Chapter 11: Painfull Scenery

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La mañana luego de aquella pelea fue horrorosa. La cabeza me daba vueltas y sentía unas ganas asquerosas de vomitar todo lo que había comido en lo que iba del año:

Tsuzuku:- Koichi...- musité.

Él estaba completamente dormido a mi lado. Verlo dormir me daba una sensación de paz, parecía irreal que alguien como él pudiese estar viviendo conmigo... arruinando su vida de esa forma.

Toqué con apenas un roce las marcas violáceas que habían quedado en su cuello. Mis dedos se marcaban perfectamente. ¿Cómo puedo ser tan basura y tratarlo de esa forma?, si habré ejercido presión para terminar dejando esas marcas...:

Tsuzuku:- Perdóname... juro que no fue mi intención...- porque esa es la verdad, pero cuando me siento tan enojado... más de una vez he pensado en matar a Koichi.

El tacto de mis dedos hizo que se revolviese un poco entre las sábanas, como pudo debido al yeso, y se colocó de costado. Aún estaba dormido:

Koichi:- Genki- susurró.

¿Genki?, debes estar bromeando... ¿con qué rayos estará soñando?

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Necesitaba salir, caminar, tomar aire fresco, fumar, comprar, hacer algo que me distrajese de todo lo que eran mis pensamientos. Me sentía agobiado. Era uno de esos días donde creía que el mundo se me venía encima.

Mientras terminaba de consumir lo que era el primer cigarrillo de los muchos que probablemente fumaría en el día, pasé por una confitería. Había muchos pasteles que se veían extremadamente deliciosos: chocolate, crema, vainilla, frutilla, todo lo que pudieses imaginar por separado y combinado. Era imposible que no se me cayese la baba cuando veía una de esas cosas:

Tsuzuku:- Supongo que estará bien...- dije revisando el dinero en mi billetera.

Entré y compré uno de crema y frutillas, como bien suelen gustarle a Koichi.

Pensé en desayunar con él, hace mucho que no me doy el lujo de compartir una mañana decente, digna de una pareja que vive en la misma casa y mínimamente se tiene aprecio. Tal vez pueda comprarle algunos cereales también. Me sentía con ganas de mimarlo hoy.

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Tsuzuku:- Llegué- apenas levanté la voz.

Koichi:- ¡Aquí estoy!- su voz sonó alegre y se asomó por la cocina con una sonrisa- Buenos días, pensé que ya te habías ido al ensayo- caminó adentro nuevamente.

Tsuzuku:- No, aún es temprano para eso-miró con curiosidad las bolsas que dejé en la mesada.

Koichi:- ¿Qué es eso?- preguntó mientras ponía el agua caliente en las tazas para hacer café- ¿Quieres café también?, no preparé antes porque como dije, creí ya te habías ido- asentí.

Tsuzuku:- Bueno... como aún es temprano, pensé que tal vez podríamos desayunar juntos- desvié la mirada algo apenado, me costaba bastante demostrarle esos pequeños gestos de cariño, aunque me gustaba hacerlo a veces- Compré pastel y cereales, esos de colores que tanto te gustan... y algunos de chocolate- sonreí.

Revisó la bolsa con entusiasmo:

Koichi:- Cortaré el pastel y pondré los cereales en un tazón, tú lleva las tazas, en seguida te alcanzo-

A pesar de tener una pierna enyesada seguía moviéndose bastante ágilmente, después de todo, es de esos que no les gusta que los demás vean que por una lesión o algún problema están débiles. Siempre siendo fuerte... es la parte que más admiro de él:

AnemoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora