Episodio 8

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AURORA

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AURORA

Y ahora estaba yo, aquí, amarrada con una soga en la misma silla y peor aún con cinta en mis labios no podía decir nada.
Mire hacia todos los lados y no veía a Frank.

— ¡A-y-u-d-a! —Trataba de decir pero no se entendía nada.
La puerta se abrió dejando ver a un Frank totalmente arreglado y guapo.
—Aquí estoy, acabo de llegar de la universidad, debes estar cansada y sucia —mi sangre hervía y además tenían un fuerte dolor en mi vientre, ojalá que no fuera lo que me estaba imaginando.
Bastardo —dije, y aunque yo entendía lo que decía el no y eso lo hacía reír.
—No te preocupes ya te quitaré la cinta —se acercó a mí y su perfume varonil inundó mis fosas nasales.
— ¡Hay!— dije cuando me quito la cinta.
Lo miré pero él tenía la mirada fija en mi rostro.
— ¿Q-qué te pasa? —Pregunte.
—Tu aliento... —puse mi mano en mi boca y bote aire, mi aliento no era tan malo — ¿Qué pasa con mi aliento? —Él sonrió.
—Eres la primera mujer a la cual después de levantarse, su aliento no es inmundo y eso que no te cepillaste —era un comentario fuera de lo romántico, pero para mí, era como si me hubiese dicho "Tus labios me encantan ".
Mis estúpidas y antojadas mejillas se antojaron de sonrojarse.

— Necesito bañarme —dije, no iba a estar todo el día sin bañarme, aunque hiciera frío no lo soportaría.
—Está bien, esto fue lo que planee, te daré libre el tiempo para que te bañes —se quedó pensando—. Aunque pensándolo bien, tú me bañaste y yo no pude soltarme.
No, por favor, mi período menstrual estaba en sus momentos y él iba a avergonzarme, aunque yo no podría dejar que me viese desnuda o en paños, menos.
— ¡Nunca!, prefiero no bañarme —dije y él soltó una carcajada.
—Si así lo deseas, lo que usted quiera su majestad —dijo y se sentó en el sillón.
—Ahora si me permite, necesitó estudiar porque tengo un examen mañana —dijo y yo seguía con ese fastidio.

Tres horas después

Tenía unos dolores horribles y estaba llorando, él no se había dado cuenta pero yo estaba que daba a luz.
El volteo y me quedó mirando y luego miró el libro de estudio, pero después volteo de nuevo hacia donde mi con el ceño fruncido.
— ¿Qué tienes?
—Nada —negué y mire a otro lado.
Me incline e hice una mueca de dolor.
—Sé que estamos en una posición demasiado difícil, pero si te sientes mal dímelo, Ok.
—Es que... Creo que me llegó —trataba de explicarle.
Para algunas mujeres como yo era difícil explicar que tienes el período menstrual a un hombre.
— ¿Dolor estomacal? —Volvió a preguntar
—No, es eso que nos da a la mujeres
— ¿He?
—Periodo menstrual —mis mejillas volvieron a colocarse
— ¿What the fuck?— este hombre nunca había escuchado de esto, ¿en serio?
— A las mujeres nos da algo mensual llamado "periodo menstrual ", expulsamos toda nuestra sangre sucia —le dije con cierto dolor gracias a mis cólicos.
—Ok, para, demasiada información, se me había olvidado —me dijo rascándose su nuca— ¿necesitas algo?
— ¡Necesito un maldito baño y un jodido calmante o sino mi estúpido poder de Hulk reventara esta silla y te mataré! —Grité, no sé cómo pero lo hice.
—Ya sabía yo que había actuado demasiado normal hoy y te recuerdo que estaba amarrada porque tú lo decidiste ahora tu eres mi juguete y yo hago lo que quiero contigo.
—Maldigo el día en que se me vino esa estúpida idea a la mente —dije y él sonrió.
Enserio no sé cómo se me vino eso a la mente.

Ella esta demente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora