ESCÁPATE CONMIGO

Capítulo 4: "El primer mes en el internado"

Después de un muy aburrido día, la noche empezaba a caer en el "Internado Dragón", dos jovencitos se encontraban en sus habitaciones planeando lo mismo "Su plan de escape", ambos jovencitos salieron muy despacio de sus respectivas habitaciones y caminaban sigilosamente por sus respectivos pasadizos buscando algún lugar que les pueda permitir salir de esa prisión en la que se hallaban.

Gokú iba observando detenidamente cada lugar por donde caminaba, hasta que llego al muro con reja que separaba a ambos pasadizos (Hombres y Mujeres), a la distancia pudo ver que la bella jovencita pelinegra se acercaba al lugar donde él se encontraba por la forma como venía caminando pudo deducir que ella estaba planeando lo mismo que él, entonces tratando de no llamar mucho la atención la llamo por su nombre y movimiento de manos.

Milk, escucho muy despacio su nombre en la voz de un hombre, y la jovencita al escuchar su nombre acelero su paso a la distancia y en medio de la luz tenue que alumbraba el pasadizo no podía distinguir bien el rostro del joven que osaba llamarla por su nombre, continuo caminando hasta llegar a la reja que separaba a los pasadizos y se encontró con el odioso jovencito con el que había tenido ya dos encuentros muy desagradables en su opinión.

¿Quieres escaparte?, dijo el joven de cabello alborotado con una adorable sonrisa.

¿Qué tontería estás diciendo?, dijo la bella jovencita en tono de molestia.

¿Entonces qué haces a estas horas caminando por los fríos pasadizos?, dijo el joven de cabello alborotado.

¿Lo mismo me pregunto de ti, Gokú?, dijo la jovencita en tono irónico.

Me aburro encerrado, por eso salí a caminar un poco, dijo con una mano tras la cabeza el joven.

Pues lo mismo me paso a mí, dijo la jovencita con una bella sonrisa, que le hacía sentir cosas extrañas a jovencito.

Será mejor que volvamos a nuestras habitaciones, no vaya hacer que alguno de los vigilantes nos encuentre y luego nos castiguen, dijo el joven.

Sí, eso dice el estúpido reglamento, dijo la bella jovencita con ironía.

Así es preciosa, dijo el joven sin darse cuenta de su impulso al hablar.

Milk, al escuchar esas palabras sintió arder sus mejillas y volteo su rostro y dijo de manera firme: ya me voy hasta mañana y camino lo más rápido que pudo a su habitación.

Minutos después:
Gokú hizo lo mismo, pensando ¿qué a lo mejor no sería tan malo permanecer un tiempo en ese lugar?.

La jovencita pelinegra llegó a su habitación, y se acostó en su pequeña cama, pensando en las palabras del jovencito de cabello alborotado, sintiendo nuevamente arder sus mejillas de solo acordarse de la forma en cómo lo dijo. ¡No¡ ese es un grosero, dijo la jovencita moviendo su cabeza, para poder borrar cualquier pensamiento inapropiado que se presentara en su cabeza.

Semanas después:

El primer mes desde el ingreso de los jovencitos al internado estaba por cumplirse, ambos habían hecho muchos amigos, claro que para su mala suerte muchos de ellos se irían antes que ellos, pero sin embargo la relación entre los dos era muy conflictiva, eran como agua y aceite, no podían estar juntos, siempre que por mala suerte como ellos decían, les tocaba juntos desarrollar alguna tarea terminaban discutiendo, o si se cruzaban en la repartición de alimentos que para desgracia casi siempre llegaban tarde siempre peleaban por ver a quien les correspondería la ración.

Sus amigos pensaban que esa relación tan conflictiva entre ambos era solo por qué ambos pretendían ocultar sus verdaderos sentimientos hacia el otro y se les hacía bastante divertido verlos discutir, en clase o la hora de los alimentos.

No te soporto, dijo la bella pelinegra, dándole un cuadernaso en la cabeza al joven de cabello alborotado y luego saliendo furiosa de la biblioteca.

¿Y ahora que le hiciste?, dijo divertido el pequeño calvo.

Nada, dijo Gokú levantando los hombros.

Ya Gokú porque no aceptas que te gusta, dijo el calvo.

¿Qué dices?, dijo el joven de cabello alborotado, haciendo que todos los que se encontraban en la biblioteca lo mandaran a callar. 

Claro que no, dijo lo más despacio posible, no niego que es linda pero no es mi tipo, dijo Gokú muy seguro de sus palabras.

Como tu digas amigo, pero entonces no hagas que la pobre pierda la paciencia contigo, dijo el calvo.

Lo intentare Krilin dijo el joven de cabello alborotado parándose del asiento y saliendo de la biblioteca.

En los pasadizos del internado:

Ya me tiene harta, decía la bella pelinegra.

Ya amiga cálmate, si tú fueras un poquito más tolerante con él te darías cuenta que es un buen muchacho, dijo la peli azul.

Además es muy apuesto, ¿yo creo que te gusta,?, por eso lo tratas así, dijo la rubia.

Qué tonterías dices Dieciocho, dijo Milk en tono nervioso.

¿Entonces por qué es el único de los chicos que no lo tratas bien?, creo que lo haces por qué tienes miedo de terminar enamorándote de él, dijo la rubia con una sonrisa.

Claro qué ¿no?, dijo la pelinegra con firmeza.

Entonces cambia tú actitud con él porqué sino todos terminaran pensando lo mismo que yo amiga, dijo la rubia con una sonrisa.

Si amiga Dieciocho tiene razón, dijo Bulma.

Está bien tratare de ser más tolerante con ese tonto, dijo la pelinegra.

Horas después:

La jovencita iba caminando por los pasadizos para volver a su dormitorio, cuando a lo lejos vio al jovencito de cabello alborotado, haciendo una rutina de calentamientos básica para jóvenes que practican artes marciales, luego lo vio lanzar algunos puñetazos y patadas al aire, luego Vegueta se le acerco y juntos partieron hacia una de las habitaciones de ese pasadizo.

¿También practica artes marciales?, pensó la jovencita mientras una sensación extraña sintió dentro de su corazón.

Vamos a entrenar en nuestro cuarto secreto, dijo Vegueta a Gokú, entrando a una abandonada habitación que se encontraba en su pasadizo, en donde ya se encontraban otros jovencitos amantes de las artes marciales como: Piccolo, Krilin, Yamcha y Ten.

A entrenar dijo Gokú con una bella sonrisa.