MOSCÚ, RUSIA.
03:00 AM.Miré al muchacho que estaba parado frente a mí con un fajo de billetes en la mano, intentando que ésta no le temblara mucho por el frío. Rodé los ojos, estaba aburrida en aquella mesa.
-¿Por quién vas a apostar?- le pregunté con tono monótono, apoyando el bolígrafo en mi libreta negra.
-Por ti.
Lo dijo tan seguro, tan relajado, que me obligué a alzar la vista. O era estúpido o no me conocía. Aunque por su mirada... oh, había algo detrás de esa mirada azul eléctrico.
-Yo ya no corro.- le respondí cortante.- Apuesta por alguien más.
Él me miró un momento, analizando mis palabras. Después se agachó para quedar a mi altura, sus ojos analizándome sin perder detalle.
-Una pena, Midnight. Eras brutal.
Y con esas simples palabras dio media vuelta y se fue, dejándome con una sensación de intranquilidad en el pecho. Volteé hacia Aishane cuando sentí sus pasos acercándose, sacudiendo la cabeza para librarme aquella molesta sensación.
-Deberías volver a correr.- señaló acercándose a mí.
Bufé cansada. Como no, había escuchado toda la conversación. Pero él lo sabía, yo lo había prometido y lo cumpliría, no volvería a subirme a una moto de esa manera.
-No empieces.- le espeté antes de que pudiera añadir algo más.
-Él está muerto, Nastia. Y tú no puedes seguir así mucho más, ¿qué harás entonces? ¿Meterás a tu hermana en esto?
Me revolví inquieta, ya habíamos tenido demasiadas veces esta conversación y siempre acabábamos igual.
-Ya pensaré en algo.
-Tú única solución son las carreras, lo sabes tan bien como yo.
-No. Se lo prometí, Aish...
-Esa promesa no vale nada.- su tono de voz cambió, pasó a ser frío y cortante como el hielo.- Eras la mejor, mierda, puedes volver a serlo.
No pude evitarlo, me puse a la defensiva y ese fue mi gran error: perder los papeles delante de él.
-¡Tú más que nadie deberías saber lo que una promesa significaba para tu hermano!
-¡Sí! ¡Y mira como acabó!- me espetó acercándose un paso.- No quiero que sigas el camino de Misha, Nastia. Ni tú ni Alisa...
-No la metas en esto, Aishane. No se te ocurra siquiera pensarlo.
-¡Es como va a acabar si sigues así!
-¡No!- me revolví, furiosa. Mi hermana jamás acabaría como yo.- Ella no sabe nada y así va a seguir...
-Sabes que no es estúpida, ¿cierto?
-El que espero que no sea estúpido eres tú. Me voy a la recogida.- planté la libreta negra en su pecho, cansada ya de aquella noche.- Vigila al chico de antes, no me da buena espina.
-Nastia...
-Déjalo. Mañana hablamos.
Como siempre, la conversación terminaba conmigo largándome y él pensando solamente en el bienestar de mi hermana. Aunque por esa parte no podía quejarme, Alisa seguía teniendo a su ángel guardián.
Sentí las lágrimas quemándome la garganta a medida que salía del recinto y buscaba mi coche. Apenas hacía un año y medio de aquella noche y su ausencia seguía pesando en mi pecho, como un vacío que el tiempo no pudiese llenar.
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Midnight.
Teen FictionUna chica, dos vidas. Bailarina de día, carreras ilegales de noche. Todo está torcido en su vida, pero de lo malo malo... lo puede controlar. A pesar de todos sus problemas consigue sacar a su familia adelante y llegar a fin de mes, incluso con las...