13. Respuestas.

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Silencio.

Silencio.

Silencio.

Eso es lo único que se escuchaba de camino a la mansión.

"Me gustas."

¿Cómo hemos llegado a esto?

Él coche frena bruscamente y Harry sale por la puerta sin siquiera mirarme.

Se dirije con la cabeza baja y los puños apretados a la mansión.

Yo abro la puerta y salgo corriendo tras de él.

–Harry...-le toco el hombro- No se que ha pasado pero...

–No digas nada Marie, solo... cállate.

Quita mi mano de su hombro y sube rápidamente las escaleras sin mirar a Amanda ni a Julia.

Claramente, intentaron llamar su atención.

Ignoro sus miradas de interrogación y me tumbo en el sofa del salón.

Uff, hasta donde hemos llegado estas semanas para que pase esto...

Cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás.

Pienso en como era antes de llegar aquí.

Una adolecente cuyo único problema eran sus padres.

Miro hacia la mesa de la izquierda del sofa y cojo el mando.

No estaría mal ver un rato la tele, con lo último que ha pasado...

Sin pensarlo más, enciendo la tele y observo lo que esta dando.

-Ésta noche...-cambio de canal- Antes de que preguntes...- vuelvo a cambiar de nuevo- Noticias, adolecente desaparecida en Londres.

Directamente, me pongo de pie y observo y escucho atentamente la televición.

Una señora morena, vestida elegantemente, empieza a contar lo que pasa.

-Hace un par de meses, la adolecente Marie Jones de Londres, ha desaparecido. Iva a dar un paseo, según cuentan sus padres, para relajarse, pero ya a las cuatro de la mañana sin ninguna respuesta de su móvil, se enteran de que ha desaparecido. Nadie sabe su paradero y no han llegado ni noticias, ni indicios, de donde puede estar, sus padres mandan este mensaje.

Mis ojos se abren como platos al ver a mi madre junto a mi padre, tanto él como ella tienen los ojos rojos, de llorar supongo.

Mi madre coje el micrófono y se decide a hablar.

-Cariño... no se que te ha pasado... Por favor, te necesitamos- echa su pelo largo y liso para detrás, no me estraña que se haya puesto tan elegante-, tu habitación está muy callada sin tí, intenta decirnos al menos si estás bien.

-Si, Marie- mi padre le quita el micrófono- te necesitamos, cariño.

Apago la televición justo cuando una foto mia aprece en ella.

Joder.

¿Tan mal están por mi culpa? Como siempre, tengo que arruinar a todo el mundo.

Subo cabizbaja la escalera y abro la puerta de mi habitación, pero una mano me retiene.

-Marie -la voz chillona de Amanda llega a mis oidos-, ¿que te ha pasado con Harry?

-Nada-no quiero mirarla.

-Es que ahora no le apetecia estar conmigo... bueno, iré a su puerta y le alegraré la noche.

En ese momento me doy rápidamente la vuelta y observo como Amanda toca su puerta.

Entro a mi habitación y deja un poquito la puerta abierta para poder escuchar.

-Señor...-ya le ha abierto la puerta-, si tiene algo malo ya sabe que yo puedo ayudarlo...

Oigo un gruñido y una puerta ser cerrada bruscamente.

Me quedo pretificada, ¿después de enterarse de que le gusto, se iva ya con otra?

Ah espera, que él es el señor.

Hago unas muecas de disgusto y miro el pasillo.

Oh dios.

Amanda sigue mirando sorprendida la puerta.

Karma, perra.

Aguanto una carcajada y observo en silencio como camina hasta su habitación y se encierra dentro.

Cuando no hay moros en la costa, salgo de cunquillas hasta estar delante de la habitación de Harry.

-Harry- susurro tras la puerta- ¿estás... estás bien?

Sin respuesta.

-Oye...-vuelvo a murmurar con mi mejilla pegada a la puerta- siento molestarte tanto... hace un momento que he visto por la tele a mis padres y, si quieres, me puedo ir y no contar nada sobre tí o esta casa, diré que me fui de fiesta o algo así.

Sigue sin contestar.

Bufo y me dirijo lentamente de nuevo a mi habitación.

Pero un ruido de pisadas me detiene.

Giro lentamente la cabeza y observo a Harry acercándose a mí, cabizbajo.

-Marie, vamos a tu habitación -murmura-, tenemos algo de que hablar.

Trago saliva y dejo que él vaya primero.

Cuando yo ya estoy dentro, el cierra léntamente la puerta y se apoya en ella.

Me mira fijamente.

-Siento si me he portado como un cabrón, pero es que estar a tu alrededor hace que mi mente y mi corazón se distorcionen.

Asiento lentamente y miro a mis calcetines.

-No te preocupes... yo nunca deberia haber venido.

Levanta rápidamente la cabeza y me mira fijamente como si haya dicho una gran estupidez.

-¿Estás de broma? Que tu hayas venido aqui es lo mejor que podria haberme pasado.

Sonrio amargamente.

-Claro -digo sarcásticamente-, ojalá simplemente no te haya arruinado la existencia por obligarte a salir conmigo por ahí, o algo por el estilo.

-Ven, siéntate conmigo- se tumba en mi cama.

Rápidamente me pongo junto a él y junto mis manos sobre mi regazo.

-De verdad me gustaría saber que me has hecho, mi mariposa enjaulada.

-¿Por qué me llamas asi?

-Porque yo soy el responsable de que estés aqui, encerrada. Ahora mismo podrías estar saliendo con tus amigos.

-Tampoco es que tuviera buena vida, pero bueno, yo pienso como tú, estos meses me han cambiado.

-Y a mi -asiente para si mismo-, ¿qué te parece si... no se, salimos y nos sinceramos?

-¿Sinceramos?

-Si, lo que pase... o no se si quieres.

Miro a sus ojos y observo como me mira con súplica.

-De acuerdo.

-Hasta mañana, mariposa enjaulada.

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Hola.♡
Perdón, encerio, ya llegan los examenes y blablabla.
Espero que os haya gustado el capítulo*--*.
De verdad, os agradezco vuestros votos y comentarios, ustedes me animan muucho.
Aksbsijd me enroyo, voy a leer a Patch y Flowers in the attic, byee✊
Los quieroo.

Stockholm SyndromeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora