Capítulo 10.

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NASTIA.

-Nastia, Nastia, Nastia... ¡Anastasia!

Mi nombre completo susurrado por una voz masculina en mi oído, fue lo único que me hizo abrir los ojos. ¿Quién mierdas se creía tan importante como para despertarme así?

Giré hasta quedar cara a cara con mi despertador y me sorprendió encontrarme a Jack y a James pegados a mi cama, con ropa de deporte puesta.

-¿Qué coño queréis?- mascullé con voz ronca.

-Cámbiate.- murmuró Jack.- Ropa de deporte.

-¿Para qué?

-Tú sólo hazlo.

Refunfuñé por lo bajo en cuanto salieron de mi habitación, pero salí de la cama y me puse lo primero que pillé. Me miré un segundo en el espejo, uy, si hasta las mallas combinaban con la parte de arriba.

Salí al pasillo haciéndome una coleta y observé a los chicos. Vaya dos monumentos con los que vivía. A mi mente dormida le costaba procesar bien lo que pensaba.

Ellos me hicieron un gesto de silencio y los seguí escaleras abajo hasta el salón. Una vez allí me di cuenta de que no había nadie y de que la casa estaba en absoluto silencio.

-¿Qué mierdas hacemos aquí, tarados? Son las seis de la mañana.- bostecé.

Jack me miró sonriente, antes de pasarme uno de los cubos que estaba a su lado. Miré dentro. Eso era... ¿pintura?

-¿Para qué...?

-Le debemos una pequeña venganza a tu hermano.- habló por fin.- Y hoy nos la vamos a cobrar.

-¿Y por qué me llamáis a mí?

-Porque necesitábamos a alguien más. Y Mía no se despierta.

-Joder, luego la mato.- suspiré y miré a los dos chicos que tenía a mi lado.- ¿Y ahora qué?

-Te dije que aceptaría.- sonrió Jem alzando un walkie-talkie.- Aquaman a Patito. Aquaman a Patito. ¿Cómo está Papá Pitufo? Cambio.

-Dormido, gilipollas.- se escuchó la voz distorsionada de Noa.

Contuve una sonrisa para no entorpecer el momento. Estaban como cabras.

-Soy Aquaman, Patito. Empezamos la operación. Cambio y corto.

-Barbie, comienza tu misión.- me dijo Jack con seriedad. Lo miré interrogante y me hizo un gesto para que lo siguiera de nuevo escaleras arriba.

Una vez frente a la puerta de mi hermano, me pasaron una careta con la cara de la Barbie, mientras ellos se ponían unas de princesas.

-Ni te rías.- me amenazó Jem.- Eran las que había en el Target.

Asentí sin poder hablar. En cuanto abriera la boca sería para reírme de ellos.

-Paso uno, en marcha. Cambio.- anunció por el walkie-talkie.

Asentí y me cuadré de hombros, entrando en la habitación de mi hermano.

Me acerqué a la cama sin hacer ruido, balanceando el cubo de pintura. Respiré hondo y comencé la cuenta atrás.

Tres...

Dos...

Uno...

¡Corre!

Eché toda la pintura encima de mi hermano (que dormía solo en bóxer) y di media vuelta sintiendo como se caía de la cama.

-¡Cabrones!- gritó levantándose.- ¡Os voy a matar!

Chillé saliendo por la puerta con el tiempo justo para ver como una nube de plumas y purpurina caía encima suyo y el flash de una cámara nos iluminaba.

Midnight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora