Otra noche que se despertaba sobresaltado en los brazos de su madre. Los recuerdos lo perseguían.
Lentamente se levantó de la cama sin hacer mucho ruido y depositando un beso en la frente de su amada madre se vistio con ropa deportiva. Busco con la mirada el reloj en la mesa de luz. Y con luces verdes este indicaba las 3 de la mañana.
Las calles estaban tranquilas cubiertas por algunos faroles iluminando las veredas. Solamente se escuchaban sus pasos al correr y su respiración. Corrió varios kilómetros hasta un pequeño río al que solía ir siempre con su padre y desde allí vio nacer el nuevo día.
Eran pasadas las 7 cuando llego a su casa sudando y con su respiración entrecortada. Su madre estaba terminando el desayuno cuando lo escucho pasar directo hacia el baño y escucho como el agua de la ducha se abría.
-No puedes seguir así - dijo su madre entrando al baño sin importarle que Alex estuviera ahí- Desde que llegaste no duermes bien. Estoy preocupada.- le dijo en un hilo de voz. Evitando llorar. Su marido el padre de Alex habia pasado por lo mismo.
-Madre estoy bañándome. Desnudo-contestó él - ¿Podemos hablar cuando salga?
Emile dio media vuelta sin decir nada y salió del baño aguantando sus ganas de llorar. Necesitaba a su hijo a si como necesitaba a su amado Greg.
Varios minutos después ambos estaban sentados en la mesa de la cocina sin decir nada, bajo una notoria tensión.
-Esto no puede seguir asi- dijo Emile rompiendo el silencio.
Alex sabía que habia que hacer algo. Pero no podía, no sabía como.
-Mad...-empezó él a hablar y se cortó cuando noto la mirada de su madre. Con una sonrisa volvió a hablar - No sabes lo que se siente, estar pendiente de todo y todos. No poder salir tranquilamente a la calle sin buscar personas peligrosas, sin desconfiar de todos y cada una de las personas que por la calle se ve. No poder evitar sentir miedo con un ruido fuerte y por sobre todas las cosas tener miedo de que les pase algo a las personas más importantes en la vida.
Emile miraba atentamente a su hijo con un nudo en la garganta. Con tan sólo veinticinco años él había visto las peores miserias humanas.
-Nunca se es demasiado fuerte para afrontar todo lo que se ve en esos lados.- siguió él hablando.
A su mente vienen algunos recuerdos de esos dos años de servicio. Niños con rifles, amputados, madres llorando a sus muertos. Muchas atrocidades que nunca podrá quitar de su cabeza.
*Hola*
Lamento la demora!! Pero por un problema familiar no me sentía con las fuerzas necesarias para seguir escribiendo. Y ta. Espero les guste. No estoy muy centrada en el escribir traté de hacer lo mejor que pude.
Besitos Ceci
ESTÁS LEYENDO
Mi soldado.
Romance-Yo quiero ir contigo-decia el pequeño de tan solo seis años. -Aún eres muy pequeño Alex.-dijo su padre.-Cuida de tu madre.-Pidió. Esa fue la última vez que el pequeño Alex vio a su padre hasta el dia que llegaron y les dieron la notícia. El gen...