Episodio 19

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Las angustiosas horas se hacían cada vez más invites, pero yo y Cassie esperábamos respuestas, hasta que lo anhelado llegó, pero no como queríamos

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Las angustiosas horas se hacían cada vez más invites, pero yo y Cassie esperábamos respuestas, hasta que lo anhelado llegó, pero no como queríamos.

—Familiares de la señorita Aurora —dijo el Doctor, y yo enseguida corrí hasta donde él estaba.

— ¿Sí?, somos nosotros, ¿Qué pasó? ¿Cómo está? —pregunté inmediatamente.

—Pues... la señorita aceptó la incubación de células madres, pero eso no indica que haya salido de peligro —dijo y yo sentí el sabor más amargo en mi paladar, mientras que Cassie frotaba con sus dedos mi mano —. En las próximas horas veremos las respuestas de Aurora —finalizó con su comunicado, pero yo quería más.

— ¿Puedo verla?

—No, ella estará en observación, solo será vista por médicos y enfermeras —dijo y mi sangre se calentó.

— ¡Pero lo necesito! —grité.

—Señor, lo que usted necesita es que ella esté bien, hay que manejar todo con cuidado, espero y lo entienda —dijo el médico y Cassie me tomó con sus manos mi rostro.

—Debes tranquilizarte, todo está bien —dijo y yo sonreí.

—Es que no lo entiendes, sólo quiero verla, lo necesito —le dije, ella se quedó mirándome y me soltó enseguida, parecía enojada, pero solo me importaba Aurora.

—No conoces a esa chica, pareces su familia, no lo eres, Frank —me dijo.

—Lo sé, y aunque desearía serlo, no puedo, pero me importa y eso va más allá de todo, simplemente es inevitable no querer a una persona que ha sufrido mucho y desea salir de ese hoyo.

—Sólo tranquilízate, debes hacerlo, no es tu novia, ni nada por el estilo, Frank —me dijo, es que no entendía qué estaba pasando.

— ¡Rayos, Cassie!, pareciese que te gustó —le dije y ella se quedó mirándome seria.

—Tú eres el que no entiende —me dijo y fruncí el ceño.

— ¿Qué es lo que no entiendo?

—Yo vine aquí por ti, porque siempre me has gustado y ahora que estoy de nuevo, resulta que por fin has sentado cabeza, has dejado de ser un mujeriego y ahora quieres a otra, ¿no entiendes cuán difícil es esto para mí? —dijo y podía sentir su dolor, aunque no como sentía el de Aurora.

—Lo siento, yo no lo sabía. Nunca pensé que te gustaba o algo así.

—Pues a veces las apariencias engañan y por tonta nunca pude demostrarte lo que sentía.

— De todas maneras no me hubiese importado — dije.

— ¡Basta, Frank!, duele —dijo y yo moví mis hombros —.Es como si a esa chica le gustará otro chico, y tú no le hayas dicho lo que sientes por ella.

—Ella no conoce a otro chico más que a mí —dije y Cassie miró sus zapatos y luego a mí.

— ¿Cómo lo sabes?

Yo sonreí.

—Yo sé todo de ella, sé que nunca ha conocido a otro chico, sé que ella me ama, que siempre lo hizo, desde hace años atrás —dije y Cassie rió.

—Vale confianzudo, total, puedo sacarme este sentimiento, hay muchos chicos ardientes y guapos en este país.

—Eso no lo dudes.

—Bien, ¿esperaremos aquí hasta que ella despierte?

—Totalmente, aunque puedes ir a casa y descansar.

—Yo quiero conocerla.

—Está bien.

Pasaron dos días sin que pudiéramos ver a Aurora y Cassie seguía a mi lado, siempre sería mi amiga.

—Familiares de Aurora —dijo una enfermera y nos levantamos de disparo.

— ¿Podemos ver a Aurora? —pregunté y ella sonrió.

—Por supuesto —dijo. Cassie me tomó del brazo.

Caminamos hacia el ascensor y subimos al piso de Aurora. Mientras entramos a la habitación había una doctora haciendo unas trenzas en el largo cabello de Aurora y otra estaba mirándola.

—Es muy linda —dijo una y la otra sonrió —.Tiene un lindo y sedoso cabello.

Una sonrisa se dibujó en mi cuerpo, me encantaba cuando las personas decían que Aurora era linda, me hacía saber que yo no era el único que podía ver esa belleza, ella era linda, aunque lo negaba. Nos acercamos a su cama y con mis dedos toqué su rosada mejilla. Tenía unos cables que llevan el oxígeno a sus pulmones a través de su nariz y tenía otros que daban información de su cuerpo, pero ella estaba dormida.

—No hablará con ustedes, porque está sedada en estos momentos, ha tenido un poco de dolor, pero está estable, solo tienen media hora —dijo una de las doctoras, yo asentí, me acerque a ella más y besé sus delicadas manos.

—Es muy linda, Frank —dijo Cassie, que por un momento se me había olvidado que ella me acompañaba.

—Lo sé.

—Debes cuidarla —dijo

—Siempre lo haré, si llega a salir de esta, que lo hará, no la dejaré nunca... nunca —dije.

—Creo que voy a salir, te dejaré solo.

—Está bien.

Acompañé a Cassie a la salida, sabía que le dolía que yo amara a alguien más, pero yo no podía hacer nada. Me senté al lado de Aurora, en la cama, y me incliné para besar sus gruesos labios.

Desde el momento en que empecé a tratar con ella me enamoré y no pude evitarlo, esperaba con ansias que ella despertará, para decirle lo que sentía. Volví a besarla una y otra vez. Hasta que sus ojos se abrieron y ella me miró.

— ¿Frank?

—Aurora.


Ella esta demente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora