capítulo 19

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Melliza
Mamá dice que debo seguir viendo a Josh, mi doctor. Aunque ultimamente eh estado mejor y sin nesecidad de antidepresivos. Pero según ella, no porque me sienta bien debo de dejar de ir a mis consultas quincenales.
Creo que todo es gracias a la ayuda de Harold; y apesar de que el no sepa acerca de mis frecuentes visitas al medico, el me ah ayudado bastante a superar mis problemas. Muchas veces eh estado a punto de decirselo, pero honestamente no creo que sea algo muy relevante.

Termino de sujetarme el cabello en una coleta alta, estoy lista para irnos.
Como siempre me acompañan mi mamá y mi papá, creen que de esa manera me brindan su apoyo, y en cierta manera eso es cierto.

Al entrar al consultorio, esta Josh sentado en su escritorio analizando algo en su computadora.
El es tan solo seis años mayor que yo. Tiene el cabello rizado color cafe obscuro y lleva consigo un par de gafas.
Siendo honesta me llevo bastante bien con el, es algo así como mi mejor amigo. No es esa típica clase de psicólogo que lo único que hace es sentarte en un feo sofa, que mientras hablas el anota y finge que le importan tus problemas. El es diferente, es muy divertido y comprensivo.
Toco la puerta de su oficina. Apesar de que el muchas veces me ha dicho que más que paciente y doctor, somos amigos, y en cierto modo tiene razón.
El alza la mirada, y sonrie.
- ¡Mell! Pasa.
Se para, y se acerca a la puerta.
- hola
Le digo y lo saludo con un beso en la mejilla.
- toma asiento.
Dice indicandome a su sillon color chicle.

Empezamos con las preguntas de rutina, aquellas que me tocaba contestar sesión tras sesión.
- ¿pesadillas?
- no, llevo más de dos meses sin ellas.
- ¿llanto frecuente?
- no, no he llorado, bueno exepto porque ayer me pegue con la cama en el dedo chiquito del pie. ¿cuenta?
- no no cuenta.- dice y rie un poco- ¿insomnio?
- no, duermo como un bebe.
- bueno creo que eso es todo. Vamos bien Mell.

Ahora empieza la charla, es aquí cuando le hablo acerca de todo lo que ocurrió en estos quince días, desde la última visita.
Aveces nos gusta comernos algun dulce mientras hablamos.

Empliezo a platicarle, el escucha con atención y solo me interrumpe para hacer un comentario, o pregunta ocacional.
Le cuento sobre la posada de hace dos días.
Le digo desde que estabamos en la plaza, comprando cosas para la decoración; como encontramos a la pequeña shimi. Que por cierto come muchísimo.
Y por último lo sucedido con Samara.

- ¿en verdad la golpeaste?
Veo su cara de sorpresa, se nota que no sabe como reaccionar, si reir, o mantener su postura seria.
Aciento, y le contesto.
- te lo juro, no se porque reaccioné de esa manera, pero creo que la golpeé tan duro que se fué acariciandose la mejilla.
- bueno, por lo que me dices, creo que esa chica tiene problemas.
- si, bastantes.
- sabes, creo que yo en tu lugar le habría pegado más fuerte.
Suelta Josh, sin más.
Nos causa tanta gracia, que empezamos a reír a todo pulmon. Y nos detenemos hasta que a ambos nos falta el aire.
- ya, ya, - dice aun entre risas- creo que yo, como tu psicólogo, no debería estar promoviendo la violencia en ti. - hace una ligera pausa, y continua- pero que más dá, la chica se lo merecía, ¿no es así?
- si, la verdad, ya le traía ganas.
- bueno, bueno, ahora dime, ¿cómo reaccionó Harold?
- eso fué lo más gracioso de todo- me dan ganas de reír de solo recordarlo- lo hubieras visto, literal, abrió los ojos como platos, y trato de contenerse, para no empezar a partirse se la risa.
- lo imagino, de solo de ver que tu - dice señalandome con la mano - su novia, tan tímida y callada, le acaba de soltar un bofetón a su ex, y no quiero ni pensar en lo que le paso por la cabeza a ella.
- pues yo creo que ya hasta fué con algun brujo, y me maldijo o algo por el estilo.
- si, es lo más probable- dice en tono de broma. - oye, ya hablando encerio, ¿no piensas hablarle a Harold, tu novio acerca de que vienes aquí?
- créeme, lo eh pensado bastante, pero me gusta mantener las cosas así; sin preocuparlo de más, y como dices mi mejoramiento es notorio.
- si, eh podido ver una gran evolución desde que llegaste, aunque creo que sería prudente que le dijeras, pero al final tu eres la que decide.
- lo pensaré, quizá le diga cuando regrese de Orlando.
- bueno, ya paso la hora, asi que creo que es todo por hoy, nos vemos la siguiente sesión.
Dice Josh levantándose y caminando en dirección a la puerta.
- ¡wow! Se me paso rapidísimo. Bueno nos vemos dentro de dos semanas.
- chao, y trata de ya no golpear a chicas locas.
Dice y luego me despide con un abrazo.

La niña de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora