Espero a que termine la primer clase y salgo de la bodega.
Corro al ver que el maestro esta a punto de llegar, entramos los dos juntos al salón.
Me apresuro a tomar asiento, y rápidamente busco a Melliza con la mirada, al no encontrarla la confusión me invade.
La voz de el profesor me saca de mis pensamientos.
- Señor Garcia, ¡le estoy hablando!
¿Que me dijo? Ignore completamente de lo que estaba hablando.
- Disculpe profesor no escuche lo que me dijo
- le estaba diciendo que que es lo, ¿que se le perdió?
- ¿porque lo dice?
- pues porque desde que llego no paro de ver a todos los lados del aula.
La clase transcurre lentamente, y no comprendo nada de lo que habla el profesor.
Ya que es hora del almuerzo salgo, y tomo camino hacia la cafetería.
- Harold! Harold!
Escucho que alguien me habla, pero no reconozco la voz. Volteo y me encuentro con una de las nuevas amigas de Melliza, se llama Dulce, si mal no recuerdo. No veo razón para que me hable, pero aún así me acerco.
- ¿¡que paso!? ¿Dulce, verdad!?
- si. Harold, me dí cuenta de que en la clase de cálculo no dejabas de buscar a Melliza.
- si, me parece que todo el mundo se dió cuenta.
Dije con algo de ironía.
- tranquilo, lo único que quiero decirte, es que ella fué al medico.
¿¡Al doctor!? ¿¡Este a enferma!? ¿Acaso le había pasado algo? Automáticamente vino a mi cabeza Samara. Y si le hizo algo?
Pero en lugar de suponer decidí preguntarle a Dulce.
- ¿y de casualidad no sabes porque fué?
Trate de decirlo con la mayor tranquilidad posible.
- no, solo llegaron sus papás y se la llevaron.
Le agradecí por la información, y me fuí a mis siguientes clases, el tiempo transcurrió lento, y yo no dejaba de pensar el porque Melliza se había ido. ¿Sería que le paso algo grave? No lo creo, pero necesito saber.
ESTÁS LEYENDO
La niña de mis ojos
Novela JuvenilLa conoció como a cualquiera pero la amo como a ninguna. Desde que la vió supo que esa chica tenía algo especial, que la hacia diferente a las demás. Nunca imagino que la querría tanto y que le daría tanto miedo perderla. Pero aveces el destin...