Capítulo 27

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Es 13 de Enero, cumpleaños de Melliza, hoy cumple 17. 

Me levanto temprano, para tener toda su sorpresa lista, imagino la cara de felicidad que pondrá cuando vea lo que le tengo preparado. A pesar de que muero de ganas de llamarla o incluso ir a su casa a despertarla, no lo haré, reprimiré mis ganas con tal de hacerla creer que me he olvidado de su cumpleaños; aunque claro es imposible olvidarme de un día así. La idea de verla en pijama invade mi mente, seguramente se ve hermosa como siempre. Aunque ella diga que parece araña con su cabello completamente alborotado en esa especie de chongo que se hace sobre la cabeza, yo siempre la veré con ojos de amor, por que eso es lo que siento por ella. 

Después de llevar todo en el auto al lugar en el que le daré la sorpresa,  repaso nuevamente la lista que hice para no olvidarme de nada, tengo menos de 2 horas para tener listo todo. Por supuesto tuve que convencer a sus padres de que fueran mis cómplices, necesitaba que ellos también mantuvieran el secreto, les conté parte de mi plan, pero claro, no todo para que si accidentalmente se les escapaba algo, no le arruinaran la emoción, aunque confío en ellos para hacer feliz a su pequeña

Melliza 

Son casi las 10 de la mañana yo sigo acostada en la cama; y Harold no me ha llamado, ni siquiera me ha mandado un whatsapp a modo de felicitación. Se que no debería estresarme tanto, pero me parece demasiado extraño, quizá siga dormido, aunque ayer se despidió temprano por que dijo que tenía sueño. ¿Estará enojado conmigo? pero... no hemos tenido ninguna pelea, es más casi ni peleamos. 

Me saca una pequeña sonrisa el hecho de acordarme de algunas de nuestras peleas; como el día en que no sabíamos que serie ver en Netflix, yo quería PLL, pero el prefería ver TWD, peleamos por un buen rato por el control, nos agarramos a cosquillas, luego el me mordió una mejilla, por lo que yo lo golpee con una almohada. Al final no terminamos viendo ninguna de esas dos y optamos por ver una película infantil. A algunas parejas les parecemos demasiado cursis o acaramelados, pero yo no lo veo así, para mi es como un amor inocente, en el cual no es necesario besarse apasionadamente o toquetearse para ser felices, también implica el hecho de ser mejores amigos, confidentes, poderle contar tus problemas al otro sin temor a que te juzgue o incluso a que critique las decisiones que tomas, poder actuar como un par de niños pequeños jugando en el parque, y al mismo tiempo ser unos apasionados amantes. 

Mis papás tocan a la puerta, traen un pequeño pastelillo con una velita color rosa; traen en el celular las mañanitas de Cepillín, mientras ellos cantan al ritmo, mi papá ligeramente desafinado, pero con mucho cariño. Shimi entra detrás de ellos con un moñito en el cuello y un cascabel que suena cada que camina. Brinca a la cama y se acurruca en mis piernas, mientras que ellos se sientan en la orilla de la cama.

- gracias, de verdad no tienen idea de cuanto los amo - hago a un lado a la gatita, para poder sentarme y abrazarlos- son los mejores.

-bueno, ya pequeña, que nos vas a hacer llorar-dice mi mamá al momento que me tiene entre sus brazos.

-mejor, sopla ya la vela y pide un deseo...- contesta mi papá acercando el pastelillo.

Un deseo... tal vez sea una tradición algo tonta e infantil, pero no se pierde nada con hacerlo. Pero no tengo idea de que pedir; lo tengo todo, unos excelentes padres, un increíble novio al cual amo y el me ama y sería incapaz de cualquier cosa para herirme, pocas amigas, pero las tengo; tal vez suene egocéntrico o presumido, pero me atrevería a decir que tengo una vida casi perfecta. Quizá lo que más desearía es tener a mi pequeño a Thomas aquí conmigo, pero eso es imposible, y el ya está en un lugar mejor, jugando y cantando, lo que más le gustaba hacer. Tal vez mi deseo simplemente es que todo siga igual, que nada cambie, que mi vida siga siendo tal y como es. Y soplo la vela sellando mi deseo.

-Mi niña, cámbiate, el día de hoy te tenemos una sorpresa, y te tienes que ver más hermosa que de costumbre.-dice mi papá mirando a mi mamá con una sonrisa ligeramente sospechosa así que respondo que si con la cabeza mientras ellos salen de la recámara. Me acerco a el closet tengo que elegir algo lindo, pienso en un vestido azul floreado, pero estamos en pleno invierno, probablemente me de frío por la tarde. Busco un poco más entre todas las prendas, sacando jeans, faldas, leggins entre otras cosas; quizá solo me llevarán a comer; pero ¿por qué la insistencia de ir más arreglada de lo normal? Al final me decido por unos jeans nuevos azules, una blusa azul con cuello polo acompañada de un suéter de lana para el frío y unos botines de gamuza cafés. Me veo en el espejo, me gusta como me veo, y por primera vez en algún tiempo me siento bonita, sin necesidad de que alguien más me lo tenga que decir. Termino de ponerme un poco de mascara de pestañas, no demasiado maquillaje, me gusta seguir viéndome como soy realmente, simplemente agregar unos pequeños detalles.

Al bajar por las escaleras me encuentro nuevamente con mis padres, también se han cambiado. Cuando llego al último escalón mi papá toma una foto desprevenida.

- ¡papá! ¿Por qué haces eso?

- Solo quiero tener un lindo recuerdo de momentos como este, no cualquier día se cumplen 17 años

-pero aún no cumplo ni siquiera 18, aún no soy legal. Además seguro y salgo horrible en esa foto, hubiera sido más fácil si me dices.

- tu eres preciosa salgas como salgas, amor.

-tu lo dices por que eres mi mamá- digo cruzándome de brazos fingiendo enfado, pero inmediatamente sonrío .

- bueno chicas, a ambas las amo, y las dos son hermosas, pero tenemos que irnos o llegaremos tarde a la cita.

Nos subimos al auto yo sin idea de lo que espera...

Harold

Ya está casi todo listo, fue muchísimo trabajo el haber acarreado cosas de un lugar a otro.

Termino de poner algunos de los arreglos florales, son preciosos y se que a ella le encantarán. Al igual que la comida, todo es perfecto a mi parecer, basándome en su personalidad, tierna, pero siempre llena de alegría y con una bondad infinita; todo es como ella... simplemente perfecta. Y seguro no tardará en llegar, lo que me pone nervioso, pero al mismo tiempo emocionado y feliz.

Melliza

Voy observando el paisaje, buscando alguna pequeña pista de lo que es mi sorpresa. Vuelvo a pensar en Harold, es ya medio día y sigo sin tener noticias de él; nos acercamos a un lugar lleno de montañas y árboles, y seguramente se perderá la señal y aunque intente llamarme no podrá. ¿Qué pasará con él? Bueno, lo mejor será disfrutar de este momento con sus padres.

- ¿Ya casi llegamos?

- Si, en unos 15 minutos estaremos ante tu sorpresa.- mi papá voltea ligeramente del volante- no te desesperes.

Pasados exactamente 15 minutos nos estacionamos en el espacio entre dos árboles; agradezco haber elegido un outfit con botas, en vez de con zapatos o peor aún tacones. La verdad es que nunca en mi vida había estado aquí, es un lugar completamente nuevo, pero de verdad es hermoso, de verdad que mis papás me conocen, tanto que al darse cuenta de la forma en que veo mi al rededor con cara de asombro me dicen:

- Si te gusta lo que hay aquí, espera a ver lo que hay por acá- dice mi mamá señalando a una especie de enredadera. 

- ¿En las plantas? 

- a veces puede ser una entrada secreta, recuerda Melliza, la magia trabaja en lo menos esperado- y entonces aparece él de entre las flores y las enredaderas con algunos de nuestros amigos y sus padres. Se ve guapísimo como siempre y trae en la cara una sonrisa hermosa. Que tonta fui al pensar que se le olvido esta fecha. 

- ¡¿Sorpresa?! - dice abriendo los brazos, por lo que corro y lo abrazo, hundiendo mi rostro en su pecho absorbiendo el olor de su colonia, ese aroma tan familiar y que amo.

- creí..creí...- se me escapa una lágrima de felicidad

- ¿qué lo había olvidado? ¿Cómo iba a olvidar el cumpleaños de el amor de mi vida? - me pasa el pulgar por el rostro quitándome la lágrima. 

- no tienes idea de cuanto te amo- lo abrazo más fuerte y le doy un beso rápido en los labios.

Samara 

- ¡¿qué?! no, no, no, esa fiesta la interrumpo yo, me tengo que vengar de ambos... no pueden ser felices ¡NO! 



La niña de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora