Capítulo 7. Ledey

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Me miraba bailar, me miraba a mi misma bailar una y otra vez en el espejo, mis pies temblaban al compás de mi dolor, al compás de mi pasión, una oleada de sentimientos extasiaba mi mirada en el gran espejo, esta era la última clase de ensayo antes del recital, esta semana, además del último ensayo, era mi última semana en la escuela de ballet, había estado aquí por doce años, ya tengo veinte, y no quiero que esto termine.

Mis brazos se deslizan a la altura de mis hombros, levemente suben hasta rozar mi cabello, y salto, salto, salto, cada pensamiento estaba al igual que mis pasos de baile, programados, todo estaba al detalle, parecía inclusive aquella exactitud tan precisa algo aburrido, quería salirme de allí girando hasta mi casa, danzando hasta mi casa, saltando sobre los techos de las casas, como si hiciese parkur, he de reconocer que mis amigos no me reconocerían si me viesen con tutu y levantando mis pies en punta, a decir verdad soy una chica un poco masculina.

Termina mi ensayo y... bueno después de una corta pero emotiva despedida en el estudio me voy, caminando, respirando tantas cosas que sin duda quedarme sin aire no era una opción, un ciclo terminaba y ahora que tenía la oportunidad de hacer cosas nuevas debía madurar. Al bajar la calle antes de casa me di cuenta de que aún llevaba en moño hecho, suelto mi cabello y lo despeino un poco, aun siento que tengo la cara estirada de la presión que me hacía la cola, y fue algo bastante oportuno, uno de mis vecinos me ve llegar, esta en patineta y no resisto saludarlo y quitársela para continuar unos metros hasta casa. El se llama Wilde, nos conocemos desde que el llego al barrio hace unos cinco años, yo sin embargo tengo aquí toda la vida.

Wilde aún me mira con los mimos ojos del primer día, hace un año me confeso que estaba enamorado de mí, pero supongo que no es mi... bueno, no termina de agradarme como para tener una relación con él. Me quito su patineta en la entrada de casa y me despedí de él con un abrazo. Abría la puerta de la sala y todo parecía estar en orden, la casa estaba sola, extrañamente había mucho silencio, bueno supongo que desde que Alce se fue a estudiar historia fuera me siento un poco sola, actualmente lo único que hago con mi vida es entrenar en las mañanas, camino por una hora y luego me voy a clases de ballet, por las tardes suelo descansar de estar descansada supongo y me pongo a pensar en cuantas cosas podría estar haciendo que aún no hago, como ser rica, jajaja, realmente lo pienso, pero emprender acciones resulta más difícil que divertido, y luego termino dejando las cosas como estaban, las personas soñadoras como yo morimos de decepciones.

Subo a mi cuarto, me baño, me visto de nuevo y me acuesto a chatear, supongo que es lo único que puede distraerme y a decir verdad tampoco es que tenga muchos amigos, solemos escribirnos a un grupo de unas siete personas de aquí del barrio, la verdad nos conocimos hace muy poco, ni siquiera un año, en una fiesta y aún puedo recordarla, pero es un tema bastante embarazoso, nos hemos vuelto en fin, muy buenos amigos, mis amigos del colegio desaparecieron y los del instituto... bueno nunca me sentí muy a gusto en el instituto para ser sincera.

Después de chatear por una hora llegan mis padres del trabajo, mi madre se llama Petra y mi padre Jov, ella es alemana y el ruso, bastante callados, y muy cerrados la verdad, bueno supongo que es este clima que nos tiene paralizadas las relaciones sociales. Bajo a ver que trajeron de noticias y al bajar me doy cuenta de que tren consigo bastantes bolsas.

-Hola mamá ¿que es todo eso?

-Hola Ledey, fuimos a comprar unos teléfonos nuevos, y conseguimos en oferta estos disfraces, como nadie compra cosas en físico nos los dejaron mucho más baratos.

-¿disfraces? ¿En serio?-

-Sí, pero no son cualquier tipo de disfraces, estos disfraces fueron alterados y cada uno posee identidad propia, al ponertelos además de verte como el personaje puedes imitar a la perfección su voz, actuar como ellos, o inclusive pensar desde su punto de vista, dicen que con uno de ellos James Kolh entró al banco de Nueva Roma y se hizo pasar por el accionario principal para robar ciento veinte millones de copias (dinero) desde entoncés los prohibieron.

-Pero no tiene sentido, ¿como vas a tener tú unos disfraces tan valiosos?-

-No lo sé, el señor me contó que la policía creyó haberse desecho de ellos al quemarlos, pero según el, estos disfraces se regeneran, pues al igual que en una persona, la identidad nunca muere, el único requisito que necesitan es una buena historia que contar, y para hacer que funcionen hay que relatar un texto de al menos veinticinco mil palabras describiendo el personaje.

Todo me parecía una locura y decidí dejar el tema hasta ahí, y pensándolo bien con tantas cosas que había creado el ser humano, un disfraz con actuación incluida y imposible de quemar, lo más ilógico fue que mamá los consiguió.

Al subir de nuevo las escaleras veo pegada en la escalera las fotos del instituto recuerdo que yo decía que estar allí era una pérdida de tiempo, creía que por tener la tecnología suficiente para no estudiar tenía derecho a pasar mi vida encerrada en casa, y ahora que lo estoy me siento tan equivocada, una estúpida fui, ahora se que en realidad llegué a apreciar a algunos compañeros y de otros nunca supe que sucedió con sus vidas, a la única que veo de la promoción y casualmente a diario es a Alicia, ella parece estar trabajando un poco lejos de aquí, la veo por la ventana de mi cuarto levantarse muy temprano, baja caminando la calle hasta que culmina y luego como la mayoría al llegar allí desparece.

Viendo a Alicia, a mis compañeros y a toda esta gente joven como yo, me pregunto que será de mi vida, todo este tiempo aquí encerrada me hace sentir inútil. A veces lloró un rato antes de ir a dormir y no se si es porque realmente me siento sola o porque no quiero despertar en otro día como este y los últimos cuatro años. No entiendo cual es el futuro de mi civilización si todos estamos predestinados a ser unos inútiles si ya se supone que todo esta inventado, ¿que sentido tiene? Ni siquiera razonándolo consigo un rumbo para mi vida, tal vez estaré aquí prisionera de mis pensamientos toda mi vida y de un día para otro escape corriendo, pero lo que es seguro, es que siempre he querido ser tan fuerte que verme al espejo solo me recuerda la persona tan débil que soy



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