capítulo 17

122 4 0
                                    

Hoy por fin puedo ver a Melliza en un lugar que no sea la escuela, ultimamente ah estasdo muy ocupada con que sus padres planean ir de vacaciones de navidad a Orlando.
Tiene que arreglar visa, hospedaje, sus maletas etc.; y solo le queda un mes, asi que tiene que apresurarse.
Pero hoy tiene el día sin compromisos asi que aprovechamos para ir a comprar algunas casas navideñas a la plaza para decorar la casa. No se porque, pero mis papás estan super emocionados con esta fecha, como si tuvieran nuevamente un hijo de 4 o 5 años; actuan bastante extraños, aveces pienso que quizá me ocultan algo. Bueno, el punto es que Melliza y yo iremos a comprar algunas luces, un inflable, talvez algo de nieve falsa.
Así que después de que mi mamá me repitiera mil y una veces lo que debía comprar y en donde, me fuí; pasé a recogerla en el auto y nos fuimos. Creo que a ella también le ilusionan mucho estas fechas, apesar de que ella no adornara su casa por lo mismo de que saldra de viaje. Noto su emoción por que lleva una busa roja con un cinturón negro, aparte de su sombreo rojo.
Al llegar, la plaza esta cubierta de luces de muchísimos colores, las paredes llenas de "nieve" hechas con fieltro. hay incluso una figura de santa claus y su trineo tamaño supuestamente real. Sería casi imposible creer que hace tan solo semanas todo estaba lleno de telarañas, disfrazes y toneladas de dulces.
Al no encontrar lugar en el estacionamiento de la primer planta, tenemos que ir a el estacionamiento subterraneo.
Nos estacionamos, bajamos y nos dirigimos al elevador, al entrar me dí cuenta de que ya no era la típica música de elevador, era nada más y nada menos que villancicos ¡es encerio!

Al llegar a la primer planta, si como era de esperarse, todo era luces colores y música, además el aire acondicionado estaba a todo lo que dá, esto parecía refrigerador.
Empezamos a caminar, primero entramos a wal-mart compramos ahí un par de series de luces de colores, llevamos también unas cajas de esferas.
Luego pasamos a una tienda de ropa, necesitamos algo para la posada de esta noche. Compramos una bufanda para cada uno, junto con un par de guantes.
Luego Melliza empezó a checar en toda la ropa de temporada.
Aun no entiendo como es que a las chicas les gusta tanto ir de compras, ¿que acaso no ven la cantidad de prendas que hay en su closet? Pero bueno, apesar de eso me controlo, y la espero sentado mientras como unas gomitas, que compré hace un rato.
Después de que Melliza esculcara en la ropa, llega corriendo con un par de playeras.
- ¡mira! ¿qué te parecen? ¿te gustan?
Dice mostrándome las playeras, son color azul menta, y tienen escrito "all I want for christmas" dice la de chico, y la de chica "is you...❤"
- ¡ay que comprarlas!¿si?
Melliza empieza a poner cara de niña pequeña. En realidad no son feas las playeras, algo, o mejor dicho bastante cursis, pero bueno después de todo desde que ella y yo empezamos a salir me eh vuelto la perosona más empalagosa.
No digo nada, simplemente aciento con la cabeza y sonrio.
Pagamos todo, y nos dirigimos a otra tienda, falta una de las cosas más importantes, el árbol.
Vamos a comprar porsupuesto uno artificial.
Hay infinidad de modelos, blancos, verdes, azules, rosas, incluso uno color negro.
Al final nos decidimos por uno muy tradicional; verde con ligeros toques de blanco.

Ahora toca comprar la piñata, asi que ahora nos dirigimos a un puesto no muy lejos de la casa donde compramos una de cinco picos, color rojo metálico. Ahí mismo compramos una bolsa de fruta.
En eso un maullido se escucha por debajo de un monton de material de construcción.
Me acerqué, mientras Melliza terminaba de escoger la fruta para la piñata. Empecé a remover algunas cosas, y ahí estaba un gatito, por lo visto tenía poco más de dos semanas. Lo tome con las dos manos, lo acurruque en mi sudadera para que no le diera frío.
Ne acerqué a donde estaba Melliza.
-mira lo que encontré.
Dije, descubriendo al gatito.
- ¿dónde lo encontraste?
Casi de inmediato, lo empieza a acariciar.
- ahí
Digo señalando a los escombros.
- no podemos dejarlo, hay que llevarlo con nosotros.
- si lo mismo pensé.
Pagamos las cosas, y regresamos a casa.

La niña de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora