Alex tenía la boca y los ojos abiertos de par en par, jamás en su vida le había pasado una cosa tan extraña, nadie le había colgado el teléfono y menos aún fingir no conocerlo o lo que es peor, no recordarlo. Estaba francamente confundido y contrariado.
-¿Que demonios acaba de pasar? -Dijo Alex en un susurro apenas audible para si mismo.
Fue a esa fiesta con Irish y Dave porque no podían decirle que no a esta chica, había estado ahí, para ellos siempre, que más daba si quería que la acompañasen a una fiesta para presentarles a sus amigas, sabían que estas mujeres eran importantes para Irish y que debían comportarse y ser agradables, pero jamás imaginaron que las mujeres en cuestión fueran tan interesantes tanto a la vista como al trato. Se sintieron como abejas a la miel.
Tomaba un vaso de whiskey mientras pensaba que de pronto todo era demasiado surreal para ser cierto
-¿Será que lo soñé? -Continuaba con su diatriba mental.
En ese instante apareció Dave y se sentó a su lado, lucía un poco abatido, confuso y contrariado.
Alex volteó a mirarlo, pidió una copa de vino blanco para su amigo.
Se dirigieron a una mesa a esperar al resto de su grupo mientras se contaban a grandes rasgos lo de las llamadas y sus respuestas, tenían que hablar con Irish, a ver si entendían mejor.
Al menos ya tenían un plan, uno que les tranquilizaba, sobre todo a Dave, que no entendía que había hecho para que Tai lo insultara llamándole idiota y que no quisiera hablarle, él solo quería invitarla a cenar.
Llegó su amigo Erick, así que debían evitar nombrar a Irish, por alguna extraña razón, él se pone de mal humor cuando alguien, quien sea, la nombra en su presencia.
-¿Que les pasa a uds? Están raros, se ven como si alguna chica les hubiese dado plantón -Y acto seguido soltó una carcajada, sacudía su cabeza rubia como si hubiese dicho alguna locura.
-Bueno parece ser que Alex acaba de conocer a la única mujer que es inmune a su "sex appeal" -Dijo muy serio Dave haciendo con sus manos el gesto de las comillas
-A ti también te han colgado y además te han llamado idiota -Terció Alex burlándose un poco de su amigo Dave.
Erick se puso serio mientras miraba como sus amigos se lanzaban puyas sobre lo que había pasado.
-Bueno uds no son los únicos, parece ser que de todas las mujeres disponibles, a mi me gusta la única que ni siquiera repara en mi y cuando lo hace me mira con desagrado. No entiendo que está mal conmigo. -Confesó Erick.
Alex y Dave se miraron, hasta ese momento no sabían que Erick se sintiese así hacia alguien, estaban curiosos por saber de quien se trataba pues su amigo era bastante cerrado, sobre todo con sus sentimientos.
Eran estos cuatro amigos, tan diferentes unos de otros pero con muchas cosas en común entre si mismos. Dave, un actor del teatro, bastante sensible y tierno, todo un caballero; Alex, un tipo atraído hacia los excesos, director de una cadena hotelera y bastante famoso entre los famosos por su estilo de vida y sus excesos. Nunca se ha enamorado, siempre tiene lo que quiere; Erick, cantante de banda, dueño de un gran sello disquero, cantante solista, serio, centrado, un rockstar con cara de pocos amigos y de aspecto peligroso; Josh, un empresario, gran benefactor de muchas obras de caridad, miembro activo de varias fundaciones sin fines de lucro, burlón, dulce, amable.
Un grupo variado y muy diverso, pero siempre están todos para uno, son como los mosqueteros.
***Más tarde, en algún bar de la ciudad***
Habían ido de caza, a olvidar a las odiosas mujeres que los habían rechazado sin siquiera escucharlos, entraron a la zona de la barra a pedir sus tragos; luego de que llegara Josh y le contaran lo que pasó y este hubo hecho algunas bromas a su costa, se habían marchado a ese bar.
Erick miraba alrededor, buscando algo interesante, hasta que alguien llamó su atención, frunció el ceño mientras miraba a la rubia, tenía unos mechones rojizos, pero tan claros que parecía algún tono de rubio que él no sabía reconocer, algunas partes doradas como bañadas por el sol y en otras más oscuras, como oro y bronce juntos y entremezclados. Sintió hambre y no de comida. El era un depredador, ahí estaba tinkerbell y él quería comerse a una pequeña hada de la oscuridad vestida con ropa oscura y ceñida.
Caminó hacia ella, la apartó del tipo con quien bailaba y la besó, como si intentase comerse su gran boca. Después de unos minutos de besarla, cuando la chica parecía haberse quedado sin huesos, la apartó, la miró profundamente y sin decir palabras... se fue.
La sorpresa fue monumental para Alex, Dave y Josh, por segunda vez en un mismo día estaban boquiabiertos, no podían creer lo que veían.
Siguieron a Erick, salieron del bar y se fueron.
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Somos las Bookwhores
RomanceIrish Thomas-Zimmerman es una lectora compulsiva, suele enamorarse perdidamente de los personajes de los libros que lee. Un día conoce un grupo de mujeres, un grupo en el que cae casi por casualidad, aunque ella piensa que todo es obra del destino...