Capítulo 13.

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NASTIA.

Salí de clase hablando con Anna y otras chicas quejándonos, principalmente, de la cantidad de problemas de Álgebra que nos había puesto nuestra profesora para el día siguiente. Realmente, ¿se pensaba que no teníamos nada más qué hacer?

-Bueno, bombón.- se despidió cuando llegamos a la salida.- Te veo mañana. Voy a ver si sobrevivo a esta tarde.

-Mucha fuerza, amiga.- me reí tomando el camino hacia la parada del bus, esquivando coches del párking cuando mi móvil comenzó a sonar.- ¿Sí?

-Hola, Barbie.- saludó Jem al otro lado de la línea.- ¿Has salido ya de clase?

-Acabo de despedirme de Anna y las demás, ¿por qué?

-Habíamos pedido comida y pensé en pasarte a buscar.- escuché como aceleraba con un suave ronroneo y me paré junto a la carretera, sin saber donde ir.- ¿Dónde estás?

-Pues justo en la puerta del instituto, ¿quieres qué...?

-No.- noté la sonrisa en su voz.- Ya te veo.

Saludé al interior del Jeep que se acercaba, soltando una de las asas de la mochila antes de subirme y saludar al rubio.

-¿Dónde habéis pedido?

-Hola, Jem, hoy te veo muy guapo.- se contestó a sí mismo.- Déjame darte un beso como saludo.

Reí y le di en el pecho, inclinándome hasta dejar un beso en su mejilla.

-Hola.- murmuré.- Gracias por pasar por mi. ¿Dónde habéis pedido la comida?

-En el HottoMaki.- sonrió enseguida al ver mi mala cara.- Tranquila, tú tienes un poke de pollo y unos rollitos vegetales.

-Os amo.- dije recuperando la sonrisa.

-Corrige: me amas, que he sido yo el que me he acordado.

-Entonces, gracias por acordarte.

-Siempre, Barbie.

Sonrió parando frente al restaurante, cogiendo mi mano y enlazándola con la suya cuando bajamos. Caminé a su lado sorprendida por la naturalidad de su gesto, chillando en mi interior al darme cuenta de lo bien que encajábamos. Apenas tardamos un par de minutos en recoger el pedido y otros diez en volver a casa pero en todo ese rato la mano de James se mantuvo en la mía, solo separándola para lo indispensable.

Acabábamos de bajar del coche en el garaje, hablando de planes para esa tarde, cuando su mano en mi cintura me detuvo por un instante.

-¿Qué?- pregunté girándome hacia él.

Se acercó el paso que nos separaba, llevando la mano a mi nuca antes de dejar un simple beso en mi boca, hablándome bajito.

-Ese era el hola que quería, Barbie.

Sonreí cuando se separó, tirando de su camiseta a la vez que me ponía de puntillas, acercándome a su boca.

-Hola, Jem.- pronuncié antes de dejar un beso suave, igual al suyo de hacía unos instantes.- Hoy te ves más guapo, ¿no?

Una sonrisa se abrió paso a través de su rostro mientras me miraba con los ojos brillantes en medio de la penumbra del garaje.

-Eso ya me gusta más.

Volvió a besarme lentamente, consiguiendo que me derritiera por momentos mientras su lengua se abría paso en mi boca. Rodeé su nuca con mis manos, ganando unos centímetros cuando me puse de puntillas, profundizando nuestro lento beso. La mano libre de James se apoyó en el coche que teníamos detrás, inclinándose para tener un mejor acceso a mi boca, explorando sin prisas cada rincón. La temperatura comenzó a subir entre ambos y el beso cambió, haciéndose más rápido, más profundo y apasionado cuando él se separó con un gruñido.

Midnight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora