1/30. Pide un deseo ☆

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CAP 1

PIDE UN DESEO

   ¿Somos fruto de nuestras elecciones, o somos lo que decidimos ser sin tener en cuenta nuestras experiencias?. Supongo que ésta y otras interrogantes más como si fue primero el huevo o la gallina, seguirán atormentando a la humanidad. O quizás todos tenemos algo de masoquistas y cuando creemos que nuestra vida es muy aburrida y cada acto es en extremo predecibles, pensamos: ¿Y por qué no podría ser un poco más complicada?. ¿Por qué no puede ser más emocionante?. Quizás ni sus vidas ni la mía tengan algo de malo. Quizás el verdadero problema es creer que tenemos todo bajo minucioso control. ¿Pero que es el control, sino  un descontrol organizado perfectamente en una carpeta archivada alfabéticamente?.

En veinticuatro horas nada mas, cumpliré treinta años. Soy consciente que de he vivido mucho y que me falta mucho por hacer, el tema es saber el qué y el por dónde empezar. Cada año me parece una nueva chance de seguir sumando experiencias, siempre y cuando no interrumpan mi armonía; y por interrumpir me refiero a cosas que escapen a mi control, o que me brinden más insatisfacciones que satisfacciones.

Muchos me preguntan ¿Que se siente llegar a la tercer década?. ¿Para cuando el matrimonio?. ¿Para cuando los hijos?. No pensarás seguir soltera el resto de tuvida, ¿no?. Es decir, por que se supone que debería de resolver esas inquietudes que son sólo de mi incumbencia?. Que vaya a tener un tres delante del número de dos cifras que conforma mi edad, no significa que vaya a ser una futura y mortificada treintañera en lo absoluto.

Me he realizado profesionalmente. Tengo un buen empleo como editora, aunque mi jefe sea desesperantemente egocéntrico e irritable. En ocasiones, Kenneth me resulta un tipo agradable; hasta que recuerdo que ha querido dejarme a la vista de los demás como una inepta o que no ha aprobado mas de una vez trabajos míos porque no acepta lo capaz que soy, y es entonces cuando se me pasa mi breve sentimiento de empatía y vuelvo a odiarlo. Sé que no le agrado ni un poquito. Para Kenneth cualquier excusa es buena para hacer notar sus aires de superioridad. Es curioso, pero no siempre tuvimos una mala relación, o quizás siempre fue así y le había restado importancia hasta que prácticamente se volvió personal.

...

Los viernes en la noche gusto de ir a la feria. Me entretengo comiendo algodón de azúcar mientras hago tiempo para tomar la rueda de la fortuna. Una de las atracciones nuevas en la Gitana Camelia. Aparte de realizar lectura de manos y leer el futuro, también se ha adjudicado el poder de cumplir deseos. Exceptuando que no revive a los muertos, no sana a los enfermos y tampoco hace trabajos estilo mafia. He pasado por su tienda por tercer viernes consecutivo pero nunca me animo a entrar. Soy bastante escéptica. Aunque cada tanto, un poco de emoción no viene nada mal.

–          Te estaba esperando - dice ella asomándose al exterior de la tienda y dejándome boquiabierta.

<<¿Sabía que iba a venir? Imposible, sólo está tratando de timarme >>.

–          Sólo estaba mirando - digo tratando de ocultar mi curiosidad.

–          ¿Los últimos tres viernes?. La primera vez puede que sea el caso, pero no estás  aquí porque estés mirando. Estas aquí porque el destino lo quiso.

<<Que chorradas!>>pensé rodando los ojos.

–          Por favor- dijo guiñándome con sus manos a entrar en la tienda. Negué con la cabeza.

–          En verdad se lo agradezco pero ... no creo en éstas  cosas.

–          Entonces si no crees, no tienes porqué  temer.

Treinta Veces No Debo Desear [ Finalizada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora