20. El beso

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-¿Quieres que salgamos a alguna parte? Hace tiempo que no salimos a dar un paseo.

Eleva las cejas y yo suelto una tímida risa. Desde que entró a mi habitación supe que me iba a pedir algo.

-¿Me estás pidiendo una cita?- me arriesgo a preguntárselo ya que parece que hemos cogido un lazo muy fuerte, y no me he dado cuenta completamente hasta ahora.

-Algo así señora, lo único es que esta cita se ha repetido mucho.

Levanto la mirada del suelo y niego.

-No es lo mismo, créeme.

Me observa fijamente analizando mis palabras. Suspira. Se revuelve el pelo con sus dos manos. No puedo evitar una pequeña sonrisa al ver como se murmura a si mismo que es tonto.

-Tienes razón- deja de murmurar y vuelve su atención a mi-. ¿Podrías esperar unos minutos a que vuelva?

Asiento con curiosidad y se levanta rápidamente para salir de la habitación, no sin antes decirme adiós con la mano y hacerme señas de que espere. ¿A dónde diablos iría yo?

Me levanto de mi cama aun con una sonrisa en el rostro y llego hasta las escaleras, pero me detengo y observo a Niall en el final de las escaleras observando la puerta. Espera, no será…

-¡Hola Niall!- corro hasta donde se encuentra y lo abrazo cariñosamente, intento que aun se note que lo sigo queriendo como amigo- ¿Qué tal tu día?

Él pasa sus brazos por mi cintura.

-Hola nena, solo otro día aburrido más entre estas paredes-se separa de mi abrazo y pone un mechón de pelo tras la oreja-, y ¿tú qué tal?

-Un día divertido ante todo.

Sonrío sin enseñar los dientes y para mi mala suerte, observo que tiene un móvil en su mano. Tengo que hacer algo, para al menos estar a alerta de cuando lo utiliza y si es posible, quitárselo.

-Ahora iba al patio a coger un poco de aire. ¿Me acompañas?

-Claro- mi respuesta es alta y clara. No me separaré de él y esperaré mi oportunidad para quitarle el aparato.

Tiende su mano izquierda hacia mí y nerviosa acepto agarrar su mano, no me agrada mucho coger su mano.

Llegamos hasta donde se encuentra la fuente y se sienta en la hierba. Me estiro antes de sentarme y cruzo mis piernas mientras observo con curiosidad a Niall. Él se percata de que lo observo y me mira sonriendo mientras yo bajo mi cabeza y mis mejillas tornan rojas.

Si, puede que esté ideando un plan para matar a Harry, pero no puedo negar que una parte de mí no puede olvidar todo lo que hizo por mi felicidad.

-¿Me ocultas algo?- murmura, me sigue observando.

Levanto la cabeza y niego ni rápidamente ni lentamente, neutral, si hago un movimiento en el que se note que estoy nerviosa, puede que esté en apuros.

-Solo te observo -susurro-, ¿te han dicho que tienes unos ojos bonitos?

-Muchas veces- sonríe creído y vuelve a observar su móvil.

No tanto como Harry.

-¿Qué miras en el móvil?- señalo al móvil indiferentemente, como si quisiera entablar conversación.

Él levanta su mirada del móvil. Dios mío, como le hayan hecho algo… Trago saliva y quito ese pensamiento de mi cabeza.

-Nada, un mensaje sin importancia.

Espera un momento, un móvil, el ahora mismo puede llamar a alguien y que lo venga a buscar o cualquier cosa que quiera. ¿Y no hace nada? Frunzo el ceño y pienso mis opciones.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora