CAP 5
TONTA DE MI
¿Alguna vez han hecho algo de lo que se arrepentirán más tarde, o quizás el resto de su vida?. Yo sí, mi deseo fue uno.
Existen dos tipos de personas; los ilusos que creen que de todo lo malo sale algo bueno, y los buenos que creen que detrás de lo malo hay algo peor.
La estupidez es mala, en toda su infinidad y puede llegar a derivar en catastróficas consecuencias. Tal vez, puedo sonar muy extrema, pero a ésta altura, cualquier paso en falso puede derivar en una estupidez peor.
...
Me despierto sofocada por el calor corporal de Kenneth. Gruño como de costumbre tratando de apartarlo de mi, pero aun así no se despierta. El techo sobre nosotros podría colapsar y él ni siquiera llegaría a notarlo. Cuando logro zafarme lo observo. Estoy molesta con él.No debería de estar aquí, y desearía poder culparlo por eso, pero no fu eél quién pidió el deseo. Yo soy la única culpable de todo éste desastre.
¿Cuál será la moraleja en todo esto?. ¿Tolerancia tal vez?... ¡Imposible!, no es algo que se me de bien. Su respiración es suave y coordinada. Jamás lo había visto tan calmo, jamás lo había visto tan amable, ¿se suponia que era así y no lo había notado?... Si esto tiene que ver con aprender algo de él, sigo insistiendo en que el deseo debía de beneficiarme a mi y no a Kenneth.
<<¡Mierda!.Siempre me sale todo al revés >>.
Me incorporo en la cama y camino en cuclillas hacia el placard rebuscando que ponerme después de ducharme.
Como de costumbre, enciendo primero el agua fría antes que la caliente, y pego u ngrito ahogado. Salto de una pierna a la otra estirando mi mano hacia la canilla y aguantando hasta que la temperatura del agua esté acorde.
El agua esta deliciosa, por primera vez dejo mi mente en blanco y me dedico a escuchar el sonido de la regadera. ¿Que podría ser mejor que esto?.
La cortina de la ducha se corre y pego un salto hacía atrás tratando de cubrir mis partes intimas.
– ¡Cielos Kenneth! ¿¡Que mierda crees que estas haciendo!? - chillo desquiciada.
– ¿Aparte de casi quedar sordo? - me examina de arriba a abajo haciendo que me ruborice - ¿No es obvio? - agrega agitando las cejas.
– Ni lo sueñes - digo en tono amenazante.- Hablo en serio. Si valoras tu vida mantendrás la distancia.
– ¡Oh vamos! ¿Es en serio? ¡Ésta es nuestra parte favorita del día! - dice entusiasta - Además, ¿que pasó con eso de cuidar el agua?. - Lo fulmino con la mirada, si pudiera lo estrangularía con la cortina pero ahora mismo tengo las manos ocupadas. Luego amaga con querer entrar y niego con la cabeza.
– Si pones un solo pie, te juro que lo lamentarás. - él me vuelve a observar y sonríe .
<<¡Pero que pendejo! ¿Es que acaso no se va a tomar nada en serio?>>.
– Amor, a veces no entiendo como hago para soportar tus cambios de humor, pero...
– Estás a tiempo de retractarte - le digo interrumpiéndolo. Él niega con la cabeza - La salida está dónde siempre.
– Jamás lo haría. Jamás me marcharía. - dice con mirada franca y sé que dice la verdad.- ¿Y perderme esa personalidad encantadoramente cabrona?. - Bromea y lo observo con el ceño fruncido. Estira su mano hacia mi mejilla y retira la espuma con el roce de su pulgar. No me aparto. - Solo prométeme una cosa - no respondo. Toma aire y suspira - Estaré par ati, si tú lo estas para mi. Somos las dos partes de la moneda. ¿Lo recuerdas?. - Niego con la cabeza. No tengo la mínima idea de lo que me está hablando.
– Quiero terminar mi ducha - digo casi resignada.
Mi falso prometido corre la cortina no sin antes dar un último paneo.
– Si necesitas ayuda me avisas, sin compromiso de compra. ¡Ah! Y no olvides lustrar mi nombre.
<<¿¡Su qué!?>>. ¿Acaso eso fue un eufemismo para algo? ... ¡Oh Dios! ¿Acaso apodé a alguna parte de mi cuerpo con su nombre?. Me ruborizo. Mi subconsciente me abofetea por ser una especie de idiota en este mundo alterno.
Lo escucho asearse mientras aplico el acondicionador. A su modo peculiar, canta tratando de imitar a Andrea Boccelli. Presiono mis labios reprimiendo las risas que amenazan con salir.
Minutos mas tardes se retira y poco después escucho la puerta principal cerrándose.Envuelta en mi toallón asomo mi cabeza por la puerta entreabierta para asegurarme de que Kenneth en verdad se ha marchado.
En la cama, una nota en papel desprolijamente cortada reposa sobre la cama "Regreso pronto. Te amo Kenneth".
Me seco tan rápido como puedo y me calzo la ropa interior. Frente a mi cama un enorme y rectangular espejo con marcos labrados - con motivos de rosas - me refleja de cuerpo entero. Tomo una camisa blanca y me la abrocho de espaldas al mismo mientras me observo de reojo. Algo llama mi atención por debajo de aquella tela blanca traslúcida. No recordaba tener una mancha de nacimiento ni cosas por el estilo en la parte trasera de mi cintura.
Me asomo al espejo y levanto la camisa para ver la mancha. Pego el grito en el cielo. Un tatuaje con trazos delicados y rematado por un corazón está insertado en mi piel.
<<¡¡¡CarajoooMierrrddddaaa!!!>>.
Ahora mismo constato que en efecto- en esta realidad alterna-, debo de tener serios problemas psicológicos.
Un tatuaje con el nombre de Kenneth, está plasmado jodidamente de por vida en mi piel.
Lección del día: El amor hace que la gente estúpida haga cosas estúpidas, y al parecer yo era parte de ese grupo de indeseables.
....
Hello! Después de un buen rato me he dado una vuelta por aquí.
Obviamente, ni yo los conozco, ni ustedes a mi, así que, cuénteme sobre ustedes o bien, lo que quieran saber ya sea de mi o la historia. Aceptó sugerencias y demás cosas. Ciao!
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Treinta Veces No Debo Desear [ Finalizada ]
Romanzi rosa / ChickLitZoe pidió un deseo. Su deseo se cumplió. Lo que no esperaba era despertar junto a un hombre que no toleraba, y una vida que no esperaba. Con toques de romance, comedia y algo de drama, ésta historia indaga sobre lo que descubrimos y aprendemos d...