Capítulo 17

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El andar se hacía cada vez mas difícil, caminar por tanta horas y no encontrar resultado la deprimian aun más, pero de igual forma no queria darse por vencida. A cada paso que daba mas recordaba a su familia, realmente los extrañaba, necesitaba un abrazo de su madre, la sonrisa de su hermano Cecilio , y las travesuras de sus hermanitos mas pequeños, necesitaba un poco de felicidad en su vida. Despues de haber vivido infierno, lo unico que queria era estar con sus seres queridos, no quería alejarse de ellos nunca mas. Aparte de extrañarlos recordo el motivo por el que se habría cruzado con Nerón, y fue el hecho de que iban a quitarle su humilde hogar, ¿lo habrán conseguido? ¿acaso ya no tenian un hogar? ¿como estarán su madre y su hermano? Rogaba una y otra vez que pudiera encontrar el camino, aunque sea una pista, algo.

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Con Nerón, una vez que llegó al palacio, lo primero que hizo fue ir en busqueda de su pequeña esclava. Estaba seguro de que ya se encontraba bien, al fin y al cabo la dejo bajo los cuidados de una curandera ,y si no era asi, no le importaba, quería estar con ella, volver a tomar su cuerpo, una y otra vez, anhelaba tocar su piel y sentir sus pequeñas manos sobre su pecho haciendo fuerza para alejarlo.

Durante el viaje que hizo a el castillo de un conocido, para resolver unos problemas de territorio, no podia evitar pensar en ella. En el castillo lo habían recibido muy bien, hasta le habían ofrecido unas acompañantes por lo que en su estadia, en las noches, estaba muy bien acompañado, pero por mas mujeres hermosa que tenia en su cama, a su mente llegaba la imagen de ella mientras suplicaba con sus grandes y hermosos ojos. Al darse cuenta de sus pensamientos pensó en lo ridículo que sonaba pero se excusó a si mismo diciendo que solo era un deseo por poseer de nuevo su cuerpo, un gran deseeo que lo hacia pensar demasiado en ella, por lo que cuando llegara a su palacio, lo primero que haría sería ir en busca de su esclava, y justamente, eso es lo que estaba haciendo en ese momento.

Caminaba por los largos y oscuros pasillos con una antorcha en la mano para fijarse bien por donde iba. Era de mañana, témprano pero no tanto, por lo que supuso que ella estaria despierta, y si no era asi, él la despertaria de una forma poco amistosa.

Una vez que llego a su destino, sin esperar mas, abrió la puerta esperando encontrarse con la pequeña sentada en la cama, esperando por él, tal vez con miedo y inquietud, pero al fin al cabo esperandolo a él. Entro a la pequeña habitación y miro directamente hacia la cama con la intención de verla, pero lo unico que vio fue la pequeña y incómoda cama, la cual tenía un pedaso de trapo con el cual su esclava se tapaba, pero de ahi en mas, no había nada mas en esa fria y obscura habitación, por su cabeza nunca paso la posibilidad de no encontrarla en su lugar.

Se quedo un rato parado en la entrada de aquella habitación con la mente en  blanco, pasaron unos cuantos segundos para que procesara la información y se diera cuenta que su pequeña esclava había huido.

Sentia cono su sangre comenzaba a hervir de la rabia al no ver a su esclava, se había pasado todo el maldito viaje pensando en ella y ahora no se encontraba en su lugar.
Salió de ahi echo una furia, fue en busqueda de sus guardias y de la maldita curandera que debia cuidar de ella, pagarian muy caro el haber dejado que escapara.

Llegó a la parte principal del su palacio y comenzó a gritar llamando a los guardias. Estaba que explotaba de la furia que sentia, ¿como una estupida y debíl niña pudo escapar de sus miles de guardias? Eran unos inútiles todos.

- Señor, ¿Nos llamaba? .- pregunto con un poco de miedo uno de los guardias que vigilaba la entrada, nunca lo había visto tan enojado.

- Por supuesto que los llamaba idiotas. ¡Son unos incompetentes! ¡¿Como mierda se les ocurre dejar escapar a una de mis esclavas?! .- grito mientras tomaba a uno de los 11 guardias que se encontraban frente a él. Lo tomo por el cuello y saco su espada clavandola en la yugular de aquel joven guardia, los otros quedaron impresionados por tal acto, sabian de que el Señor Neron era conocido por ser despiadado pero nunca presenciaron un acto asi de parte de él, comenzaron a temer por sus vidas .- Escuchenme bien, malditos infelices.- empezó diciendo en un tono lento y tortuoso.- Más les vale encontrar a la esclava que dejaron escapar o juro por todos los dioses que los matare a cada uno de ustudes con mis propias mano, pero eso no es todo, me asegurare que antes de morir, vivan el peor infierno que pudieran imaginarse, los torturare tanto que hasta me rogaran que los mate, así que mas les vale salir ¡y buscar a esa maldita zorra la cual ustedes dejaron escapar! . Ahora vallan y digale todo eso a los demas idiotas que tengo como guardias y emprendan una busqueda.- miro a todos de una manera escalofriante para cualquier ser humano.- Para que sepan como es ella busquen a la curandera que venía a esta casa, pregúntenle a ella y si es necesario la llevan con ustedes, si no quiere hablar traiganla a mi despacho que yo la haré hablar por las buenas o por las malas. Ahora ¡Vayan y hagan su maldito trabajo bien de una vez por todas , no perdonare ni un error más! Más les vale que regresen con ella, y si no es asi, no regresen hasta encontrarla... ¡Fuera de mi vista malditos estúpidos! .- dicho eso los guardias corrieron a toda prisa para avisar a sus demas compañeros lo ocurrido .


Amor o deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora