Alex mira nuevamente el reloj en su muñeca y sólo habían pasado apenas dos minutos desde la última vez que se había fijado.
Esa mañana se despertó temprano junto con las primeras luces del día, escucho a su madre caminar por los pasillos mientras tarareaba una canción.
-Buenos días madre- saludo Alex entrando a la cocina vistiendo un short deportivo y unos zapatos de correr.
-Alex.-dijo ella fingiendo enojo.- No escuché cuando llegaste -dijo ella volviendo a terminar el desayuno. Pensandolo bien Emile tampoco había escuchado cuando él había salido como todos los días.
El día transcurrió demasiado lento para Alex los minutos parecían horas y las horas eran interminables.
Alex volvio a ver su reloj en su muñeca. Aún faltaba media hora para que fuera la cita. Ya llevaba unos veinte minutos sentado en esa banca de la plaza viendo la gente pasar.
-¿A dónde vas? -le había preguntado su madre cuando lo vio salir bien peinado, correctamente vestido y con un perfume que inundaba la habitación.
-Salgo madre.- respondió él evitando sus preguntas futuras.
-¿Quien es ella? -preguntó Emile.- Ese perfume. -dijo ella cuando Alex la miro sorprendido- Era el mismo que usaba tu padre cuando salía conmigo-
-Se llama Clara- dijo él sonriendo.
-Perdón la demora- habló alguien a su espalda. Alex miró la hora y recién pasaban cinco minutos de las cuatro.- ¿hace mucho que esperas?- preguntó ella sonriendo.
-Para nada.-contestó él. -Recién llegué.-
Espero les guste.
Besu . Chaus !
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Mi soldado.
Romance-Yo quiero ir contigo-decia el pequeño de tan solo seis años. -Aún eres muy pequeño Alex.-dijo su padre.-Cuida de tu madre.-Pidió. Esa fue la última vez que el pequeño Alex vio a su padre hasta el dia que llegaron y les dieron la notícia. El gen...
