Capítulo 11 Parte I

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Mi respiración se hizo pesada. Verlo así... demonios, su cuerpo no debería ser legal. Suspiré y llevé mi mano a mi entrepierna, apretándola para intentar darle algún alivio, y llegó un mensaje de mi amigo ojiverde. "¿Papi Lou necesita ayuda con su problema?". Tragué saliva. Ni siquiera me estaba viendo; ¿tan predecible era? Bufé, mandando a la mierda todo, y abrí mi ventanas para ir a su habitación Escalé, como siempre y, al llegar, lo encontré en su cama, con las cejas alzadas y una sonrisa pícara, desnudo.

Des.nu.do.

No podía con tanto.

—¿Así que Papi Lou quiere que Harry lo ayude?

Asentí con la cabeza frenéticamente.

—Papi Lou quiere ayuda de Harry —rogué.

Sonrió aún más y se levantó de la cama, revelando una vista gloriosa de su miembro, cosa que hizo que mis ojos se abrieran y, a la vez, que el mío propio doliera aún más. No sabía que, en realidad, alguna vez me llamaría la atención algún pene... pero como se trataba de Harry, el caso era diferente. Tragué saliva, sintiéndome vulnerable y en llamas al mismo tiempo, y me guió hasta su cama, sentándose sobre mí.

Sus piernas se enroscaron alrededor de mi cintura, haciéndome temblar ante el contacto de su piel contra la mía, y dirigió sus manos por debajo de mi camisa. Comenzó a trazar círculos en mi espalda, haciendo que lentamente entrara en un estado tan glorioso en el que no podía pensar en nada más que él, al mismo tiempo que lanzó su rostro a mi oreja derecha, comenzando a dar mordiscos en ella. Pasó a la otra y comenzó a jugar; lamía, succionaba, encajaba los dientes de manera suave y sensualmente tortuosa, haciendo que el bulto en mis pantalones sólo creciera y de mi garganta salieran gemidos roncos involuntariamente.

Bajó a lo largo de mi rostro, llegando a mi cuello, deteniéndose allí para succionar y dar besos con la boca abierta, moviendo su lengua contra mi piel sensible. Sus manos ya estaban por la parte media de mi espalda, masajeándola, delineándola, haciéndome sentir más vivo de lo que me había sentido en mucho tiempo y, cuando reaccioné, porque el placer había sido tanto que había dejado de pensar, me quité la camisa.

—Papi Lou comenzó a pensar, ¿eh? —soltó con voz burlona y sensualmente ronca.

¿Desde cuándo su voz podía sonar así?

¿Desde cuándo Harry podía decir algo y yo lo consideraba sexy?

—Papi Lou necesita a Harry.

Su sonrisa se mantuvo, sus ojos se hicieron más oscuros, y comenzó a subir a horcajadas sobre mí, haciendo que, cuando subía demasiado, su miembro chocara contra la piel de mi estómago. Temblé y juré que me correría ahí mismo; se sentía demasiado bien. Sus besos ahora bajaron desde mi rostro, mi cuello, mi pecho, hasta detenerse en mi estómago, donde también lamió y succionó como si no hubiera un mañana.

—La ayuda era para hoy, ¿no?

Soltó una risa.

—Tan desesperado que no podría sentirme más complacido.

Su rostro quedó alineado con mis caderas y comenzó a delinear el contorno de ellas con su lengua. Llegó hasta la elástica de mi bóxer y, para mi sorpresa, lo haló, haciendo que me golpeara la piel y me hiciera soltar un gemido. Al parecer, le gustó lo que oyó, ya que pasó a masajear mi bulto cada vez más creciente y doliente con la mano, sin haberme aún quitado los pantalones. Cuando solté tantos gemidos que toda la habitación estaba llena de ellos, se vio satisfecho y decidió quitármelos, quedando sólo mi ropa interior entre ambos. Se colocó sobre mí, nuestras caderas chocando, y se dispuso a moverlas lentamente contra la otra, tan lentamente que me estaba matando.

Don't let me go ~LS~ AU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora