La niña de mis ojos

capítulo 6

Al principio ella se sorprende, sin en cambio no se aparta. Es un beso lento y con un sabor muy dulce. Jamás había tenido ese sentimiento al besar a alguien. Muchos pensamientos pasan en mi cabeza sin lograr distinguirlos.

Pero de la nada ella se aleja.
- no no esto no puede ser... tu tienes novia!
Eso es cierto, pero en estos momentos en lo que menos pienso y por lo que menos me preocupa es Samara.
- tienes razón pero ella no tiene por que enterarse.
- me estas diciendo que lo que quieres conmigo es una aventura de fin de semana?
Acabo de empeorar todo con lo que dije, que estupidez!
- no, no me refería a eso!
- entonces a que!?
Dice elevando la voz.
- lo que pasa es que esta semana que llevamos juntos eh empezado a sentir cosas que jamas en mi vida había sentido! Mierda, esto es algo completamente diferente a lo que había sentido!

No me doy cuenta de lo que dije hasta un poco después. Veo la cara de sorpresa de Melliza, no logro descifrar lo que piensa.
- Harold lo que dices es cierto?
- completamente
Digo bajando un poco la cabeza.
Y es ahí cuando el incómodo silencio inicia, quiero decir algo pero no se que. Pasan mas de 2 minutos...
- yo también siento algo por ti.
Dice Melliza con la cabeza agachada y con un volumen de voz apenas audible.
Veo como una lágrima cae por su mejilla, con mi pulgar se la quito con delicadeza.
- no quiero que llores, sabes te prometo que dejare a Samara... claro si tu quieres.
- lo dices enserio?
Me voltea a ver a los ojos. No puedo creer lo que voy a decir...
- si muy enserio.
Me abraza con fuerza, trato de volver a besarla, pero ella se niega.
- de eso nada, hasta que termines con Samara. ¿Trato hecho?
- trato hecho... tienes razón.
Estrechamos nuestras manos y ella sonríe.
- y si regresamos? Ya esta obscureciendo
- claro, solo espera..
Se seca las lágrimas que tiene.
- listo vámonos.
Le extiendo la mano y ella la toma.
De camino pienso en esta locura. Es posible enamorarse de una chica en solo una semana? Pues por lo visto creo que si. Es que simplemente no puedo evitar volverme loco con esa sonrisa y los ojos que brillan cada que algo la emociona.

Llegamos, ya empieza a obscurecer y nuestros padres se encuentran prendiendo una fogata.
Melliza se va con su madre a colocar bombones en palitos de madera.
- Harold ven para acá
Dice mi papá.
Mientras ayudo a prender la fogata con un poco de leña.

Ya todo listo nos ponemos a asar los bombones en el fuego; de repente mi mamá empieza a cantar esas canciones para niños pequeños, apesar de eso le sigo el juego junto con mi papá y la familia de Melliza.
Nos la pasamos asi un buen rato, pero ya dando las 11:00 nos vamos cada quien a su casa de campaña.
En una duerme Melliza y sus papás, en otra los mios y yo en la más pequeña.
Ya que me encuentro solo trato de dormir, pero no dejo de pensar en Melliza en esos sentimientos que despertó en mí en tan poco tiempo.
Cuando menos lo espero me quedo dormido.

Me despierto de repente y sin saber que es aquello húmedo que empieza a caer en mi cara.

Abro los ojos de golpe, y lo que encuentro es a Melliza y a mis padres con unas pistolas de agua.
- oye! - digo
Pero en eso ella me dispara de nuevo a la cara. Y se ríe.
- de esta no te salvas.!
Digo fingiendo enojo, me paro lo más rápido que puedo y la persigo. Mis padres empiezan a reír también, creo que nunca me habían visto actuar como un niño desde hace mucho tiempo.

Ella corre tratando de escapar, pero soy mucho más veloz que ella asi que no tardo en atraparla, la agarro de la cintura para que no se valla y le quito la pistola de agua, y le apunto para disprarle pero cuál es mi sorpresa que al intentarlo ya no sale disparado nada.
Melliza empieza a morirse de risa.
- enserio creíste que te dejaría que la agarraras con tanta facilidad
Dice ella entre risas.
- que malvada eres.
Y empiezo a reír también, ahí es cuando me doy cuenta que los padres de los dos nos estan viendo con cara de sorpresa. Ella y yo nos tranquilizamos y volvemos con nuestros padres.
- sabíamos que eran amigos, pero no que se llevaran así
Le dice mi mamá a mi papá al oido.
- bueno vamos a recoger las casas y luego almorzar En algún restaurante.
Dice el papá de Melliza.
Todos asentimos y vamos a recoger todo.
Ya todo en la camioneta nos subimos, como de ida mis papás enfrente, los de Melliza en los asientos de en medio y ella y yo hasta atrás.

Tardamos medía hora en llegar a un restaurante, donde desayunamos.
Después de ahí avanzamos un poco y llegamos un lugar donde hay un teleférico y una tirolesa.
Pagamos nuestros boletos y esperamos a que el vagón llege.
Yo me subo en un vagón con mis padres y en el otro Melliza y sus papás.
La vista es extraordinaria, las pocas casas que hay, y todo el bosque se ve genial.
- oye que fué lo de la mañana eh Harold? - dice mi madre con un tono bastante extraño.
- de que hablas?
- pues de ese comportamiento con Melliza, nunca pense que ya fueran tan amigos.
- a sobre eso... pues no lo se, diversión talvez.
- porque no me habias dicho que se van juntos todos los días?
- creí que ya lo sabias, además que tiene?
- no lo se, ¿estas interesado en ella?
- ¡mamá! ¿Cómo puedes decir eso?
Trato de parecer lo más convincente, si les digo la verdad pensaran que me he vuelto loco.
- ya dejalo amor, no tiene nada de malo que le llege a gustar Melliza, es una chica muy linda y noble. - por fin interviene mi papá.
- ¡que no me gusta! - digo alzando la voz
- perdon es que eso me pareció- se disculpa mi mamá.
Llegamos hasta la punta de la montaña, ahí hay una tirolesa por la cual se regresa.
El primero en lanzarse soy yo, un joven me ayuda a colocar el arnés, corro y salgo en el riel; siento como la adrenalina recorre mi cuerpo, es una experiencia padrisima, aunque honestamente da algo de miedo. Llego, y otro chico me ayuda a quitar el arnes. Pasan unos 5 minutos y llega Melliza, esta bastante sorprendida. Me acerco a ella y le digo.
- que tal todo?
- genial, fué asombroso, aunque al principio creí que me iba a caer. Pero no lo se fué espectacular.
- que bueno que te gusto, yo tenía mucho tiempo que no venía, pero me gusta este tipo de cosas.
- gracias
- porque?
- por darme unos de los mejores días.
Después de decir eso me da un beso en la mejilla.