¿Que coño pasa conmigo?

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Irish avanzó lentamente hacia Erick, con la mirada fija en sus en sus ojos. 

Él parecía por momentos atemorizado y por momentos parecía que se estaba divirtiendo con toda la situación.

Tenía un amago de sonrisa en su rostro y eso lo hacía ver de alguna manera burlón. Ella quería borrarle la maldita proyecto de sonrisa que amenazaba con aflorar de un momento a otro, así que se paró sobre el sofá, quedando justo a su lado y viéndose solo un poco más alta que él, lo tomó por la parte baja de la cabeza como halando su cabello a la altura del cuello y lo besó.

Lo beso con todas sus ganas y con toda la fuerza de la que fue capaz se resistió a derretirse cuando Erick le respondió de igual manera.

Había necesidad en ese beso y un deseo tan aplastante como devastador.

Irish sintió cuando él se quedó sin fuerzas, sintió que las piernas de Erick flaqueaban un poco mientras apretaba su cintura con un brazo y con el otro la tomaba del cuello.

Entonces Irish se separó y rompió el mágico hechizo de aquel beso con las siguentes palabras:

-¿Te gusta? ¿Que se siente que te dejen así? Sin palabras, sin poder respirar ni reaccionar, que te dejen sintiendo que el mundo como lo conoces se acaba de venir abajo y a ti no te importa ni un poco porque no puedes pensar, ¿Ah? ¡Responde! ¿Que se siente? -Irish escupía las palabras con amargura, como si quemasen en su boca

Erick seguía mirándola incrédulo, como si estuviese idiotizado.

La besó nuevamente, esta vez muy delicadamente.

Pasaba su lengua por el contorno de los labios, chupaba y mordía su labio inferior. Irish estaba extasiada.

En un arrebato de lucidez de dos segundos Irish empujó un poco a Erick, sus ojos echaban chispas.

-¿Que coño quieres de mi Erick Roberts?

-No quiero nada de ti, pequeña endiablada hada, te quiero a ti, debajo debajo de mi, sobre mi, besandome a mi y caminando por las calles aferrada a mi mano. Quiero que me llames a mi cuando estes soñando, quiero que pienses en mi cuando estes despertando, quiero que me quieras a mi a tu lado, quiero que seas de mi y yo ser de ti.

Irish se bajó del mueble y comenzó a caminar por la salita como si de una leona enjaulada se tratase. Caminó hasta la cocina, abrió uno de los gabinetes y sacó una botella de Bailey's que tenía guardada y reservada para sus momentos de desesperación, abrió la botella y tomó directamente del pico. Luego colocó hielo en un vaso corto, como los que se usan para el whiskey y se sirvió un buen trago de esa crema de whiskey que tanto le gustaba y la calmaba.

-Estás como una cabra, ¡LOCO! ¿Te medicas? ¿Estás drogado? ¿Bebido? ¿Te dejaron caer cuando eras bebé? No entiendo, como dices todas esas cosas, me lo sueltas así tan tranquilo y esperas que te conteste ¿Qué? ¿Que yo también quiero eso? ¡Estás loco y sinceramente das miedo, te tengo miedo! ¿Que coño te pasa Roberts? ¿Por qué me quieres asustar de esa forma?

Irish respiraba agitada, estaba a punto de sufrir un ataque de pánico, eso no le pasaba desde hace mucho.

«Este hombre y su forma de ser tan aplastantemente directo, tipo "no me importa como te sientas voy directo al grano" me jode, me jode los nervios»

-¿Por qué me besaste en el club? ¿Por qué has venido a mi casa? -Irish dijo esto tan bajo, que por un momento pensó que Erick no la había escuchado.

-¿Que te he hecho antes para que siempre me mires con desprecio y me trates con tanta indiferencia? Ese día te besé para saber que tan indiferente eras a mi. -Dijo Erick con aparente tranquilidad.

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