Capítulo 29

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Harold

Sus ojos se empiezan a llenar de lágrimas, la culpabilidad invade mi cuerpo, que ella este así, es culpa mía. El ver esas fotos me hace querer recordar lo que pasó esa noche, pero me es prácticamente imposible.

-yo... Puedo explicarlo- me acerco para tomarla por los hombros.

- ¿Qué?  ¿Estas hablando en serio? Acabas de romperme, jamás creí que pudieras hacerme esto, y mucho menos que lo ocultaras. Pensé que me amabas... Fui una estúpida- llora llena de impotencia, mientras me quita mis brazos de los hombros, para después empujarme lejos. - quisiera odiarte, pero no puedo, no puedo.- se tira al piso, ya rendida ante todo el daño que le he hecho, acabo de perder el tesoro más grande que he tenido.

Todos simplemente observan la escena, nadie se atreve a decir nada, únicamente la mamá de Melliza se acerca a ella para tomarla entre sus brazos mientras sus ojos me miran repletos de odio y decepción.

-¿Creés que eso es todo? Estas muy equivocada chiquita- Samara se agacha y le toma la barbilla a Melliza. - no se si reírme de lo estúpida que eres, o tener compasión por ti.
Melliza, hace como que no la escucha y sigue llorando, abrazando a su mamá.

- ¡Lárgate Samara, ya haz hecho mucho daño!

- En eso si te equivocas querido, aún tengo una noticia, que quiero que todos escuchen.

- ¡¡¡Habla y lárgate!!! - grita Melliza con los ojos ya hinchados, rojos de tanto llorar y con todo el maquillaje corrido por todos las mejillas.

- pobrecita, después de todo este día no salió como esperabas... - le da una sonrisa sarcástica.

- ¡Samara! 

- bueno, bueno, ya les diré la sorpresa más increíble que pudieran imaginar... - todos voltean a verla y ella disfruta de toda esa atención. Sanara se acerca a mi y me abraza por la espalda,  a lo que yo me muevo de incomodidad- amor, vamos a ser papás...

Todo se vuelve blanco completamente, la cabeza me va a explotar, no puedo creer lo que acabo de escuchar, esto es mucho peor de lo que pensaba, por lo que quedo en un shock, sin poder moverme o siquiera gesticular una palabra. Un bebe, soy demasiado joven para lo que es una responsabilidad así, un hijo, claro que ese pequeño no tiene la culpa de que su papá haya cometido un error tan inmenso como acostarse con esa mujer, si es que así se le puede llamar, tampoco tiene la culpa de que su mamá sea la peor persona en el mundo que puede existir.

-  ¿Un bebe? Vas a ser papá...- Melliza logra ponerse de pie, con ayuda de sus padres, aun no deja de llorar, pero su llanto ha disminuido. Voltea a verme y me inspecciona de arriba a abajo- Ojalá algún día pueda perdonarte, lograrlo me tomará tiempo, pero se que algún día solo quedarás siendo uno de mis recuerdos, uno de mis más bonitos y al mismo tiempo horribles recuerdos. Espero que seas muy feliz con ella y con tu hijo- Dicho esto me entregó el cuadro en las manos y me toco la mejilla- hasta nunca Harold... 

Melliza

El dolor que siento es completamente indescriptible, no puedo dejar de llorar, pero al mismo tiempo mi corazón se llena de odio, hacia Harold y hacia la  zorra de Samara. Nunca en mi vida creí que alguien podría hacerme algo tan vil y completamente despreciable, esos dos sin duda no tienen corazón, nunca le dí motivo a ninguno de los dos para que me hicieran algo así. Harold únicamente me uso, jugo conmigo, como se juega con una muñeca, pero que si se rompe o si te aburres de ella, solo acudes al supermercado y la remplazas por una mas bonita e útil, el había hecho eso conmigo aburrirse de mi. Y por más que lo intento, no puedo odiarlo, fue mi primer amor, antes de él no había existido nada ni nadie tan especial para mi.

La niña de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora