Treinta Veces No Debo Desear [ Finalizada ]

24/30. Pricesa Fiona

CAP 24

PRINCESA FIONA

UN solo llamado bastó , para que
acudiera en ayuda de Mar.

Habia tenido una caida, bajando
las escaleras - mas bien, rodándolas - y debido al hecho, de que estaba mas que confirmado, que estaba de un mes de gestación, y que, de aquí en mas, le auguraban dos meses de reposo, me vi en la situación de tener que instalarme esa semana, que Kenneth estaría de
viaje , para cuidar de ella y los niños.

¿Cual seria mi desafío de esta semana, si sobrevivía? Actuar en la obra escolar, basada en la película Shrek. ¿Cual es la parte mas delirante de todo esto? Mar era la madre que actuaría en
el papel de Fiona. ¿Que pinto yo, en todo esto?. Pues nunca, entenderé, el mundo de las madres, y menos que menos, sus conflictos latentes.

Mar me pidió, que tomara su lugar. Algo paradójico, de por si, daso que soy un ogro,la mayor parte del tiempo. Solo me faltaba ponerme en la piel verde.

- Esto no va a funcionar - dije
observándome frente al espejo
en el disfraz de Fiona. Era una
especie de muffin mutante en
versión verde, claro esta.

- Lo haras bien. Confío en tu
talento- río Mar. Rodé los ojos.
Solo hacia esto porque se trataba de mi hermana.

John y Paul me observaban desde abajo riéndose y hablando entre ellos. Obviamente, se reían de mi. Conocia esas miradas. John era el mayor, el cabecilla. Estos dos se traian algo.

...

Para cambiar un poco los aires, decidí montar a Mar en una silla de ruedas y llevar a ella y los niños al parque.

Los niños jugaban en el arenero y de vez en cuando, Paul recogia ramitas y me las regalaba como si se tratara de un preciado tesoro -para él , para mi no
eran mas que ramas sucias y rotas.

- ¡Tia!, ¡Tia! Toma - dijo Paul por
enesima vez. Yo tendi la mano
sin mirar y cerre el puño.

- ¿No vas a mirar?- dijo Mar
sonriendo.

Entrecerre el ceño.

-Son todas iguales - respondi.
El niño seguia de pie esperando por algo mas. Parecia divertido. Enarque una ceja.

- No es una ramita, tia - agregó el niño divertido.

Abri mi mano y no, no era una ramita. Las ramitas no huelen ni salen del trasero de los perros.

- ¡Que asco! - grite tirando el
pequeño " regalito" y resfregando mi mano sobre mis
jeans.

Mar comenzo a reir desaforadamente, como si aquello, tuviera algo de
gracioso.

- ¡No es gracioso! - reprendi.

- ¡Es solo un niño!.

- ¡Es el demonio!

Paul se llevo las manos a las rodillas y comenzó a reir en correcta sintonia con su madre.

- Caiste! - dijo sacandome la lengua y volviendo hacia el
arenero.

¿Como era posible, que un niño de preescolar, me viera la cara de esa manera?.

- ¡Oye tu! - grite hacia Paul y el se volteo - Te estare observando -
dije con fingida seriedad,
llevandome ambos dedos a los
ojos y regresandolos hacia el.

El niño abrio los ojos como
plato y volvió sobre sus
talones, esta vez sin inmutarse.

- ¡Pero si eres todo un encanto con los niños !- dijo Mar agitando la cabeza.

-¡ El empezó!- dije a la defensiva y señalando a Paul que le sonreia
a Mar y saludaba agitando su
pequeña manita.

- ¡Pero si es un angel! - dijo Mar
agitando sus pestañas.

El niño, me regresaba una mirada severa y yo no era la excepción.

-¡Oh, por favor! ¿Cuantos tienes? ¿Cinco ? - inquirió Mar.

- Treinta, pero eso no quita que
pueda ponerme a la altura de
uno - dije sacándole la lengua.

Sacudi mi cabeza. Nunca voy a
entender el mundo de las madres. Puedo entender, que esten orgullosas por los logros de sus hijos, pero no comprendo, que los alienten a portarse
mal. ¡Ya sé! Sueno como una ogra.

Hoy aprendí que no tengo la menor idea, de cómo lidiar con niños. Y que, por ende, ese extraño acuerdo, entre padres y niños, seguira siendo todo un
misterio para mí.

...

Capítulo cortito, pero capítulo al fin. Les comentó que estos últimos días, he estado editando mis noveles y es un trabajo bastante pesadito. Tomen estos capítulos como borradores hasta que suba las correcciones.

Besitos Cintia; )