Capitulo 74

300 12 0
                                    

  Capitulo 74


Deslizando mis manos entre nosotros, agarré sus pantalones, tirando del botón de sus jeans. Se abrió y deslicé mi mano dentro. Él gimió, con la frente apoyada en la mía mientras su cuerpo se movía contra el mío. Deslizando mi mano, sacudió mis caderas hacia él. Otro sonido escapó de él, —Maldición —gimió justo antes de que su sus labios atraparon los mios otra vez. Su lengua separó mis labios, tocando la punta de la mía, mientras sus dedos se deslizaron por debajo de mi ropa interior. La quitó en un movimiento sin fisuras, su lengua nunca dejando mi boca. Estaba en otro mundo. Un mundo que era ajeno y un mundo que quería hacer mi casa. Era apasionado y había calor. Del tipo que era tan profundo que lo absorbías. Del tipo que era tan profundo que se convertía en una parte de ti. Estaba tan cerca de perderlo todo que estaba retorciéndome en mi interior, sabía que no podría aguantar mucho más con la forma en que me estaba tocando. Con la forma en que me estaba consumiendo. Ahora, totalmente desnuda, envolví mis piernas alrededor suyo, arqueando las caderas contra él, balanceándome arriba y abajo. Su respiración se detuvo cuando cada músculo de su cuerpo se tensó en la superficie.

—No así —susurró él, golpeando la almohada detrás de mí.
Todo dentro de mí gritó. —No así ¿Cómo?—Le dije entre jadeos irregulares, dejando mis piernas a su alrededor. No iba a abandonar cuando estábamos tan cerca.
Cerró los ojos. —No justo después de que casi fuiste violada por Sawyer Diamond —dijo, echándose hacia atrás.
Su piel ya no presionaba contra la mía, un frio se arrastró sobre mí casi de inmediato. —Justin, estoy bien —le dije, apoyándome sobre mis codos, no dispuesta a dejar que el momento pase.
Moviendo sus piernas fuera de la cama, se inclinó hacia abajo. —Pero yo no lo estoy.
—¿Por qué?
Barrió las manos sobre su cara. —Porque esto está mal en todas las formas ahora.
Eso dolió. —No se sentía mal para mí —le dije, tratando de no pensar en el hecho de que era probablemente la única mujer con la que el legendario Justin Bieber no iba todo el camino.
Recuperando mi vestido del suelo, lo sostuvo fuera para mí, con los ojos hacia abajo. —Esa es la cosa. No se sentía mal para mí tampoco —dijo, mientras le arrebataba el vestido de su mano. Quería tirarlo a través del cuarto para probar un punto, pero me lo puso en su lugar— Así es como sé que estaba mal.
—¿Podríamos ahorrarnos las perturbaciones mentales para la mañana? —dije, metiendo los brazos a través del vestido— Estoy corriendo un poco lento en la comprensión de este momento.
—Estoy haciendo un trabajo de mierda para explicarme a mí mismo —dijo tirando de su gorro, en silencio durante un minuto— Mi concepto del bien y del mal está en tan mal estado, ____, que mi "mal" es para todo el mundo el "bien". Y mi "bien" es el "mal" de todos.
Quería envolver mis brazos a su alrededor y confortar cualquier confusión que estaba experimentando pero todavía me sentía un poco demasiado rechazada para ello. —Así que estás diciendo que porque lo que estábamos haciendo se sentía bien para ti, tiene que ser algo malo?—Esta era todas las definiciones de confusión.
Él asintió, mirando por encima de mí. —Necesito una recalibración del bien y el mal, ____, y hasta que no sea capaz de dejar mi mierda al descubierto, tengo que tener cuidado contigo.
Me dejé caer de nuevo en la cama, tapándome la cabeza con una almohada. —Cuidado, no era lo que yo tenía en mente para esta noche —gimoteé, mi voz ahogada.
—Lo sé —dijo él, frotándose la pierna—Pero es lo correcto para hacer.
Levantando la almohada, alcé una ceja. —¿Lo correcto para Justin o para todos los demás?—Le pregunté con una sonrisa inocente.
Mi mueca no tuvo efecto sobre él. —No estoy seguro —dijo— y tengo que estarlo antes de que terminemos... —Miró a la cama significativamente— de hacer lo que estábamos haciendo.
—Bueno —le dije, sentándome y arrastrándome cerca— Date prisa y descubre tu mierda, Bieber. —Junte mis labios con los suyos, retirándome, mientras todo en mi interior empezaba a hervir.
—Sí, señora —sonrió, recorriendo con su dedo mi mejilla— Sólo quiero que se sienta bien, ¿de acuerdo? Quiero que sea perfecto.
Eso estaría bien si viviéramos en un mundo perfecto. —Si estás esperando que todo se sienta bien y perfecto, te voy a ahorrar el suspenso y te diré que nunca va a pasar —le dije, entrelazando mis dedos con los suyos— Pero si puedes mirarme y decir que quieres estar conmigo y puedo mirarte y saber que quiero estar contigo, entonces carpe diem, bebé. Porque eso es lo más perfecto que alguna vez conseguirás.
Él asintió, dándole a mis dedos un apretón. —Eres tan jodidamente inteligente _____ —dijo, besando mi frente mientras se levantaba— Te veré en la mañana. —Ahora esto estaba sólo poniéndose absurdo.
—Sí —dije, agarrando su mano— lo harás.—Di unas palmaditas en el espacio junto a mí, tirando las mantas hacia abajo. —Justin estudió la cama como si fuera una ecuación. Deduje que ecuación estaba tratando de descifrar en su mente. —¿Correcto o incorrecto?
Uno de los lados de su rostro se levantó. —No estoy seguro —confesó.
—Bueno, yo si —dije, tirando de su mano.

El se detuvo un segundo más, pero rindiéndose a mí o deciendo por su cuenta, se metió en la cama junto a mí y enrolló sus brazos a mi alrededor con tanta fuerza que no podía respirar del todo bien. No había experimentado un sueño tan tranquilo desde ese día, hace casi cinco años atrás a la fecha.

Clash - Justin BieberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora