JAMES
Terminé de atar el cordón de las zapatilla de Nastia, quedándome arrodillado unos instantes frente a ella. Nos acababan de dar el alta tras una semana en el hospital y los nervios por comenzar a vivir de nuevo junto a ella no me dejaban apenas respirar. Sus manos se enredaron en mi pelo y me perdí unos instantes en la tormenta de sus ojos, completamente feliz de verlos así de vivaces y despiertos.
-¿Preparada? - pregunté extendiendo mi mano hacia ella.
-Contigo siempre.
Entrelacé su mano con la mía, dejando un leve beso en su frente al incorporarme antes de coger su mochila y echar a andar por los pasillos del hospital. Caminamos hacia los ascensores, recorrimos otro par de plantas y nos paramos frente a la última puerta, desde la que se filtraban murmullos y risas descaradas que pronto se convirtieron en carcajadas.
Nastia dejó escapar un leve suspiro, sus mirada iluminándose por el sonido instantes antes de que avanzara un par de pasos en esa dirección, abriendo la puerta de par en par.
NASTIA
Respiré hondo antes de abrir la puerta, notando la mano de James apretar con fuerza la mía. Haciéndome saber que estaba allí.
Liosha estaba sentado en una silla de ruedas con Noa en su regazo, ambos riendo mientras intentaban maniobrar.
Un sollozo rompió en mi pecho mientras otra risa escapaba de mí y me lanzaba hacia ellos, que me recibieron con los brazos abiertos.
-Bailarina...- rió en mi cuello.- Hermanita cuánto te había echado de menos.
-Y yo a ti.- intenté responder entre hipidos mientras las lágrimas seguían rodando libres por mis mejillas.
Y es que ver a mi hermano así, feliz con la mujer que amaba, solo hacía que disolver el nudo de mi pecho, ese que había estado conmigo desde que lo había visto en el suelo frente a mí.
-Estoy bien, cariño.- aseguró rodeando mi cara con sus grandes manos.- Te quiero.
Asentí como pude, separándome de ellos antes de tender la mano hacia James, que no dudó a la hora de pasarme un sobre blanco sellado.
-Espero que sepas compartir ese te quiero con alguien más.- murmuré a la vez que lo abría.
Noa ahogó un chillido antes de saltar hacia nosotros, arrastrándonos a los tres en un abrazo tambaleante que no tardó en llenarse de carcajadas. Miré a mi hermano por encima de su hombro, soltándome de los brazos de sus amigos antes de catapultarme a los suyos.
-Vas a ser tío, idiota.- reí mientras lo veía intentar vocalizar, esta vez con los ojos vidriosos, intentando contener un río de lágrimas que no tardó en caer.
-Voy a ser tío.- me apretó más fuerte contra él, sin soltar aún la ecografía.- ¡Voy a ser tío!
Escuché el chillido del resto de mis amigos antes incluso de verlos, girándome justo a tiempo de ver a un remolino rubio arrasar la habitación, robándole la ecografía a Liosha de las manos.
-¡Voy a ser tía!
Mía se tiró hacia nosotros, llenándome la cara de besos antes de girar hacia su hermano, que la observaba con el orgullo rebosando su mirada.
-¡Maldita sea, Jem! ¡Voy a malcriar a tu hijo como si no hubiera un mañana!
Se fundieron en un abrazo que hizo que se me saltaran de nuevo las lágrimas al tiempo que Taylor y Jack me levantaban en el aire, estrujándome entre ambos.
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Midnight.
Teen FictionUna chica, dos vidas. Bailarina de día, carreras ilegales de noche. Todo está torcido en su vida, pero de lo malo malo... lo puede controlar. A pesar de todos sus problemas consigue sacar a su familia adelante y llegar a fin de mes, incluso con las...