-Han pasado cuatro días y Irish no aparece, estoy seriamente preocupada –Tai hablaba por teléfono con Erick –Ya no se dónde buscarla…
-Esto me está volviendo un poco loco, hoy me pareció haberla visto, pero la chica tenía el cabello oscuro y caminaba de la mano con un chico rubio y alto, casi me caigo de la moto cuando los vi. –Dijo Erick a Tai
-En algún sitio tiene que estar –Respondió Tai –Y te juro que cuando la encuentre me va a escuchar.
-Si sabes algo me llamas, no importa la hora, yo haré lo mismo. –Terminó Erick y cortó la llamada.
Erick se vestía mecánicamente, no tenía ánimos de nada, pero debía ir a la estúpida fiesta de Halloween del hotel de Alex.
«No quiero ir, no quiero ir, no quiero ir…»
Terminó de vestirse, su pinta le valía como disfraz de motociclista de la muerte, así que no se esforzaría mucho, eso estaba bien para él.
«Al menos eso estaba bien»
Salió de su casa, montó su moto y se dirigió al hotel.
En la fiesta estaría todo su grupo de amigos, ampliado ahora con esas mujeres que podrían volver loco a cualquiera y no siempre en el mejor de los sentidos, eran demasiado testarudas, autosuficientes y temerarias.
«Aunque supongo que eso es lo que las hace tan atractivas»
Sonrió, por primera vez desde que había desaparecido su hada.
«Al menos esta noche intentaré olvidarme de todo y llenarme el cuerpo con todo el alcohol de la fiesta, siempre puedo dejar aquí la moto y regresar en taxi»
Llegó y ya había mucha gente en la sala de fiestas del hotel, se dirigió a la barra y pidió una cerveza, se giró y encontró la mesa donde estaban sus amigos y sus difíciles mujeres acompañándoles.
Se encaminó hacia ellos.
Saludó a todos y se devolvió a la barra a buscar más cerveza, era increíble, en dos semanas sus amigos habían encontrado unas maravillosas e insoportables mujeres y ya se perfilaban en las filas de posibles relaciones fructíferas futuras y por primera vez en la vida el se sentía como el mal tercio del grupo.
«¿Dónde coño está mi hada?»
Era la pregunta del millón, se sentía miserable y no entendía por qué, tampoco quería profundizar en ello.
«Sí, soy un cobarde, pero más cobarde es ella» Pensó con tristeza.
Llevaba, al menos, dos horas allí parado, observándolo todo, estaba bastante borracho ya.
Vio como se acercaba a él una chica con un disfraz de hada zombie, que le pareció lo más bizarro que había visto jamás y de repente estaba riéndose a carcajadas.
La chica se paró junto a él.
-¿Te ríes de mi disfraz? –Le dijo con una voz algo chillona
-La verdad es que sí, es demasiado bizarro –Le dijo, con la sinceridad de un borracho.
La voz de la chica y la forma de hablar eran como la de Irish, solo que más nasal.
-Te voy a mostrar lo que mejor sabe hacer el hada de los muertos, ven conmigo.
Estaba tan borracho que, entre risas, se fue con la chica.
***La mañana siguiente***
Erick dio vuelta en la cama, abrió los ojos y supo que todo estaba mal.
ESTÁS LEYENDO
Somos las Bookwhores
RomanceIrish Thomas-Zimmerman es una lectora compulsiva, suele enamorarse perdidamente de los personajes de los libros que lee. Un día conoce un grupo de mujeres, un grupo en el que cae casi por casualidad, aunque ella piensa que todo es obra del destino...