27. Adiós (1ª parte)

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Marie
La cena continuó, Zayn no paraba de lanzarme miradas pero yo simplemente las ignoraba y seguía comiéndome mi ensalada.
También sentía la mirada de Harry sobre mí.
-¿Quieren que sirva el postre ya?
Levanté mi mirada y observé la sonrisa de Amanda. Me miraba fijamente, feliz, porque sabía que había ganado.
-Estoy deseando tomar el postre-comento Zayn-, ven conmigo Marie.
Levanté la mirada de mi plato y me quedé petrificada en mi sitio. No me quería ir sola con él.
-Ya voy yo señor-Amanda miraba a Zayn suplicante mientras yo volvía a respirar con normalidad.
Zayn me miró fijamente y se encogió de hombros mientras seguía a Amanda hasta la cocina. Solo esperaba poder salir de allí antes de que volviera.
Cogí la servilleta que se encontraba al lado de mis cubiertos y me limpié la boca. Justo cuando estaba a punto de levantarme una voz me detuvo.
-¡Ey Marie! ¿Qué tal estás?
Reconocí la voz de Louis al instante. Lo miré con una sonrisa.
-Bien, estoy algo cansada, creo que me iré a dormir.
Miré a los presentes que se encontraban en la mesa mientras me levantaba. Ellos habían sido mi familia. Habíamos tenido nuestros momentos de complicidad, pero después de todo, nada de eso importaba. Lo único que importaba era que estábamos todos juntos en esto.
Me percaté de que me observaban fijamente.
Todos, menos uno.
Observé una vez más a todos los presentes y me di la vuelta mientras me dirigía a las escaleras.
-No te vayas.
Me quedé paralizada en el primer escalón de las escaleras y sentí como me faltaba la respiración.
-¿Por qué?-mi voz sonó extraña mientras me daba la vuelta.
Harry tenía su mirada fija en mis ojos.
Mi corazón comenzó a latir con gran intensidad.

Harry
La observé. Mis manos temblaban mientras sentía que no podía respirar.
Ella me miraba con tristeza y notaba como la ira que sentía en su interior estaba aguantando para no salir.
Le había hecho daño.
Era un gilipollas.
Pero la quería.
Me levanté del asiento, dispuesto a confesar la verdad delante de todos. Todo me daba igual. Quería que sonriera, no que me mirara de esa manera.
-Creo que el postre se ha acabado- Amanda apareció por el umbral de la puerta acompañada de Zayn.
Maldita sea, me había interrumpido.
Marie me seguía mirando, esperando mi respuesta. Pero, simplemente, me volví a sentar en la mesa.
-Vayamonos a la discoteca Harry- Zayn me puso la mano en el hombro y me sonrió.
No tenía ni una pizca de ganas.
-Marie, tú serás mi acompañante esta noche-continuó Zayn.
-Vale,voy- contesté rápidamente mientras me levantaba.
Y una mierda. Zayn no se va a quedar a solas con ella. No sabiendo lo que podrá hacerle.
-¡Estupendo!- Zayn sonrió con felicidad y miró a Amanda-, tú serás la compañera de Harry, Amanda.
Amanda sonrió complacida mientras asentía y me miraba.
-¡Vamos!
Zayn aplaudió y me hizo una señal con la cabeza para que lo siguiera. Me levanté rápidamente y me choqué con Marie al caminar.
-Perdón-murmuré.
Marie asintió y no me miró mientras seguía caminando.
Espero que ella notara que mi perdón tenia doble significado.
Amanda me iba a coger de la mano pero en el último momento recordó algo y se fue.
Observé extrañado como se marchaba a toda velocidad,  hasta que lo comprendí. Fue en busca de Niall.
Le murmuró algo en el oído.
-¿Quieres que vaya a la fiesta?-Niall se separó de ella y la miró con una sonrisa.
-Venga, veeeeeeeeeen...-Amanda le sonreía coqueta mientras le cogía la mano. Sorprendentemente, no me molestó. Que haga lo que quiera.
Les dije adiós a mis esclavos y salí por la puerta delantera de mi mansión. Mi guardaespaldas nuevo, el señor Payne, me esperaba en el umbral de la puerta con seriedad.
-¿Cuál es la nueva orden, señor?
El viento abanicaba mi chaqueta mientras pensaba en mi nuevo objetivo.
Miré a Marie sobre mi hombro.
-Salvarla.

Marie
Me subí a la limusina negra que se encontraba aparcada en la entrada de la mansión.
Mis manos sudaban y yo intentaba mantener la calma.
Zayn puso su mano sobre mi muslo.
-Vamos a pasarlo bien.
-Claro-le miré con una sonrisa e intenté no observar como su mano iba subiendo poco a poco.
-¿Estamos todos?-Harry entró en la limusina y se sentó en el sitio que estaba frente a nosotros. Tras él entró un hombre de unos 23 años que era de un tono marrón de piel y que tenía unos brazos musculosos.
-¿Quién es?-pasaron unos segundos antes de que me diera cuenta de que la persona que había preguntado era yo.
-Payne-me saludó con un movimiento de cabeza- Liam Payne. A sus servicios señorita Marie.
Pestañeé, sorprendida de que supiera mi nombre. Harry se lo debería de haber dicho.
-Encantada-murmuré.
-Ya estamos aquí- Amanda entró junto con Niall y Louis en la limusina. ¿Qué hacen esos dos aquí?
-¿Qué hacen ustedes dos aquí?-Harry los miró extrañado mientras les dejaba sitio.
-Queríamos ir de fiesta también-Niall me empujó para que le dejara un sitio a mi lado.
Louis empujó a Amanda y se sentó junto a ella.
-Me iré a sentar delante junto a Nick-Liam le echó una mirada a Harry antes de salir del vehículo.
Durante el camino a la fiesta tanto Harry como Louis evitaron mirarse -algo que comprendía-, mientras que Niall hablaba con Amanda y Zayn de vez en cuando me iba murmurando cosas al oído.
Liam de vez en cuando bajaba la ventana que nos separaba con el conductor y me lanzaba miradas extrañas.
Estos cinco chicos me tenían harta.
Cuando llegamos a la discoteca, literalmente salí corriendo de la limusina. Estar tanto tiempo en un sitio cerrado me ponía de los nervios.
Zayn me alcanzó y me puso la mano en la cintura.
-¡A qué esperan! ¡Vamos a divertirnos!
Amanda cogió la mano de Harry y salió corriendo junto a él hacia dentro de la discoteca, bar o lo que fuera.
Ahí dentro había de todo.
Mi cara tuvo que ser épica porque Niall se puso a mi lado y me levantó la mandíbula.
-Cuidado no se te caiga- me sonrió y se fue en busca de algo en la barra.
La gente bailaba al compás de una canción de estilo pop que ni siquiera me acordaba de haber escuchado.
Empecé a ir hacia la barra para tomarme un refresco o algo frío pero una mano se puso en mi espalda.
-¿Vamos a bailar?
Di media vuelta y observé al señor Liam Payne mientras me tendía la mano. Me dije a mi misma que había que divertirse y no había mejor manera que bailando un rato. Y así podría aprovechar y descubrir quién era realmente.
-Vamos.
Empezamos a entrar en la pista y Liam me sonrió mientras me cogía las dos manos y las movía a los lados.
-No eres muy buen bailarín, ¿no?
-Por suerte bailar no es mi trabajo- me hizo dar una vuelta y de repente me empujó hacia él.
-¿Qué te pasa?-lo empujé dispuesta a separarme de él pero apretó su agarre en mi espalda.
-Escúcheme un momento señorita Marie, tiene que estar muy atenta a las explicaciones que voy a darle.
-¿Explicaciones? ¿Qué...?
-Marie, no tenemos tiempo-me interrumpió mientras me echaba un poco para atrás para mirarme a los ojos-, te voy a sacar de aquí.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora