[...] 17:16, 14 de Agosto, 2010. (Loft de Magnus Bane - Nueva York, Estados Unidos).
Alex despertó y se encontró en un sofá desconocido, bastante extrañado. Antes de conocer a su novio la situación no le hubiera impactado, hasta le hubiera causado gracia. Pero él había logrado lo que únicamente otra persona en su vida –que ya lejos estaba– había podido: enamorarle. Era imposible que esto se tratase de un engaño, mas de igual manera necesitaba saber qué había pasado. En una mesa de café encontró una nota en una caligrafía muy puntiaguda y fina:
Querido Ad-- Alex:
Lamento haberte dejado así sin más, ¿Sin rencores, cierto?
Hay aspirinas y medicamentos para el dolor en un gabinete
tras el espejo del baño. Lamento haberme pasado contigo,
pero verdaderamente fuiste lo que necesitaba.
Te lo recompensaré luego, apenas Kel
vuelva de Perú escuchará cosas muy buenas de ti.
Debemos volver a quedar.
Sinceramente,
Magnus Bane.
Nunca había esperado leer ese nombre nuevamente. Se levantó rápidamente y lo lamentó, todo su cuerpo comenzó a dolerle. Atravesó varias puertas hasta encontrar un baño y abrir el gabinete para conseguir esas pastillas más que necesitadas. Ahora que eso estaba en proceso de resolverse podía empezar a volver a su realidad, ¿Realmente había tenido un algo con un ex a quien no veía en casi medio siglo? No podía creérselo y la carta había sido muy ambigua, eso debía ser, estaba exagerándolo todo. De igual manera necesitaba comentárselo a su novio, quien por alguna razón ahora estaba en Perú. Recordaba su insistencia de querer visitar algún otro lugar fuera de Francia y Sudamérica definitivamente estaba en la lista, ¿Pero realmente habría ido sin avisarle? ¿Y cómo es que Bane lo sabía? Algo definitivamente no encajaba. Alex comenzó a pensar en algún brujo cercano que le debiera algún favor para un portal hacia allá, necesitaban hablar. De repente un nombre vino a su mente, Steph Wreek. Ella había sido la gran bruja de Estrasburgo hasta hace un par de días que había tenido que mudarse a América.
Steph le había contestado de inmediato y tras bromear sobre cuánto costaría una llamada de larga distancia le había preguntado qué necesitaba. Ella era una buena amiga de Alex, pero él tenía prisa así que no fue capaz de contarle todos sus motivos. Simplemente le pidió un portal y ubicar a Mikaël. Tomó un taxi hacia el Brox, y tras darle una propina demasiado generosa al taxista en euros, se apresuró a salir del vehículo e ir al departamento de su amiga.
La joven bruja –era menor que Alex– le abrió la puerta en un instante y tras dejarle pasar le preguntó: "¿Qué puedo usar para ubicarlo?"
"Ten." Alex sacó de un bolsillo suyo un anillo de hierro, tallado como lianas y hojas con el toque final de una gema de citrino en forma de una estrella.
"Recuerdo cuando me pediste buscarte un buen joyero para este. Sigo creyendo que estás loco por pedirlo de hierro."
"Qué te puedo decir. Ya hace bastante que me tiene más que dominado, como el hierro, con su enamoramiento," el hada suspiró sonriente. "Aunque no sé muy bien por qué lo llevo yo, él nunca se lo quita."
Steph hizo una mueca y luego cerró su mano alrededor de la joya. Vislumbró a un azabache de piel morena y ojos caramelo en una habitación decorada al estilo barroco. Susurró en consecuencia al hechizo: "Plaza de Armas, Catedral de Lima, Perú."
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Ya No Una Sombra Más
FanfictionAlexander Lightwood solía considerarse a sí mismo una sombra al lado de su parabatai, Jace, y de su hermana Isabelle. Gracias a diversos sucesos, conversaciones con sí mismo y a su novio Magnus Bane, ha logrado tener una estima hacia si mismo donde...