Tai iba saliendo particularmente tarde de la oficina ese día, la jornada había sido agotadora, cuando recibió la llamada de Walter. Ese tipo era una cosa seria, siempre llamándola, escribiéndole, pero no constantemente, más bien era algo como de vez en cuando. Tai atendió la llamada sin muchas ganas, aún seguía pensando en lo que pasó con Dave y en lo mal que se sentía al respecto.
“-¿Aló?
-Hola Tai –Dijo Walter con su acento odioso y esa manera tan petulante que tenía de hablar -¿Cómo estás?
-¿Walter?
-¿Quién más si no?
Tai bufó «Lo que me faltaba» Pensó la agente.
-Ah vale, ¿Y eso que llamas?
-Estoy en tu ciudad y pensé en visitarte.
-Ah grandioso –A este punto Tai estaba siendo sarcástica.
-Bueno, verás mañana es acción de gracias y pensé que podríamos cenar en el puesto de comida donde trabaja tu amiga.
-Irish es dueña de ese restaurant, cabe destacar que es un restaurant gourmet cuatro estrellas, no seas grosero.
Walter río
-Era un chiste, mi vida, solo bromeaba… Entonces, ¿cenas conmigo mañana?
-Está bien Walter –Aceptó, solo porque era el método más rápido para terminar esa odiosa conversación.
-Te llamo mañana entonces.”
La comunicación se cortó y Tai se estresó sin haber llegado aún el día de la cena.
Revisó el teléfono y tenía un mensaje al whatsapp, era Dharma organizando la cena de acción de gracias.
Tai olvidó rápidamente su reciente conversación con Walter, como si no hubiese sucedido, y llamó a Irish.
“-¿Qué te tocó? –Dijo Tai a manera de saludo cuando Irish respondió la llamada.
-A mí me tocó llevar y preparar bebidas, pero a Erick le tocó la tarta de calabaza, ¿Qué te puso a ti?
-El puré de patatas.
-Vente al restaurant, aquí estamos cocinando todo lo de mañana
-¿Quiénes están?
-Erick, Potts, Josh y yo.
-Ok, voy para allá.”
Cortó la comunicación, se subió a su auto y se fue directa al restaurant.
Al llegar envió un mensaje a Irish
“Tai: Estoy afuera.
Irish: Ven por la puerta trasera”
Ésta fue a abrir la puerta a Tai.
Tai entró al restaurant y miró fijamente a su amiga.
Hacía días que no se veían, principalmente cuando Irish regresaba de correr por las mañanas ya Tai se había ido y cuando regresaba por la noche ya Tai estaba dormida. Pero algo no estaba bien, tenía ojeras, se veía más delgada de lo que realmente era, tenía una expresión de cansancio y tristeza en el rostro, así que en un impulso, Irish la abrazó fuerte, sin decir media palabra.
Tai sabía que esa era la forma que tenía su amiga de decirle que ahí estaba y ahí estaría siempre, como apoyo, para escucharla, entenderla y todo lo que fuese necesario, sonrió.
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Somos las Bookwhores
RomansaIrish Thomas-Zimmerman es una lectora compulsiva, suele enamorarse perdidamente de los personajes de los libros que lee. Un día conoce un grupo de mujeres, un grupo en el que cae casi por casualidad, aunque ella piensa que todo es obra del destino...