Capítulo XVIII

1.1K 54 2
                                    

— ¿____? — Escuché mi nombre apenas me removieron en mi cama.
Gemí para que supiese que escuchaba al intruso y me volteé despacio entre las sábanas.
— ¿Puedo abrazarte? — Dijo finalmente la voz de Niall.
Asentí. Él había entrado otra vez a mi habitación.
Sentí como sonreía y se apoderó de mi cuerpo en un instante, dándome el suficiente espacio para respirar claro.
— Louis dijo que ahora ya no nos podemos acercar a ti. — Susurró. — Will es tu novio, ¿Verdad?
Abrí lentamente los ojos y se encontraron con un mar celeste frente a ellos, estallando una bomba en mis mejillas. No se le podía mentir.
— No es mi novio, Niall. — Alcancé a decir.
— ¿Entonces porqué él puede acercarse tanto a ti?
— Es mi mejor amigo.
Bufó y siguió mirándome. — ¿Y qué somos para ti ahora?
Inclinó su cabeza para chocar nuestras frentes y el pecho subió y bajó como nunca antes. No esperaba esa pregunta. One Direction solo era un grupo que debía investigar. La pesadilla de mis noches en el trabajo. Los chicos que se les subió la fama por la cabeza. Todo eso antes de estar tan directamente con ellos.
Le sonreí por debajo y acerqué mis labios para rozar su mejilla en un beso.
— Eso dímelo tú. ¿Qué soy para ustedes?
Una risa apareció en la habitación y descubrí a Louis en la puerta mirándonos. Niall se sobresaltó y se levantó rápidamente de la cama, dejándome con el frío ahora haciéndose de mi pareja.
— Tiene novio, Potato. — Dijo. — Las chicas ocupadas están en restricción.
Justo cuando el rubio iba a decir algo sobre lo que yo había dicho, grité al ver la hora.
— ¿¡Son las 12!?
Levanté el reloj y ambos me quedaron observando extrañados. A las 12 y media debía de estar con mis maletas listas para tomar el avión junto con el equipo de ellos, y no tenía la menor idea si Will había despertado y comprado un boleto para ir conmigo. La noche anterior no hablamos nada al respecto cuando admirábamos el carnaval pasar por las calles.
Tomé mi cabello con un moño bien alto para que me dejase el cuello libre y agarré lo que se suponía era el set de ropa que Lou me había dejado en el escritorio. Pero cuando estaba dispuesta a sacarme la polera olvidé una cosa. Tenía a dos pares de ojos observándome atónitos.
Volteé con el calor entrando por las orejas.
— ¡Fuera! — Les grité arrojándoles una almohada.
El par rió y salieron de mi habitación. Ni si quiera habían pensado en hacerlo cuando mi polera solo estaba asomando mi cintura. Eran un doble de pervertidos, pensé.
Con una polera en degradado blanca y morada, jeans blancos y zapatos color piel, estaba lista para salir con la maleta.
El verano estaba a solo días de empezar y era una buena manera de que el calor continuara por mi piel a escasa ventilación. Golpeé la puerta de Will y abrió de inmediato con una sonrisa en su rostro y su maleta en la mano. Al parecer estaba preparado.
Llegando el ascensor entramos hablando de las cosas que habían pasado en Nueva York, películas grabando escenas en Times Square, famosos saliendo de discos a altas horas de la noche, y antes de que el ascensor cerrase observé a los chicos caminar hacia nosotros. Levantaron la mirada al vernos y desvié la mía hacia Will. Esto me estaba costando demasiado.
Lou les indicó a sus ayudantes que guardasen mis cosas en el maletero del auto y me despedí de mi compañero para irnos hacia el Aeropuerto Marco Polo. La suerte de ese hotel era que se podía llegar en automóvil, claro.
— Entonces… ¿Se han besado ya? — Dijo la estilista mientras me acomodaba el cabello en el auto.
Sentí la mirada del grupo entero sobre mí y mis mejillas enrojecieron con mucha velocidad.
La pregunta de Lou era directa.
— ¿P-Por qué preguntas? — La miré a los ojos.
— Porque es algo que los novios hacen, ¿O no?
Miré por un segundo a Niall y volví otra vez hacia ella. — No he besado a nadie aún, Lou.
Me sentí la chica más pequeña del mundo acosada por grandes personas como ellos y sus miradas sorprendidas. Harry solo sonrió de hecho, él si sabía sobre esto.
— ¿Y por qué no has recibido tu primer beso? — Preguntó esta vez más emocionada.
Desvié la mirada hacia la ventana del carro y suspiré agotada.
— Porque siempre corro la cabeza antes de que ellos me besen. — Confesé. — Eso sucede cuando la persona enfrente no es la que en verdad… quiero…
Fruncí los labios y me golpeé mentalmente al decir eso. Todo significaba que por Harry o Niall era diferente, y ellos se dieron cuenta avergonzarse luego de escucharme decir eso.
— Una consulta. — Dijo Lou observando nuestra escena con esperanza. — ¿Por qué no lo das ahora con alguno de este quinteto?
¿Alguna vez no dejarían de darme paros cardíacos? ¡Quería matarme del susto!
Toqué mis labios con ambas manos y negué con la cabeza desesperada. Ella no podría estar ofreciéndome besar a alguno de ellos. No.
— ¿Qué estás diciendo? E-Eso… yo no… — Tartamudeé nerviosa. Tenía a todo el contenido del auto atento a mi respuesta y justo cuando creía que iba a estallar, la voz de Zayn los detuvo.
— Para de hacer preguntas tontas, Lou. — Suspiró grande. — Está más que confirmado que no le agradamos.
Dejé caer mis manos a mis costados y miré por la ventana aliviada por su rescate. Pero, ¿De verdad no me agradaban?
— Pues ella a mi si me agrada. — Dijo Niall.
Todos volteamos a verlo. Él se encontraba decidido y dispuesto a seguir hablando. Aun cuando la mirada asesina de sus compañeros de grupo lo querían hacer callar.
Tragó fuerte y soltó finalmente antes de que llegásemos al aeropuerto:
— Me gusta.

Le gustaba a Niall Horan. El irlandés rubio que estuvo a solo segundos de besarme en Venecia. Y lo repito, le gustaba.
— Cállate, Niall. — Dijo Zayn.
Abrí la puerta y salí del auto rápidamente, tomando las maletas recién sacadas del maletero por los ayudantes de Lou. Corrí hacia la entrada y pude divisar a Will llegar en el autobús.
Me abalancé contra él en cuanto me vio aparecer en su campo de vista, abrazándolo como si fuese a desaparecer por siempre de mi vida y nunca más lo volviese a ver.
— No puedo hacerlo, Will. — Dije con la voz entrecortada. — No puedo seguir mintiéndoles…
— Calma, Little ____. — Dijo él acariciando mi cabello. — Dime qué sucedió.
Tomé aire con fuerza y le solté. — Niall confesó que le gustaba.
Mi mano fue envuelta en la de él y me guió hacia una banca dentro del aeropuerto, dejando las maletas a un lado. No iba a llorar, ni si quiera sentía que podría hacerlo.
— Mira, ____. Si le gustas a uno de ellos no significa que tengas que salir huyendo. Solo es una persona nada más.
Negué con la cabeza y agregué. — Lou dijo… que a todos les gustaba…
Tomé mis manos con fuerza y lo miré a los ojos mientras él decía:
— Solo son cinco chicos, ____. Chicos que se sienten atraídos por alguien tan maravilloso como tú.

Will estaría en el asiento A22 de los pasajeros en común, mientras que yo en el asiento de primera clase junto a los tarados.
Al sentarme y mirar por la ventana no dejé de pensar en todo lo que dijo Will. Si era verdad que les gustaba al grupo completo entonces eso respondía muchas dudas en su comportamiento.
Suspiré hecha un lío, no podía creer algo tan imposible.
El peso de alguien cayó a mi lado y por un momento pensé que se trataba de Niall, pero al voltear disimuladamente a averiguarlo el cabello de Liam no salió de mi vista.
— ¿T-Te tocó sentarte conmigo? — Le susurré.
Su mirada chocó con la mía mientras se ponía su cinturón y asintió como si nada estuviese sucediendo, como si no me conociera.
— ¿Es verdad? — Dijo al terminar de sujetarse con seguridad.
Balbuceé un poco y sabía que en algún momento preguntaría eso.
— ¿Es verdad que nunca he besado a nadie? Sí, lo es. — Le solté en un tono enojada. Quería seguir tratándolos de la manera que en el comienzo.
Se pasó su mano por el cabello desordenándolo a la vez que cerraba los ojos pensando en qué decir. Hasta que se le ocurrió:
— No hablaba de eso, ____.... Hablaba de … que si Grif es tu novio.
Wow, lo llamaba por su apellido. Aun cuando nos vio abrazados en la puerta del cuarto de Will seguía preguntándolo. ¿Es que con eso no era suficiente?
Niall sabía que no lo era, porque él se comportaba como un verdadero caballero y ahora entendía el porqué de su actitud. Pero si le contaba a Liam, iría con el chisme a los demás y otra vez se acercarían a mí.
Tenía que estar segura de que no saldría de esa conversación.
— Juguemos a algo. — Le propuse. — Si tú ganas, te responderé 5 preguntas no importa cuál sea. Pero si yo gano, no me hablarás por todo el tiempo del vuelo. ¿De acuerdo?
Confundido asintió. Estaba perdido.
— El juego es este. — Levanté mi palma para entrelazar la suya con los dedos. — Pierde el que se sienta totalmente incapacitado ante la seducción del otro, ¿Entendido?
Liam era muy sensible, y este juego lo había perdido desde el principio. Aun así aceptó.
Con un rápido movimiento me sacó mi cinturón y tomó de mí para sentarme en su regazo, dejándome aturdida ante su acto y a él con una gran sonrisa en el rostro.
¿Qué había sucedido?
Su mano derecha tocó mi cuello y con la izquierda mi cintura, haciendo que toda mi piel se erizara. Pero yo no podía perder así de fácil.
Dejé que mis manos subieran por su pecho hasta su cuello y de ahí hasta su nuca, acariciando el cabello sedoso detrás de su cabeza. Eso lo hizo sonreír más y se inclinó sobre mí para dejar caer su mentón sobre mi hombro izquierdo. Tenía su respiración chocando con mi oído.
— No me subestimes. — Susurró.
Y solo con esa palabra me liberé de él con rapidez. Me había engañado. La risa de sus labios me hizo volver al hecho en que estábamos y me miró satisfecho al devolverme a mi asiento.
— Mentiroso. — Gruñí.
— Ahora mi premio. — Soltó con alegría. — ¿Es realmente tu novio?
Fruncí el ceño y me crucé de brazos para mirarlo con los otros entrecerrados. Mi cabeza negó.
— Lo sabía. — Dijo esperanzado, mientras el puño de su mano se jalaba hacía sí mismo. — ¿Te gusta?
Volví a gruñir y se lo negué. Dejándole aún más marcada su sonrisa.
— ¿De verdad estás enojada?
Lo miré a los ojos y mi ánimo cambió de un momento a otro, no podía verlo sufrir.
— No estoy enojada… — Susurré.
Tomó una de mis manos para soltarme los brazos y entrelazó otra vez nuestros dedos. Era como la vez en que salimos a pasear en bicicleta.
— Me quedan 2. — Se dijo a sí mismo. — Entonces… ¿Sientes algo por alguien?
— Liam…
— Hiciste un trato.
Suspiré enojada por mi estúpida apuesta y dije:
— No sé realmente qué es lo que siento en este momento.
Sus ojos brillaron ante mi respuesta y sin soltar mi mano se acomodó en el asiento. Dispuesto a dormir.
— ¿No me preguntarás algo más? — Le sonreí.
También sonrió y negó con su cabeza para terminar la conversación:
— Mi última pregunta será cuando llegue el momento adecuado.

ENTREGA LA EVIDENCIA Y NADIE SALDRÁ HERIDO [One direction y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora