lo mejor es sacar lo que llevamos dentro antes de que nos asesine a nosotros mismos.

-Hay una chica, que me gustaba mucho desde hace un tiempo

-¿Cuánto tiempo? - Preguntó

-Cinco años, para ser exactos

-Y ¿Por qué no le había comentado antes que ella era de su agrado?

-No lo sé, solo es que, ella me parece muy linda y en ese entonces yo no encajaba en su círculo de amigos, porque siempre se juntaba con personas que a mi parecer eran populares -Respondí

-Pero, eso nada más es un estigma social. ¿Qué sucedió después? - Preguntó

-Ella me llamó y nos juntamos para tomar algo, técnicamente y con mucha sutileza me pidió que estuviéramos juntos. Al pasar de los días, ella se hizo bastante distante, no sabría decirle cuando sucedió exactamente porque desde el principio fue bastante reservada conmigo

-Pero ¿Cómo fue los días posteriores al inicio de la relación?

-Se alejaba mucho de mí, casi nunca nos juntábamos para hacer algo que no fueran tareas o alguna actividad relacionada con el instituto. No sé cómo no me pude dar cuenta antes, todo esto es tonto, fue un error desde el principio

-Los errores tienen una cualidad especial sobre la especia humana, y es que todo somos prototipos diseñados por un ser supremo, considérelo un envase, nadie tiene conocimiento cuando se nace, nadie tiene experiencia en nada cuando, pero tienen un papel importante en todos estos envases, porque son sus errores, nadie más los ha cometido, y eso es lo que le diferencia de los demás.

Asentí con la cabeza, y le agradecí, caminé hacia el umbral de la puerta del salón, fuera estaba Liz de pie junto al muro, Victoria estaba con ella.

-¿Qué demonios les pasa a ustedes dos? se les ve demasiado decaídos - Preguntó Victoria

Miré a Liz, ella levantó la vista con los parpados a la mitad de los ojos, pude ver que en ellos había mucho dolor, tenía los ojos que yo me había observado esta mañana frente al espejo.

Tomé del brazo a Liz y nos dirigimos hacia la parte de atrás de nuestro salón, solo habían dos razones para venir aquí, la primera era porque teníamos algo importante que contarnos y no queríamos que nadie nos escuchara, la otra era para que nadie nos viera llorar.

Al llegar, no dijimos nada, ella solo me miró y apuño un poco los labios, sus ojos se llenaron de agua junto con los míos, me recosté en su hombro, y lo solté, mis lágrimas caían desesperadamente, las suyas empezaron a salir también.

-Los hombres no lloran -Dijo a un lado de mi oreja

-Cállate -Dije moqueando

No podía parar, es decir; mi alma todavía no se había vaciado del todo. Mi abuela me dijo una vez, que cuando las personas lloran en realidad no están soltando lágrimas, sino que diminutas piezas de su corazón que nunca volverán a su lugar original, sin embargo nacerán partes nuevas para que continúes amando como la primera vez.

-John regresó con su ex -Dijo Liz limpiándose algunas lágrimas

-Ashley hizo lo mismo -Respondí

-Ahora entiendo

-Siento que este vacío no se acabará aquí

-Yo también

-¿Estarás aquí?- Dije

-A tu lado siempre, como hermanos - Dijo extendiendo el dedo meñique

-¡Hermanos! -Dije con entusiasmo

Nos abrazamos, presioné con algo de fuerza mis brazos. Sentía como algunas piezas dentro de mí, volvían a su lugar.

Las 7 Reglas De La CárcelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora