Capítulo 11: "Oh, sabía que me gustabas por algo."

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[...] 19:36, 7 de Agosto, 2010. (Departamento de Jonathan Morgenstern - Lima, Perú).

Jonathan estaba esperando a Alec en la sala del departamento. Después de la incómoda situación, se había terminado de vestir en su habitación y tras escuchar que la regadera había dejado de sonar se había mudado a la sala. El azabache no tardó en salir, vestía lo mismo que antes, salvo que ahora usaba una camisa lavanda que le quedaba ligeramente prieta por su alta figura.

"Espero que tengas bastante apetito, te llevare a un restaurante con comida bastante copiosa."

Alec asintió sin añadir nada más, aún estaba bastante avergonzado. Ambos salieron de la sala y entraron a un ascensor en el cual Jonathan marcó uno de los pisos subterráneos, bajaron un total de ocho pisos. Cuando llegaron, el menor lo dirigió a un deportivo negro.

"¿Puedo preguntar cómo alguien que no cobra de la Clave puede tener un departamento y un carro así?" Preguntó Alec mientras ajustaba su cinturón en el asiento del acompañante.

"Cobro de otros lados." Respondió Jonathan, guiñándole el ojo izquierdo.

Así, durante varios minutos estuvieron ambos callados en el automóvil. No era un silencio del todo incómodo, simplemente a Jonathan le gustaba concentrarse en manejar –en Lima había cada loco– y el oji-azul estaba muy interesado en los nuevos paisajes que estaba viendo por la ventana. Estaban en una carretera llamada 'el circuito de las playas', donde a su izquierda estaba el litoral costero de la ciudad y a la derecha un alto barranco con zonas verdes.

Finalmente Jonathan aparcó su automóvil en lo que parecía un restaurante seguro y temático. Su nombre era 'El Hornero' y el ambiente era bastante rústico –en el mejor de los sentidos. Un amable metre los recibió en la entrada y después de preguntarle unas cosas a Jonathan en español, los guio a la zona más alta del restaurante, en una especie de terraza al aire libre.

Una mesera bronceada y con cabello rubio paja se les acercó y en un inglés lleno de acento latino les preguntó. "¿Qué desean caballeros?"

Antes de que Alec se pudiera quejar del poco tiempo para ordenar Jonathan intervino en español. "Deseamos una parrillada familiar con las guarniciones de la casa y rocoto extra."

La mesera desapareció con la cara levemente roja, quizá avergonzada de haber usado su mal inglés con alguien que entendía español. "¿Cuándo aprendiste a hablar español?" Le preguntó Alec a Jonathan.

"Mi padre hizo que aprendiera algunos idiomas, era lo único 'artístico' que se podía considerar necesario para un guerrero. Ya sabes, para mejorar la comunicación en combate, facilidad de espionaje, formar alianzas, etcétera." Explicó secamente antes de tomar el brazo de Alec.

"¿Qué crees que haces?"

"Sería mejor que uses glamour. Aquí no es muy común ver a nefilims, mucho menos congregados."

"¿Y piensas que lo mejor es desaparecer? Te recuerdo que hay una mesera mundana que nos atiende."

Jonathan rodó los ojos y soltó a Alec para quitarse su chamarra y trazarse a sí mismo una extraña runa en el hombro, tenía un aspecto similar a la de glamour. "Oculta las runas hasta para el ojo más astuto, aunque las deja inútiles y/o débiles mientras dura."

En efecto, ante los ojos azules de Alec ahora la piel de su acompañante era completamente pálida, ni un rezago de las runas anteriores. Puso su brazo en la mesa y permitió que se la trazara a él también.

Justo en el momento que retiró su brazo, cuchillo se clavó en su mesa. Ambos levantaron sus cabezas para encontrarse con una chica de cabello rizado y ojos amarillos, definitivamente una mujer lobo.

Ya No Una Sombra MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora