Capitulo XXXIII

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3 de la mañana. Mi vuelo salía en 5 horas más y me encontraba recostada observando el techo de mi habitación en el hotel.

El teléfono no había sonado en todo ese tiempo que estuve sola; por primera vez necesitaba alguna distracción y no llamaban.

Cerré los ojos que seguían hinchados de tanto llorar y suspiré. Luego volví a abrirlos.

¿En qué estaba pensando? Nunca me había dolido tanto hacer algo que me daría un trabajo estable y orgullo, aunque ahora me arrepiento totalmente de comenzar todo- No, no es todo realmente… No me arrepiento de haber conocido al grupo de idiotas y a su equipo, porque de alguna manera ellos me ayudaron con mis problemas cuando no tenía a nadie de mi lado.

La puerta sonó; ¿A esa hora? Me levanté indiferente hacia la entrada y sin abrirla me apoyé en ella.

— ¿____? Soy Louis —Dijo—. Sé que estás despierta, vamos.

Bufé en mi posición y decidí dejarle pasar. Me observó seriamente mientras entraba, aunque yo no le haya seguido el juego.

Al cerrar la puerta, volteé hacia él y pude ver cómo abría sus ojos cuando descubrió los restos del espejo esparcidos por el piso.

— ¿Qué ocurrió? —Se alteró, yo solo negué con al cabeza—. Estás mintiéndome, ____.

Fruncí el ceño y dejé salir un gruñido, al mismo tiempo en que él me imitaba. Caminó hacia mí con rapidez y agarró mis hombros para hacerme mirar bien su rostro.

— Louis, suéltame.

Quería sonar imponente, con fuerza, pero al parecer sonó más a una súplica que una orden, porque el rostro de Louis se ablandó y ahora veía su verdadera preocupación esparcida en cada centímetro de su piel.

— ¿Es tu padre? ¿Tu madre? ¿Qué sucede? —Preguntaba demasiado, yo seguía negándole el acceso a la verdad—. Hay una razón por la que estás así, ____. Si no me la dices, llamaré al resto y sabes que lo haré.

Era cierto. Podía hacer lo más ridículo posible si se lo proponía y ni la vergüenza lo encontraba antes de que ya lo haya hecho. Pero en ese momento no soltaría la verdad. No. Esperaría un poco más y me daría fuerzas a mí misma para soportarlo.

— No sucede nada que te incumba. —Firme. En parte era verdad—. Mañana tienen una entrevista con la prensa, es muy tarde.

Su ceño se alivianó; listo.

Me separé de él y lo miré a los ojos para decir:

— ¿Querías averiguar algo?

Su nariz se arrugó levemente y retrocedió un par de pazos. «Si, no soy lo suficientemente digna de tener a alguien como tú», preparé mi respuesta en mi cabeza a lo que iba a decir.

— Pensé que no me afectaría tanto disimularlo.

Me confundí, ¿Disimular qué?

— Yo ya sabía que tenías un leve interés más en Zayn que en los demás, se te nota demasiado.

Mis mejillas se encendieron inmediatamente, ¿Era tan obvia? Por Dios, que estúpida vergüenza había entrado en mí.

Me acerqué a él nerviosa, su mirada me siguió y al estar frente a frente, me sonrió.

— Esto es para que veas el gran observador que puedo llegar a ser —Dijo—. Quería disfrutar unos momentos más a tu lado, es todo.

Sus mejillas superaron a las mías sonrojándose, era lo más tierno que podía ver en ese instante y me hizo temblar. Desde en un comienzo, había luchado para querer ser aceptado de alguna manera. Louis. Boo Bear. Tommo. Tal cual es.

ENTREGA LA EVIDENCIA Y NADIE SALDRÁ HERIDO [One direction y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora