19/30. La Fragilidad de la Vida ☆

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Existen muchas cualidades ruines que deterioran a las personas; no las mencionaré una por una porque no terminaría más, pero si mencionaré dos que vienen a colación; el orgullo y egoísmo.

El orgullo es la semilla de todo conflicto. Todos queremos tener la razón. Todos podemos equivocarnos y sin embargo, no tolerar los errores ajenos.

Luego está el egoísmo; el maldito y mezquino egoísmo que quita en lugar de dar; el mismo que muestra la falto que estamos en comprender que podemos actuar sana y justamente, sin importar las circunstancias.

El egoísmo y el orgullo construyen grandes y profundas fisuras en la tierra aislandonos en islas lejanas y solitarias que nos alejan a su vez de las personas, y aunque no reparemos a fondo, nos aleja de nosotros mismos.

...

Cuando llegamos al hospital, no esperaba en absoluto encontrarme a mi madre acompañando a Vanesa. Ni bien me vió llegar, mamá corrió a toda prisa hacia mi.

- ¿Qué  haces aquí? - pregunté confundida.

- Vanesa me llamó. Pensé que me necesitarias- dijo y yo asentí. Las miré alternativamente. Me resultaba extraño tener a mamá y la mujer de mi padre en un mismo espacio.

- Me alegra que estés aquí - dijo Vanesa uniéndose a la conversación - A tu padre le dará gusto saber que estás aquí - suspiró. - Ha estado preguntando por ti. - sonríe -. En verdad te ha hechado de menos. Lamento que te hayas tenido que enterar de éste modo de ... su situación.

- ¿Por qué  ahora? ¿Por qué no me avisaron antes que Anthony estaba muriendo? ¿Y como fue que se accidentó? ¿Por qué no estabas con él? - reclamé a Vanesa.

- Hija, por favor - intermedió mamá. - No es culpa de Vanesa.

- Tu padre no sabía que estaba enfermo. Él  simplemente fue a hacerse unos estudios de rutina y ... allí se enteró que tenía cáncer de páncreas y que ya había hecho metástasis. Ya no había nada que hacer. - dijo secándose las lágrimas - Ayer cuando regresé de hacer las compras, él  se había ido. ¡No sé  en que estaba pensando! - dijo sacudiendo la cabeza - Dos horas más tarde, me entero que había chocado el auto contra un árbol. Afortunadamente, nadie resultó herido.

Sólo Antohony podía joder las cosas más de lo que ya estaban.

- ¿Quieres pasar a verlo? - preguntó Vanesa al tiempo que yo asentí.

Miré a Kenneth, quien me aseguró que esperaría por mi afuera. Antes de entrar a la habitación, eché un vistazo a mamá, quien consolaba a Vanesa como si se conocieran de toda la vida. Supongo que situaciones como éstas, ameritan que las personas sean más unidas y menos egoístas, pero en el caso de mamá, ella siempre esta dispuesta a dar, porque su naturaleza es así. Es noble.

Cuando entró a la habitación, Anthony esta con la mirada pérdida en la lluvia. Lleva la cabeza vendada y, el mentón con un leve raspon.

La última vez que se suponía qué vería a Anthony, fue cuando lo llamé por el velorio de Connor. Me había dado su palabra de que iba a venir, pero no lo hizo. Su única hija lo necesitaba, y él ni siquiera se había molestado en venir. En fin, después de aquello no volví a visitarlo nunca más. Supuse que él  me buscaría pero sólo se limitó a llamar por mis cumpleaños si era que se acordaba.

- Zoe - me dice con la mirada cargada de emoción. Se ve bastante más viejo y consumido. Quiero estar enojada pero no puedo - ¡Viniste!

Tomo asiento a su lado y apoyo mi mano sobre la suya. Se siente fría.

- Hola Anthony - digo aguantando la angustia que comienza a desbordar en mi interior. - Lamento la demora.

- Te he echado de menos. No imaginas cuanto. Creí que no vendrías,  las últimas veces no has atendido a mis llamadas.  ¿Por que te alejaste todo éste  tiempo? - preguntó derramando lágrimas.

<< Porque he estado demasiado enojada contigo y conmigo, pero eso ya no importa porque te estas muriendo; y porque soy una persona egoísta que antepone su estúpido orgullo ante todo >>.

- Mucho trabajo. Ya sabes . ¿Y tú? ¿Como has estado?.

- Con cáncer - ríe irónico.

Podría reprenderlo por aquello último, pero tenía  derecho a ser todo lo sarcástico que se le veniera en gana. Privilegios del cáncer.

- Te ves hermosa Zoe. Tu mamá siempre me ha mantenido al tanto de tus cosas.

<<¿Qué? >>

- ¿Se puede saber hacia dónde ibas con tanto apuro que no pudiste esperar a Vanesa para que te llevará a donde quiera que fueras?.

Él suspiró.

- Quería hacerlo por mi mismo. Se supondría que sería una sorpresa - dijo señalando una funda que había sobre un mueble detrás de mi.- No esperaba que lo supieras.

- ¿De qué hablas? - pregunté confundida - ¿Que sorpresa? - pregunté.

- Que iría a tu boda. Eso que ves allí - dijo dirigiéndose a la funda - es mi traje.

Un nudo comenzó a formarse en mi garganta y las lágrimas comenzaron a brotar.

- Sé que nunca he sido un padre presente. Lo sé. Y tienes todo el derecho a permitirte sentir conmigo como te plazca, pero te amo; eres mi hija y yo ... - seco sus lágrimas - ¿Recuerdas la ocasión de tu baile de graduación? - preguntó.

- ¡Como olvidarlo! Era la única que no tenía pareja.

- Y yo te fallé - dijo reprimiendo el recuerdo - Te había dado mi palabra y ...

- Eso ya no importa - dije tratando de lidiar su culpa, aunque siendo franca el recordarlo dolía,  no por el maldito baile en sí sino por lo que significaba una promesa rota en la larga lista de desilusiones. - Lo importante es el ahora y que estés bien.

-¡Pero a mi si me importa!, y ésta  vez no pienso perderme la oportunidad de bailar con mi hija, en la noche más importante de su vida - dijo sonriendome.- Si tengo que ir arrastrandome, que así sea.- agregó casi agitado.

- Hablaremos luego de ello. - Sin más palabras que decir, me despedí de Anthony depositando un beso sobre su frente para dejárlo descansar.

De regreso a la sala de espera, mamá jugaba con un bebé en brazos, mientras Vanesa y Kenneth charlaban .

- ¿Como estás? - dijo Kenneth viniendo en mi dirección.

- Preguntamelo luego - respondí y él  me envolvió en sus brazos.

Mamá le pasó  el bebé a Vanesa y en ese instante ella se acercó hacia  mi.

- Zoe, yo .... ahmmm ... te presento  a Coddy - dijo algo nerviosa - Tu hermano. - mi mandíbula se desencajó por completo, y así, como quién  no quería  la cosa, me enteraba de que de pronto tenía un hermanito.

Mientras una vida comenzaba a extinguirse, otra nueva, pequeña y frágil , comenzaba a formar parte de mi vida. Mi hermanito.

.....

Multimedia : Nora, la mamá de Zoe.

Treinta Veces No Debo Desear [ Finalizada ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora