CAPITULO IV

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Cuando era pequeña, vivía con mis padres, literalmente. Mi padre viajaba por alrededor del mundo descubriendo el arte de cada edificio con el que se encontraba y por lo mismo, es que me gusta la arquitectura. Mi madre es periodista, de los mismos que no tienen demasiado tiempo para su familia, así que prácticamente fui criada por la escuela y los libros que tanto adoraba leer.

Pero ahora, ya tenía la mayoría de edad y me encontraba sentada en el sillón en una de las tantas habitaciones del hotel, con mi bolso apretujado por mis brazos pegado a mi pecho y rodeada por 5 pares de miradas puestas en mí.

— ¿Qué haremos con ella? — Preguntó un molesto Zayn quién se encontraba apoyado en la pared con sus brazos cruzados.

Harry, quién se había recuperado un poco de su borrachera le respondió. — Te dije que era una loca maníaca que solo quería conocer a sus ídolos.

Me apuntó desde lo que pensé era su cama y Louis se me acercó, mientras Niall y Liam observaban atentos por si intentaba escapar desde la puerta.

— ¿En verdad eres una “loca maníaca” como dice Hazza? — Tocó mi mejilla y vi como su mirada penetraba los oscuros lentes que aún llevaba conmigo haciéndome erizar.

Removí su caricia con mala gana y Niall chifló sorprendido ante mi reacción al igual que los demás.

Me saqué el gorro de lana y dejé que mi largo cabello cayera otra vez por mi espalda, bufé enfadada conmigo misma por no haber predicho que atrás de mí en el callejón se encontraba el resto del grupo, y que estarían presenciando la súbita fotografía como evidencia.

— Déjenme salir. — Les pedí, aunque debió sonar más como una orden.

Harry rió desde su posición y Zayn frunció más el ceño. Louis me sonrió y corrió los lentes de mi rostro, dejando por fin mi mirada desnuda ante ellos.

Liam se removió un poco al fijar su vista sobre la mía y la desvió rápidamente, mientras que Niall me sonrió de la misma manera que lo hizo cuando estaba frente a mi habitación en la mañana.

Louis se sentó a mi lado en el sillón y me rodeó los hombros con un brazo para decir. — Aquí tenemos un grave pero lindo problema, ¿No, chicos?

El ruliento asintió a la par con el rubio, aunque solo ellos hicieron un movimiento puesto que Liam seguía evitando mi mirada y Zayn… bueno él me miraba con más odio que aceptación.

— No te preocupes, te dejaremos ir. — Me dijo el mayor de todos.

Le miré sorprendida y pensé por un momento en abrazarle por lo agradecida que me sentía por dejarme salir por fin de la habitación. Removió mi cabello con su mano y dio una pequeña risita que me devolvió al estado de preocupación.

— Pero con una condición.

Lo sabía, nada era tan fácil en esta vida. Asentí.

— Danos esa fotografía y te prometemos nunca hacerte daño.

Quedé hecha una piedra, ¿Pedirme la evidencia? No podía hacerlo. Por fin tenía la prueba con la que Helen me otorgaría su puesto como presidenta de The Next Time, ¿Y querían que lo soltase? No, no lo iba a hacer por nada del mundo, aún si eso significaba quedar encerrada en un cuarto con ellos haciéndome “quién sabe qué”.

Antes de negarles algo mi teléfono sonó, con el mismo timbre que advertía que Hel me requería.

Todos quedaron en silencio y Louis me soltó, levantándose del sillón y sentándose en el de enfrente, esperando al igual que todos que contestase.

ENTREGA LA EVIDENCIA Y NADIE SALDRÁ HERIDO [One direction y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora