capítulo 23

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Melliza
Me despierto de un brinco, un sentimiento me invadió mientras dormía. Era como una opresión en el pecho. Volteé a ver a mis padres, ellos se encontraban tranquilamente dormidos. Algo pasa, mi corazón me lo dice. Reviso la hora, son las 2:36 am, es demasiado temprano. Asi que decido volverme a dormir, apesar de que sigo sin entender lo que está pasando. Algo va mal, mi corazón me lo dice.

Harold
La luz de la mañana entra por la ventana. La cabeza empieza a dolerme inmediatamente.
El sonido de la regadera me saca de mi trance, ¿quién rayos está en la regadera? Abro los ojos y me doy cuenta de que no estoy en mi casa, sigo en el cuarto de la casa de Julio, y que además estoy completamente desnudo. ¿Qué pasó anoche? Por más que hago un esfuerzo no recuerdo mucho, lo único, es que estábamos jugando y después nada...
Me levanto, mi ropa y la de alguien más se encuentra dispersa en toda la habitación, me dirijo a el cuarto de baño, la habitación esta llena de vapor, el cual empaña el espejo de el baño, y el cancel, sigo sin lograr distinguir quien está ahí. Lo único que distingo es la silueta de una mujer, bajo el chorro de agua.
Cuando estoy a punto de salir y cerrar la puerta, el cancel de la regadera se abre...
Samara abre, y suelta un sonrisa pícara examinandome de arriba a abajo, y es ahí cuando me doy cuenta de que sigo completamente desnudo, ni siquiera me había tomado la molestia de vestirme. Y ella, obviamente igual lo estaba, aunque el cancel alcanzaba a cubrir la mayor parte de su cuerpo, a excepción de uno de sus senos, el cual involuntariamente volteé a ver.
-supongo que haz venido por más. - dijo, y salió de la regadera, dejándose ver competa.
- ¿o me equivoco? - dijo, y se acerco a mi, quedando su cuerpo y cabello mojado en mi pecho.
No me dió siquiera tiempo de terminar, no sabía que decir;¿acaso ella y yo habíamos pasado la noche juntos?
- ¿Q....u....e? - la palabra se corto en mi garganta.
- ¿De verdad no recuerdas? Ayer pasamos una noche increible, y no me lo puedes negar, eras tu el que continuaba y no paraba.
- Yo no haría eso... yo estoy...
- ¿Con Melliza? Creeme, no te importó ella ayer, siquiera se te paso por la cabeza que ella existía, y mucho menos que era tu novia.
Empezó a trazar circulos en mi pecho con su dedo índice.
- Es mi novia - la tomé por los hombros alejandola de mi, alcanzo una de las toallas que estan colgadas en una percha y me la enrollo.
- Yo, no daría por hecho eso, si ella llegara a enterarse...
- No tiene porque hacerlo- la interrumpí. - esto solo fué un error, nunca debió haber pasado
Samara se enrolla una toalla en el cuerpo también.
- si lo que quieres es reclamarle, por algo que tu hiciste y quieres pasarla bien, almenos dejame vestirme, quieres.- dice, y sale rumbo a la recamara, camina, y se sienta el la cama desordenada.
- mira Samara, esto nunca debió haber pasado. Yo estoy con Melliza, y somos muy felices juntos …
- ayer eso no lo tenías en mente
- porfavor cállate, y escúchame.
- okaaay habla- cruza los brazos y rueda los ojos.
-estábamos borrachos …
- yo no, tu si
- guarda silencio - digo apretando los dientes, la cabeza me va a explotar.
Samara vuelve a voltear los ojos, y aciente.
- como fuera, al menos yo si estaba borracho, y no me daba cuenta de lo que hacía… - tomé una pausa, necesitaba estar consciente de todo, y tratar de recordar lo que pasó.- y olvidarlos, imagina que esto nunca sucedio, tu y yo ya no somos nada, debes alejarte de mi, y yo no me acercaré a ti.
- tengo que recordarte que fuiste tu el que empezó con todo esto, yo simplemente te seguí el juego.
- ya te lo dije, estaba borracho, no sabía lo que hacia; y así como tu dices que me seguiste "el juego" te pido que lo hagas ahora, que finjas que esto jamás pasó.
- lo haré, solo por el simple hecho de que me divertí mucho anoche, pero antes, no entiendo porque me buscaste, si según tu amas a tu noviecita.
- gracias, y claro que la amo, como no tienes idea, pero ayer no era yo.
- si, claro lo que digas. Por cierto,  si lo que quieres es alejarte de mi, te recomiendo que empieces por irte mientras me cambio, no vaya a ser que dejes de ser tu otra vez.
Dice Samara con una gran ironía. - ya me voy, solo recojo mis cosas.
Tomo mi ropa, regada por el suelo, mi telefo, y mi cartera; inconcientemente la reviso, todo esta ahí.
- ¿acaso crees que te robaría algo? No necesito dinero, mi familia ya tiene lo suficiente.
Camino rumbo al baño, me visto lo más rápido posible, reviso mi teléfono, como era de esperarse, está completamente muerto.

Es injusto, todo lo que estoy haciendo, ella no se lo merece, confía en mi, y yo… la traicioné.

La niña de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora