Capítulo 6.

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NASTIA.

-¿Dónde mierdas estábais?- gritó Jack en cuanto Liosha y yo entramos por la puerta.

Era sábado y eso significaba... ¡fiesta!

Vale que nos hubiéramos ido aquella mañana sin avisar pero tampoco era para que tuviera ese humor, ¿no? Mi hermano le dio una colleja cuando pasamos a su lado, riéndose al pasar la vista por la sala.

-Atracando un banco.

-Idiotas... Ayudadme.- nos espetó dejando un par de cajas llenas de adornos en nuestras manos.

Dio media vuelta cuando uno de los otros chicos lo llamó desde el piso de arriba y se alejó de nosotros con paso cabreado.

-Wow... ¿Qué le pasa?

Miré hacia Alex al hacer la pregunta. Él solo sacudió la cabeza, señalando un punto en el salón.

-Ella es lo que le pasa.

-¿Se llevan mal?

Alex solo sonrió negando y se largó detrás de Jack, encasquetándome a mí su caja. Aquí pasaba algo raro.

Me acerqué discretamente a la chica. Era una morena muy mona de la que había oído hablar mucho a Mía y a Noa: Annabeth Chase. La cosa era que no sabía cómo había llegado a casa.

-Hola.- le sonreí cuando me miró. Vale, la discreción no era mi fuerte.- Eres Annabeth, ¿no?

-Sí, ¿tú eres...?

-Nastia.- me presenté antes de darle dos besos, parecía simpática.

La miré con curiosidad.

-Nunca te había visto por aquí.

-Noa me invitó. Nos llevamos bien desde el instituto.- sonrió ante el recuerdo. No entendía como le podía caer mal a Jack.- Tú vives aquí, o...

-¿Me tiro a James?- pregunté señalando al rubio que venía hacia nosotras. Me tiró de un mechón de pelo al pasar y le saqué la lengua. Tenía la manía de hacer eso.- Vivo aquí. Alex es mi hermano.

-¡La chica rusa!- exclamó divertida.- No os parecéis en nada.

Le di la razón con una sonrisa, enfrascándome con ella en una conversación ligera, colocando botellas y luces hasta que Noa nos llamó desde las escaleras.

-¡Vamos! Tenemos que cambiarnos ya.- chilló encada. Por lo que me había contado Anna... Noa era una fanática de la moda.

Entré en mi habitación y pensé que ponerme, habían dicho que era una fiesta informal, así que... El vestido se satén negro ganaba. Me lo puse y entré en la habitación de Noa con total confianza, encontrándomelas también todas cambiadas mientras Mía estaba peinando a Annabeth, que refunfuñaba por lo bajo.

-¡Nastia! Estás para un apaño.- me guiñó un ojo la rubia.

-Yo me cambiaba de acera por ti.

Me reí por el comentario de Noa y fui hacia el espejo donde ella estaba para maquillarme. Pensaba hacerme una coleta alta en el pelo, dejando a la vista la espalda abierta del vestido e ir con poco maquillaje, sombras oscuras para que resaltaran un pelín los ojos y pintalabios rojo.

Listo.

Me miré en el espejo una última vez antes de calzarme los tacones negros. Perfecta.

-¿Ya estáis?- pregunté girándome para ver el panorama mientras las tres seguían cotilleando. La música hacía rato que había comenzado a sonar pero nena, una necesita tiempo para verse divina.

Midnight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora