20: Jugando con fuego

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Las vacaciones de fin de año se iban acercando, siempre he pensado que estas fechas son las peores del año, y no es porque sea alguien que piensa robarse los regalos de navidad y salir corriendo para venderlos en ebay, sino que en estas fechas me siento más vacío de lo normal.
Liz se sentó frente a mí en su lugar.

-¡Alguien máteme! -Dijo con la boca apuntando al techo

-No me tientes -La miré

-Cállate Michael, tú ya hiciste toda la tarea, a mí me falta todo el portafolio del libro entero

Hace unos meses Margaret nos había puesto una tarea sobre hacer un análisis completo de un libro, al principio me alegré porque escuche la palabra "Libro" sin embargo era uno judicial, exactamente todas las regulaciones del trabajo.

-Tú sabes lo difícil que es hacer el análisis de un libro que no quieres leer, y aparte tener que escribirlo a mano -Le dije

-Sí -Alargo la sílaba- pero préstamelo y te devolveré tu libro de la filosofía novelada

Extendí mi folder

-¡Ah! Pero quiero tu separador de colores intercambiables

-No, eso nunca es el único que tengo

-Bueno, ¿lo quieres o no? -Tiré del folder hacía mí

-Está bien -Lo tomó de golpe

Ashley me estaba mirando fijamente desde su lugar, así había sido durante los últimos días, y cuando me giraba para mirarla también ella transfería su mirada hacía el pizarrón.

Salí fuera del salón por un momento, Frank se acercó por detrás e hizo una llave inmovilizando mis manos

-¡Tigre! -Casi gritó- Sé que no te sueltas de esta

Me resbale por en medio de sus brazos y me solté

-Ya estás aprendiendo, tigre - Señalo con el dedo índice

-Creo que te estoy conociendo Frank

-Haces bien, la mayoría no se libraría tan fácil

-Pues, la mayoría no ha estado contigo en el club de gimnasia viendo como se lo haces a cualquiera que pase en frente de ti

Julieth, una de las amigas de Ashley pasó frente a nosotros Frank la miró totalmente idiotizado, casi podía ver como se le salía la saliva por el lado derecho de la boca, sin mencionar que le estaba hablando mientras él babeaba.

-Judith es muy hermosa -Susurró

-Retiro lo dicho, no te conozco Frank, además es Julieth

-¿Qué hago para conquistarla? - Ignoró mi comentario

-Comienza por ignorarme y te volverás estúpido -Traté de comprobar que estaba distraído

-Realmente quiero besarla -Decía sumergido en sus propios pensamientos

-Puedes no sé, escribirle una carta diciendo que te tirarás de un puente si no está contigo, eso siempre funciona - Traté de hacerme el conocedor del amor

-Lo haré ahora mismo, vuelvo en unos minutos -Caminó dentro del salón

Es la primera vez que le escuchaba decir algo así, siempre les llamaba de una forma más vulgar, o definitivamente decía que quería acostarse con ellas en el peor de todos los sentidos. Pero en esta ocasión, parecía que de verdad tenia especial interés en Julieth

Vicky se paró justo en frente de mí con su cara de "Voy a violarte sin importar cuanto grites". Caminó muy despacio, y yo con ella, hasta que mi espalda llegó contra la pared.

-Michael -Me susurró- ¿Qué tal si nos vamos de aquí y hacemos algo sucio?

-Algo así como recolectar basura, o bañar a Chars, ¡Demonios! Eso sí es sucio -Traté de despistar

-Sabes a lo que me refiero, y no tiene nada que ver con eso, simplemente vamos tu y yo solos

-Vicky realmente creo que tienes que calmarte -Le dije

-No es enserio, tonto, siempre caes - Se alejó

-Gracias al cielo -Respondí aliviado

Ashley me estaba observando desde el otro lado de la puerta del salón. Creo que todavía me odia, o simplemente no quiere verme cerca de ninguna forma.

Por la tarde pude ver a Angie al final de los pasillos, casi junto a su salón, estaba hablando con una amiga, le pedí a Liz que fuéramos a la biblioteca el cual estaba a la vuelta de donde ella estaba de pie.

Me acerqué poco a poco, ya había entrado en el campo visual de la amiga de Angie, sin embargo no del suyo. Tomé una punta de su cabello y la jalé sin ponerle demasiada fuerza -¿Quién? ¿Qué? ¡Mike!- Me gritó porque entré a la biblioteca de inmediato

Este día pasé la mayor parte de la tarde pensando, ya que Liz estaba copiando el portafolio y Vicky simplemente no sabía dónde se había metido, en cuanto Charlie, creo que estaba con Jennifer (Otra vez)

Extraño a mi abuela, en estas vacaciones ya no será lo mismo sin ella, en especial porque ya no podré leerle su libro favorito, ni tampoco podré pedirle consejo sobre qué hacer en esta ocasión, podría decirle a mi madre, pero me dará una respuesta basada en que soy su hijo y debe de protegerme así que algunos detalles mejor los guardo para mí.

Llegué a casa bastante tarde porque había estado esperando a que Liz terminara de copiar mi portafolio al suyo. Mi madre estaba sentada con mi padre en el sofá de la sala

-Michael -Dijo papá- Tenemos que hablar, sube a tu habitación, es algo que tu madre no puede escuchar

De todas maneras no planeaba quedarme en la sala, pensé

Me senté en mi cama, él estaba de frente

-No sé cómo empezar esto Michael - Me miró

-Mamá te envío ¿Cierto? -Puse cara de saberlo todo

-¡Si! Bueno fue una concesión entre los dos -Se detuvo por algunos minutos- Está bien fue su idea, pero tengo que hacerlo, espero que lo entiendas

-Claro, hablemos de otra cosa de tu interés

-Pues, en la última carrera deportiva de NASCAR... ¡Oye! Estás desviándome del punto, y eso es trampa -Hizo una pausa otra vez- ¿Por qué escribirle algo así a Angie?

-Creo que me gusta, y mucho. Simplemente siento que debo de estar con ella cueste lo que cueste

-Debo confesarte que cuando conocí a tu madre, ella tenía novio, y ¿Sabes lo que hice? -Me miró- ¡Nada! No hagas nada, ellas simplemente esperan que hagas algo, pero si no haces nada vas en contra de la corriente, y eso las atrae

No estoy seguro de que el método de papá fuera a funcionar con Angie, porque ella es menos mecánica, todo debe ser más fluido y menos coordinado.

Durante la cena mi madre me preguntó si papá había hablado conmigo, solo asentí con la cabeza y mi padre giñó el ojo izquierdo.

En la noche se me hizo difícil quedarme dormido con tantas ideas rodeándome el cerebro, creo que, en parte papá tenía razón, tal vez solo debo dejar todo fluir y que se queme por sí solo.

Las 7 Reglas De La CárcelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora