Midnight.

Prólogo.

Nunca lo piensas.

Nunca piensas lo que una persona puede llegar a significar para ti hasta que la pierdes, hasta que te separan de ella.

Y eso era exactamente lo que me estaba pasando a mí en aquellos momentos.

Me estaban separando de él, mientras gritaba mi nombre desesperado e intentaba llegar hasta mí sin éxito alguno.

Me revolví una vez más intentando escapar, aunque sabía que era una misión imposible. Dos hombres me sujetaban, y otros cuatro me apuntaban con sus armas. Pero yo solo quería volverlo a ver. Volverlo a abrazar una última vez, como si el abrazo de hacía apenas cinco minutos no hubiera sido el último, solo uno de tantos. Volverlo a besar, por que esos labios conseguían llevarme a la locura sin pretenderlo, hacerme tocar las estrellas con el simple atisbo de una sonrisa. Simplemente, volver a decirle "te quiero" una vez más.

Lo vi caer de rodillas en el asfalto, gritando mi nombre con la voz quebrada por el esfuerzo y las lágrimas, que se deslizaban con velocidad por su rostro. Al igual que por el mío.

Entonces, todo sucedió muy deprisa.

Cuatro fogonazos blancos iluminaron de pronto la noche y yo ya estaba libre de nuevo.

Corriendo hacia él.

Corriendo hacia...