Clash - Justin Bieber

Capitulo 76

  Capitulo 76


—¿Tu hermano era John Larson? —Dijo, sin parpadear.

Ahora estaba llorando. Esta mañana se había convertido en demasiado para la chica de acero mantener las lágrimas a raya. Levanté la vista hacia la imagen entre los dedos de Justin. La foto de último año de fútbol de mi hermano. Sólo siete meses antes de que él hubiera sido asesinado. Hace cinco años hoy.

—Sí —le dije, limpiándome la cara.
La foto cayó de la mano de Justin, con el rostro blanqueado. —¿Y el nombre de tu padre es Wyatt?—Asentí con la cabeza, agarrando la foto que había caído al suelo.
Justin se dio la vuelta, lanzando un puñetazo a la pared. Destruyó a través de los paneles de yeso, mientras una nube de polvo blanco entró en erupción. —¿Cómo pudiste mantener algo así de mí? —Gritó, volviéndose hacia mí, todo su cuerpo temblaba.
Yo estaba tan confundida, tan molesta, no sé cuál sentía más. —Te dije que mi hermano murió —le dije, colocando la foto de John en mi regazo— Lo siento si no proporcione los detalles sangrientos.
La estimulación hasta la ventana, Justin miró por ella, sus hombros subiendo y bajando con su respiración. —Los Detalles habrían estado bien en esta situación —dijo, con la voz a punto de quebrarse.
—¿Qué diablos estás hablando, Justin? —Susurré. Todo estaba cayendo a pedazos, desmoronándose a mí alrededor, y no sabía lo que había tirado del hilo.
—Mi nombre completo es Justin Bieber Willson, —dijo, volviéndose hacia mí. Ese nombre me golpeó como un tren. El impacto fue tan repentino, tan poderoso, que no podía hablar. —Mi padre —dijo él, agarrando el alféizar de la ventana— fue a la cárcel por matar a tiros a un joven.
Negué con la cabeza, azotando mi pelo hacia atrás y hacia adelante. —Detente —le dije, ahogándome con la palabra. Todo estaba fuera de control y me quería fuera de este viaje.
—El nombre de mi padre es Henry Willson —Hizo una pausa, mirando por la ventana como si estuviera bien escapar por ella o conducir su puño a través de ella— Mi padre asesinó a tu hermano.

El cuadro que sostenía se deslizo de mis manos, volteado hacia abajo sobre la alfombra. Me sentía como llorando, mi cuerpo necesitaba la liberación de los sollozos, pero yo estaba demasiada aturdido para moverme. Me repetía a mí misma que esto no era real, no era posible. No había caído en el amor con el hombre cuyo padre había matado a mi hermano. Dios no era tan cruel.

—Tu papá —comencé, no estaba segura si podía sacarlo— arruinó mi familia.
Justin golpeó el alféizar de la ventana. —¡Y tu papá es el culpable de poner en marcha la cadena de la maldición del conjunto de los acontecimientos! —Gritó él, dándose la vuelta— Después de trabajar para una de las empresas de tu padre durante diez años, mi papá fue seleccionado al azar para una prueba de drogas, fracasó, y el gran Sr. Wyatt Larson recibió la llamada final. Él lo despidió.
—Justin, tenía cocaína y metanfetamina en él. Estuvo a punto de matar a un hombre en el lugar de trabajo —le dije, recordando cada palabra que se decía, cada imagen presentada durante el juicio. Mis padres estaban demasiados entrados en su pérdida para decidir que dejando a su hija de trece años de sentarse en el juicio por asesinato de su hermano no era la mejor cosa para permitir, pero no quedaría quedarme en casa. Ocultándome debajo de una manta cuando el asesino de mi hermano estaba siendo juzgado se sentía mal. Yo había estado ahí para él, incluso en la muerte.
—¡Debido a que mi mamá acababa de salir en libertad bajo fianza! —Gritó, los tendones de su cuello saltan a la superficie— Estaba pasando por una mala racha, pero él habría salido de ello, y como premio a una década de servicio, tu padre lo despidió. El banco ejecutó la hipoteca de la casa dos meses después y nos quedamos sin hogar. Él me dejó en casa de los chicos el mismo día que le disparó a tu hermano.
Quería salir corriendo, pero no pude. Yo seguía esperando a despertar de esta pesadilla con cuerpo dormido de Justin cubierto sobre el mío. —Él mató a mi hermano —repetí las palabras agrias e incorrectas en mi boca.
—¡Se suponía que iba a ser tu padre! —Explotó él, todo saliendo de él. Sus hombros rodaron hacia adelante, con la cabeza caída— Se suponía que iba a ser tu padre —dijo en un susurro.
—No —mis extremidades temblaron— se supone que era yo.
Justin se quedó inmóvil, mirándome como si fuera su enemigo. —¿Qué diablos quieres decir?
Me deslicé contra la pared, necesitando el apoyo. —Mamá me pidió que tomara el almuerzo de mi padre hasta él-ese Domingo estaba trabajando día y noche para conseguir ese proyecto a tiempo-pero estaba siendo difícil y dijo que no quería hacerlo. El sitio de trabajo estaba cerca de nuestra casa y podía ir en bicicleta. —Cerré los ojos, mientras todo se reproducía en mi mente— Así que John dijo que lo haría, y esa fue la última vez que lo vi con vida. Ese es quien tu padre puso tres balas en cuanto se presentó en el lugar de trabajo ese día. Debería haber sido yo, esperando dentro de la oficina móvil de papá, haciendo girar la silla, cuando Henry Wilsson-que estaba tan arriba en metanfetamina que no era capaz de distinguir quién estaba en esa silla-disparo y mató a mi hermano. —Todo dentro de mí se desinflo. Yo no era más que la cáscara de un globo, cayendo al suelo— Se suponía que iba a ser yo.

Todo estaba en silencio, pero un silencio que era tan fuerte que quería taparme los oídos.

Por último, Justin pasó por delante de mí, deteniéndose justo antes de que se fuera. —Siento que no lo eras —dijo, en voz baja— Porque realmente podríamos haberlo hecho sin toda esta mierda. — Cerrando la puerta detrás de él, sus pasos retumbaron por las escaleras, hacia la puerta, y fuera de mi vida para siempre esta vez. Cuando la puerta mosquitera se cerró de golpe, lloré el mar de lágrimas que había aferrado por cinco años.