capítulo 21

112 4 0
                                    

Ya pasó una semana desde que Melliza salió de viaje. Hemos estado hablando todos los días por video chat, me cuenta todo lo que hace día a día. Parace que se divierte bastante por allá. Mientras que yo trato de aprovechar estas vacaciones para pintar; ya hace bastante tiempo que no hacía un cuadro o algo de ese estilo. Pero ahora tengo un proyecto el cuál es super importante, es un retrato de Melliza. Se que sonara cursi, o incluso ilógico, pero quiero darle algo especial para su cumpleaños número 19, el 13 de enero. Y pues ya que para Navidad no podré darle nada, quiero que en su cumpleaños sea especial. Así que compré algunos lienzos, y pinturas nuevas. Empezé justo hace dos días y hasta ahora llevo ni la mitad de el trazo a lápiz. No entiendo la razón de porque eh tardado tanto. Quizá sea, porque aunque me se su rostro perfectamente de memoria me cuesta plasmarlo en algo; simplemente es complicado. Y apesar de que trato de inspirarme viendo sus fotos no puedo.

Hoy es Noche Buena, y no tengo plan para salir de casa, simplemente vendrá toda mi familia, primos, tíos, abuelos. Por lo mismo mamá no esta tan atareada, ya que tanto mi tía, cómo mi abuelita traeran un platillo.
Y la casa esta básicamente adornada y limpia desde el día de la posada.

Me quedo encerrado en mi cuarto tratando de seguir mi intento de cuadro, no digo que este quedando mal, pero siento que puedo dar más de ello.

Después de tanto intento, decido llamarla. Talvez escuchando su voz me inspire un poco más.
Selecciono su número de "favoritos".
El timbre empieza a sonar una, dos, tres, cuatro, cinco veces; talvez está muy ocupada. Ya apunto de colgar, contesta...
- ¿Harold?
Suena algo confundida, además de que se escucha bastante ruido de fondo.
- si, hola Melliza. ¿cómo estas?
-bien gracias; ¿Y tu?
- bien, ¿qué tal tu día?
-oye, no se escucha muy bien, estoy en Disney, mejor hablamos a rato por skype. ¿si?
No se le escuchaba casi nada, seguramente estaba formada en alguna fila.
- ok, hablamos luego, diviértete.
- gracias, te amo.
- Y yo a ti
Esto último probablemente ya no lo escucho, ya que colgo inmediatamente.

Después de todo, terminé el boceto a lápiz, al menos era un avance. Y pues quedo lo que se puede decir bien, ya al momento de aplicar la pintura se verá mucho mejor.
Ahora si, tenía que arreglarme, y terminar de envolver el regalo para el intercambio familiar.
Me toco mi primo el más chico, así que no fué tan complicado escoger el regalo, simplemente fuí a la zona de juguetes en el supermercado.
Ya terminando de envolver una colección de los súper héroes de Marvel, en una caja forrada de papel azul brillante, junto con un gran moño rojo.
Me metí a bañar, y al salir busque que ponerme, no se para que vestir formal, si lo único que voy a hacer es quedarme en mi casa a cenar cómo si nunca en mi vida hubiera probado la comida.
Me afeito, estos días de vacaciones no se me hace costumbre afeitarme, ya que no eh salido de casa, más que para ir a la tienda.
Decido ponerme un pantalón gris oxford, junto con una playera tipo polo color azul cielo y un par de zapatos negros.
Al verme al espejo no me siento como si fuera yo. Pero total, todo sea por lo que dice mi mamá.
Me termino de peinar y me Perfumo.

Mis tíos y mis abuelos llegan como a las cinco de la tarde.
Entre todos empezamos a acomodar toda la mesa.
Cenamos un pavo relleno, junto con lomo en adobo y la ya tradicional ensalada de manzana la cual es mi favorita, después de comer hacemos lo típico de navidad, de intercambio me dan unos pantalones de mezclilla, junto con unos audifonos color rojo. Se podría decir que no es el mejor regalo, pero algo es algo.
Mi primo se emociona muchísimo cuando ve su regalo, su cara de alegria me recuerda a cuando yo era pequeño y como me ponía al abrir los reglalos de navidad. Era una de las épocas de año que más me gustaban, claro, después de mi cumpleaños.
La pasamos bastante bien, cantamos un poco de karaoke, la abuela contó algunas de sus anécdotas, sobre las aventuras que tuvo de joven, incluso contamos uno que otro chiste; fué muy divertido.
Como ya es bastante tarde, se quedan a dormir aquí. Así que ponemos unos colchones inflables.
Cuando tengo que subir por un par de cobertores, veo mi laptop prendida. ¡Lo olvidé! Se suponía que la había dejado prendida por si Melliza llamaba pudiera escucharla.
Y si, tengo tres videollamadas perdidas. Checo la hora, las tres de la mañana. Es obvio que esta ya dormida, tedre que hablar con ella mañana.

La niña de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora