Anemone

Chapter 14: And then there where none

 ¡Maldita sea!

MiA:- ¡Maldita sea!- golpeé con fuerza la pared del ascensor una vez dentro.

Estaba de muy mal humor. ¿Cómo rayos se dio cuenta?, ¿tan obvio estaba siendo?, y más allá de eso, ¡el muy infeliz sabía y jugaba con mis sentimientos!

Quiero estamparle la cara contra el pavimento:

MiA:-Estúpido Ryoga- farfullé entre dientes.

Necesitaba descargar la ira.

Descargar la ira... Tsuzuku.

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Tsuzuku:- Ese imbécil dijo que volvería rápido y ya llevamos una hora de retraso del maldito ensayo por su culpa- me crucé de brazos con la paciencia agotada.

Meto lucía tranquilo, él siempre luce tranquilo. Lo envidio:

MiA:- ¡Tsuzuku!- entró dando un portazo. De la misma forma que lo hizo cuando se fue.

Tsuzuku:- Hasta que volviste. Pensé que nos habías dejado tirad-...-

Qué extraño, parecía una perra en celos:

Tsuzuku:- ¿Qué mierda te pasa?- le pregunté molesto- ¿Qué crees que haces?-

Sin mi consentimiento se había colocado sobre mí y me había besado:

MiA:- Quiero descargar ira- ya, entiendo por donde va esto- Te sigo donde quieras- susurró en mi oído.

Tsuzuku:- Lo siento... pero no más MiA-

Lo aparté a un costado y me repuse queriendo dejar ese tema atrás, por lo que rápidamente le dije a Meto que volviésemos a ensayar, pero al buscarlo con la mirada, nos percatamos de que él ya no estaba en la sala:

Tsuzuku:- ¿Dónde está Meto?- mascullé.

MiA:- Estaba aquí recién- suspiró frustrado.

Tsuzuku:- Otra vez no- chasqueé la lengua.

Al fin y al cabo, cada vez tenemos menos ensayo. Sería mejor ni hacerlos.

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Otra vez me quedé solo en el estudio.

Meto desapareció.

Tsuzuku estaba más frígido que nunca, parece que ahora quiere ser "honesto" y no quiere traicionar la confianza de Koichi. Pff, patrañas.

Necesito descargar de alguna forma, y al parecer, no será por medio del sexo.

Siento la urgencia de llamar a Ryoga y hacerle saber cuánto detesto su existencia en este mismo instante, y sin embargo, a pesar de que se jodió en mí todo este tiempo, creo que si lo viese...:

MiA:- Mm... cálmate MiA- me dije a mí mismo. Sentí mis mejillas arder.

Guardé mi guitarra en el estuche todo prolijo y hermoso como siempre, y cuando estaba por apagar la luz del lugar y cerrar con llave, ¿adivinen quién apareció?:

MiA:- ¡Meto!- exclamé sin darme cuenta del tono. Carraspeé- ¿A qué volviste?, ya estaba por irme y no queda nadie-

Claro, como si él fuese a responder. Pero de todas formas se hace entender muy bien cuando quiere.

Me miró con algo de enfado, a decir verdad, más que enfado. Me resultó extraño, es la primera vez que lo veo de esa forma por motivos que desconozco: