Capítulo 22: "No trates de mentirte a ti mismo."

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[...] 12:41, 30 de diciembre, 2010. (Instituto de Nueva York - Nueva York, Estados Unidos).

El comedor era hermoso, con decoración detallada y todo menos minimalista. La gran cena era compartida por todos y se había convertido en una de las más silenciosas que habían tenido en bastante tiempo, pues ningún tema de conversación parecía aliviar la tensión o durar por más de unos pocos minutos. Las miradas solían estar concentradas en la persona que apenas y había tocado su plato: Alec. Sí había tomado la sopa, pero apenas y tocado el puré de patatas y algunos de sus vegetales heridos. Ante esto, Maryse le había ofrecido el postre que había preparado, se trataba de uno de sus favoritos, pay de caramelo y canela, pero aunque había recalcado que Isabelle solamente había ayudado en la decoración, había obtenido un "No, gracias" rotundo. Eventualmente todos se encontraban satisfechos y Jace escoltó a su hermano devuelta a la habitación. Una vez esos dos idos, Robert se permitió suspirar con pesadez.

"Señora Lightwood... Fue delicioso, muchas gracias," dijo Clary levantándose. "Simon se ofreció a dejarme en mi casa."

El nombrado también se levantó y se acercó a su novia para depositar un beso en la mejilla en señal de despedida. Cuando ambos cazadores se fueron, Isabelle miró a su padre directamente. "¿Consiguieron algo, los hermanos?"

"Eso es confidencial, recuerda que ante los ojos de la Clave están en hielo fino, no quiero arriesgarles."

Eso era cierto, la misión de rescate –si bien efectiva– nunca debió ser llevada a cabo en primer lugar, después de todo ya se les había advertido que no debían entrometerse en la búsqueda de Alexander. Aunque esto en realidad no se extendía a Magnus, así que se aventuró a preguntar. "¿Me lo comentarías a mí, Robert? De Inquisidor a representante de los brujos."

"No veo por qué no."

Después de ayudar a dejar los platos en la cocina, los dos hombres se dirigieron a la anterior oficina de Robert cuando era Director del Instituto, aún pulcra en el mando de Maryse. Magnus tomó asiento frente al cazador. "Apenas dijo una palabra en la cena. Y parecía muy cansado, ¿Qué lograron averiguar?"

"Primeramente, cuando se interrogó a Alec, él dijo que su familia y raza lo odiaban. Allí supe que había algo mal, no puede mentir con la espada. Y en efecto, al revisar su mente los Hermanos encontraron memorias frescas de ese 'odio', claramente alteradas. Dijeron que no había buenas conexiones entre sus recuerdos, y que demasiados parecían al margen del olvido. No pudieron estar mucho tiempo, sin embargo, de alguna manera ellos se veían afectados y debilitados mientras más intentarán indagar en su mente."

"¿Sospechan de algo demoníaco?"

"En efecto."

"Entonces supongo que yo debo interv-"

"Magnus," interrumpió Robert. "Como te repito, hay memorias alteradas allí. Estas conciernen a personas que él ama, tú incluido, ¿No sería mejor para ti que otro brujo lo hiciera?"

Si fuera una conversación menos seria posiblemente se hubiera reído, ¿Desde cuándo el patriarca de los Lightwood se preocupaba por sus sentimientos? Hace cinco años nunca lo hubiera adivinado. "Si alguien debe estar allí. Quiero ser yo."

"Entiendo."

El brujo se retiró después de darle un apretón de manos a Robert en dirección a la habitación de Alec. En un momento terminó en el ala contraria, pero supo hallar su camino gracias a Isabelle que caminaba por allí y le guio. Tocó la puerta y escuchó un "Pase" que le correspondía a Jace.

Dentro, Alec se encontraba tendido en la cama mirando el techo ojeando desinteresadamente un ancho libro, mientras su parabatai estaba apoyado en un hombro mirándole desde el lado izquierdo de la cama. La escena daba cierta gracia al recordar como antes, cuando Alec creía estar enamorado de Jace, se hubiesen encontrado en posiciones intercambiadas.

Ya No Una Sombra MásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora