Capítulo XXXI

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- ¡No es justo! ¡Hiciste trampa!
- Ganar no es hacer trampa, ____.
- ¡Devuélveme mi dinero!
- ¿Lo quieres de vuelta? Te lo daré con una sola condición.
Me crucé de brazos, su sonrisa orgullosa me estaba molestando. La famosa playa Santa Mónica estaba a solo pocos minutos del centro de Los Ángeles, y los conocidos juegos de Golpea al Topo llamaron mi atención desde un principio al llegar.
- ¿Condición? -Le pregunté.
- Por cada 1 dólar me besarás, aunque sea frente a todos o en cualquier circunstancia.
No podía creerlo, Zayn había hecho alguna brujería o algo así con la máquina para que no contase cuantos topos en realidad yo había golpeado, porque nadie nunca me había ganado en aquel juego y él acababa de destrozarme por casi 200 puntos de diferencia. Y ahora además, me devolvería el dinero de una forma tan absurda como pagarme por besarlo. Era un estúpido.
- Trato hecho -Le acepté; En el fondo en realidad quería seguir con la diversión-. Son 5 dólares, Zayn.
Él sonrió con superioridad y agregó:
- 5 dólares, 5 besos para Dj Malik.
Me hizo sonreír y antes objetar algo más, se arregló sus lentes oscuros y llamó a un taxi. El conductor no logró reconocerlo por el simple hecho de ser ya casi media noche y encontrarse todo a oscuras. De regreso en el hotel, las puertas estaban desbloqueadas, es decir, que ningún paparazi se encontraba a la vista. Raro.
A la noche nos iríamos a Orlando, por lo que debíamos de ordenar nuestras cosas cuanto antes luego de cenar. Entré con Zayn al comedor y varios pares de brazos me rodearon. Claro, había desaparecido desde la mañana escoltada por mi padre y estaban buscándome.
- ¡Pequeña! -Gritó Louis, abrazándome tan fuerte que chillé.
El rostro de Harry frente a ambos enrojeció de celos y separó al castaño con un fuerte agarre desde la parte trasera de su cuello, dirigiéndose hacia mí con tanto poder de propiedad que al acercarse y rodear mis hombros con sus brazos, marcó bruscamente mi cuello con sus dientes.
- Si vuelves a desaparecer así, te buscaré por tierra, aire y mar -Susurró.
- Sé un poco menos sobreprotector, Hazza -Le murmuró Liam mientras recibía ahora su abrazo-. Ella sabe cuidarse sola.
Le sonreí en forma de agradecimiento por el comentario y me acarició el cabello suavemente. Al alejarse, mi mirada se centró en el pequeño irlandés de en frente. Tenía sus hombros encorvados hacia adelante y las manos en cada bolsillo de su pantalón, sumando a eso su cabeza baja por su inferioridad.
Los chicos estaban intentando sacarle información a Zayn sobre como fue que llegamos ambos juntos al comedor, pero cada vez que preguntaban, él bufaba.
Caminé hacia Niall con cuidado de no alarmarlo, llegué a su lado y en el momento que toqué su hombro dio un respingo. No esperaba eso.
- ¿Qué sucede, Niall? -Le pregunté.
Sus ojos azulados se juntaron con los míos y pude ver su tristeza, angustia, pena.
- Nada -Dijo, desviando la mirada-. Bienvenida...
Él siempre parecía el bebé del grupo incluso si Harry realmente era el menor; era más sensible que el propio Liam e incluso más misterioso ahora que Zayn. Debía hacerle cambiar esa actitud para que de una buena vez madurase. Y una buena forma de hacerlo era darle a conocer lo que sentía en ese instante.
- Te quiero -Solté.

Hay tres cosas de lo que me aseguré con aquellas palabras.
1. Ni yo misma pude creer que se lo dije.
2. Estaba en medio de un silencio estremecedor.
Y 3. En ese momento fue cuando caí en cuenta de que había cometido un error.
Bajé la mirada envuelta en color carmesí absorbiendo mis mejillas. Dios, Niall me gustaba realmente, pero era un sentimiento diferente al gusto que tenía por Zayn. Él era molestoso, arrogante, quería cambiar realmente su personalidad de "chico malo", pero el rubio irlandés era la persona más amorosa, tierna e inocente que a la vez quería ver madurar. "Te quiero" pueden solo ser 2 palabras con tantos significados como cabellos uno tiene en la cabeza, no solo tiene que entenderse que lo haya escogido sobre los demás, ¿Verdad?
- Repítelo -Me pareció escuchar la voz de Harry espaldas a mí.
Levanté la mirada y el brillo de los ojos de Niall me estaban cegando, en realidad estaba emocionado. Encogí mis hombros con miedo de las penetrantes miradas que sentía por detrás y entrecrucé mis manos con nerviosismo. Abrí la boca preparando mis cuerdas vocales y repetir las palabras que habían cambiado todo el ambiente a nuestro alrededor, pero de alguna manera no podía. No salían de mi garganta.
- Si no lo vuelves a repetir entonces no lo creeré -Volvió a decir Harry.
- Basta, Hazza -Le ordenó Louis, aunque también se podía sentir su fuerza de voluntad.
Me tapé la boca con la palma de mis manos y miré hacia los ojos azules del chico frente a mí. De a poco sus ojos se estaban apagando por la decepción, y justo cuando me había armado de valor y sellar todo, otra voz aparece a lo lejos.
- ____.
Quedo petrificada. Tenía piel de gallina por todo mi cuerpo y doy un grito ahogado. Siento un fuerte agarre en mi muñeca siendo jalada hacia el extremo del comedor donde existía una salida, veo las miradas extrañadas de todos los chicos y la de Zayn furioso, y es cuando comienzan a perseguirme que quedo en total oscuridad dentro de un automóvil.
Han pasado 20 minutos y estoy de vuelta en el aeropuerto. ¿Quién me separó de los chicos?
Mi padre.
- Esto es una locura -Le dije en la boletería.
- Una locura es que me hayas desobedecido, ____. Llamé a tu madre e intentó convencerme de que era una buena oportunidad para subir en tu puesto, pero al ver como ese grupo famosillo te tenía acorralada decidí llevarte de vuelta a casa.
- Estás malinterpretando todo, papá. Ellos son mi trabajo.
Su rostro se arrugó y después de unos segundos recibió el doble pasaje de vuelta a Nueva York desde la mujer encargada, tomó mis cosas y con un simple gesto me hizo caminar a su lado.
Estaba aburrida de él, siempre lo mismo. No le agrada algo que es bueno para mí, y lo destruye o los intimida cuando son personas. Ya no era una simple niña de papi que dependía directamente de su trabajo, ahora yo tenía el mío y podía independizarme completamente. Kate estaba de mi lado, simplemente porque había entendido mejor mis metas. Pero mi padre era diferente, si él decía que no, es y será no. Miré su costado mientras caminábamos, fuerte y aún con el poder de mantenerse por sí mismo. Yo debía de hacerle interpretar lo que yo deseaba tener; libertad.
Me detuve. Stephen caminó dos pasos más y al no escucharme volteó a mirarme.
- ¿Escaparás otra vez? Ya eres un poco grande para eso, ¿No? -Dijo con su semblante orgulloso de siempre.
Yo estaba con la mirada puesta en el suelo, no decía ni hacía nada, solo pensé. Basta de niñerías y miedo, era ahora o nunca. Fruncí el ceño y junté nuestros ojos, decidida.
- No.
Fue solo una palabra, pero cargada de emociones y deseos que hicieron sorprender a mi padre. Dejó mis cosas en el suelo y se cruzó de brazos, esperando la continuación.
- No iré contigo de vuelta a Nueva York -Dije.
- No lo harás -Sonó a una pregunta.
- No lo haré -Se lo confirmé.
- ¿Se puede saber la razón? ¿O es por tu trabajo otra vez?
Me mantuve firme por varios segundos y al final suspiré. Debía de madurar ahora.
- Puedo decidir por mí misma, no necesito los cuidados de un padre sobreprotector para vivir mi sueño.
El silencio que vino después de aquello terminó por dejarme sin la valentía que había reunido, si él seguía compitiendo, me rendiría. Soltó sus brazos y caminó hacia mí. Tomó mis hombros y cuando creí que ya no había oportunidad, ocurrió. Me abrazó.
Abrí tan grande los ojos que pensé en que no estaba pasando. No entendía nada, ¿Por qué aquella muestra de afecto? Sentí su respiración tan normal como siempre, aunque la mía estaba entrecortada.
- Por fin lo haz dicho -Murmuró.
¿Decir qué? No era algo que no haya dicho antes, por lo mismo estaba sorprendida.
Se alejó de mí y pude ver sus ojos, tenían el mismo brillo que vi en Niall al sentirse emocionado. Mi padre estaba emocionado.
- ¿Qué...?
- Te detuviste a negarte de ir conmigo en vez de solo huir.
Es cierto. Ahora que lo recordaba, solía ir en busca de mi madre cada vez que me negaba alguna cosa, o simplemente escapaba y me encerraba en mi cuarto. Aquello era lo que siempre me criticaba en nuestras peleas, era inmadura por huir en vez de enfrentarme a los problemas.
- Creí que...
- ... ¿Estaba enojado? -Continuó mi oración-. Solo quería ver a mi hija madurar, aunque me cueste asimilarlo por dentro.
Cuando terminó aquella frase que me dejó con el corazón latiendo a mil por hora, su rostro se iluminó en una gran y perfecta sonrisa. La más verdadera sonrisa que fui capaz de ver en mi vida.
- Estoy orgullosa de ti, ____. No pude haber deseado tener a otra hija que no fueses tú.
Mis ojos se inundaron en lágrimas de solo escuchar lo primero; Él estaba orgulloso.
Me abrazó por última vez con tanta fuerza que sollocé unos minutos, me devolvió el pasaje y se quedó con el suyo, él volvería a casa y me esperaría con los brazos abiertos.
- Te quiero, Papá.
- Te quiero, Hija.
Y se fue, al igual que las llamadas. Era su costumbre.
Limpié mi rostro de las lágrimas y agarré mis cosas, mi padre había deshecho toda la reservación del hotel antes de llevarme consigo y recoger mi ropa, me había hecho un gran favor ya que debíamos de partir ese mismo día hacia otro estado y debía de llamar a Lou.
- ¿¡Estás bien!? ¿¡No te han hecho nada!? -Respondió luego del primer tono-. ¡Dime algo por Dios, ____!
Su voz era tan fuerte, que pasajeros que caminaban por el pasillo del aeropuerto observaron con extrañeza a mi persona. Les negué con la cabeza bromeando y me sonrieron para luego seguir sus caminos. Volví al teléfono y dije:
- Sé que ellos están escuchando ahora -Escuché sus respingos-. Pero de la misma manera tú se los dirás así que...
Tomé aire y me relajé en el asiento.
- ... Quiero a Niall. Adoro toda su persona tal cual como es. Pero quererlo de la forma en que todos piensan no es lo correcto. Puede que lo vean indefenso e inocente, pero cuando está conmigo conozco al verdadero irlandés que tiene dentro. Eres hermoso, Niall. Tan hermoso que no quiero hacerte cambiar.
Un silencio incómodo se produjo al terminar mi confesión. Sí, desde el momento en que tuvimos nuestra cita en Venecia y casi nos besásemos si no fuese por el choque, supe que era el chico que me gustaba. Pero al ver que no podía hacerlo cambiar fue suficiente para dejarme vencer.
Escuché un gran suspiro desde la otra línea y sonreí, lo había aceptado.
- Seguiré amándote, lo sabes, ¿Verdad? -Reí.
- Quiero que me sigas amando, Niall.
Y esa era toda la verdad, si algo debía de hacer en ese instante era darle a prometer que en todas circunstancias me seguirá apoyando. Incluso si se trataba de mi trabajo.
- Bien... -Habló Harry-. ...¿Dónde estás?
Reí más fuerte y miré hacia adelante, había un grupo de jóvenes y una mujer al fondo del pasillo entorno a un solo teléfono con maletas en mano. Desde el momento en que Lou gritó supe que ellos estaban ahí. Su voz era demasiado fuerte como para no notarla.
- Liam -Dije.
Vi como su espalda se removía en el otro extremo y sonreí.
- ¿Por qué tienes en mi mano el peluche de conejo que a mi papá se le olvidó en el hotel?
Los 6 voltearon y corté la llamada. Louis corrió más rápido que todos y alcanzó a levantarme para rodear mi cuerpo con sus brazos. Me hizo girar varias veces para después dejarme en el suelo y acercarse lo suficiente para besar mi mejilla. Lou nos separó y dijo:
- ¿Te has dado cuenta de lo preocupada que me has dejado cuando recibo a estos niños tontos en mi habitación casi llorando por tu "secuestro"?
Miré divertida al resto de los chicos avergonzados tras de ella. De verdad eran unos niños.
- Tuve... un pequeño encuentro con mi padre, es todo -Les sonreí y ellos me imitaron-. Y tenía que tener de vuelta a este pequeño conejo.
Extendí mi mano hacia Liam y con una gran sonrisa me devolvió mi peluche. Puede que tenga 18, trabajo, el apoyo de mis padres y todo, pero sigo teniendo un gran gusto por los conejos.
Cuando subimos al avión, me sorprendió al escuchar a Zayn pedir el asiento de mi lado. Parecía contento y avergonzado a la vez. Dejó nuestras cosas en el portaequipaje de arriba y se ajustó el cinturón luego de sentarse. Miré su rostro por unos minutos estupefacta y cuando el avión partió, se removió en el asiento y sacó 1 dólar de su bolsillo.
- ¿Qué estás haciendo? -Le pregunté.
Volteó su rostro hacia mí y me entregó el billete en las manos. Con la frente arrugada me quedé ahí confundida, ¿Qué significaba eso?
Cuando inclinó su cabeza, la mía hizo click. 5 dólares, 5 besos para Dj Malik. Mis mejillas se encendieron con tanta rapidez que creí que iba a estallar.
- Nos van a ver -Le susurré.
- Solo somos nosotros en el avión, ____. -Me respondió.
Cuando miré por encima de su hombro para verificar si había alguien observando, me di cuenta de que solo estaban los asientos vacíos de al lado. Volví al rostro de Zayn y miré sus ojos, me estaba rogando para que me acercara.
- Necesito besarte ahora.
Sus palabras me dejaron totalmente atontada. Acercó su mano hacia mi muslo y subió por la cintura para llegar hasta mi mentón, entreabriendo los labios lo suficiente para dejarme ver la punta de sus dientes.
Era un trato, por cada dólar, debía de besarlo, y así lo haría, porque en ese momento lo acepté. Me había enamorado de Zayn.

ENTREGA LA EVIDENCIA Y NADIE SALDRÁ HERIDO [One direction y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora