Capítulo 9: "El castigo"

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Un par de pelinegros habían sido llevados a unas celas de castigo. El espacio era pequeño y frio, no había una cama, solo un colchón con una pequeña y fría colcha. 

único que escucharon ambos jóvenes en sus respectivas celdas fue: aquí estarán por una semana por su insolencia, no verán a nadie, sus alimentos los recibirán aquí, dijo un hombre robusto antes de retirarse.

En el cafetín del internado:

¿Pero cómo se les ocurrió?, dijo la peli azul preocupada.

Yo le advertí al insecto, dijo Vegueta.

¿Querían huir juntos?, decía intrigada la rubia.

Eso parece ¿no?, son unos tontos debieron de esperar, ahora estarán encerrados por una semana, totalmente incomunicados, decía con tristeza Krilin.

Sí y nosotros no podremos hacer nada para ayudarlos, dijo con tristeza la peli azul.

Ellos mismos se lo buscaron, ya cambiemos de tema, dijo Vegueta ya harto de hablar de lo mismo.

Celda de Milk:

¿Qué me paso?, ¿por qué no pude aprovechar mi oportunidad y huir?, pensaba la pelinegra.

No, podía dejarlo, era el sueño de los dos salir de aquí, decía la jovencita mientras unas lágrimas rodaban por su mejilla.

Celda de Gokú:

Debí hacerle caso a Vegueta, ¿por qué siempre termino cediendo ante ella?, se lamentaba el jovencito.

Será ¿por qué en realidad me gusta como dicen ellos?, no, no, no, tengo que alejar estas tontas ideas de mi cabeza, decía el jovencito moviendo sus cabeza para ambos lados.

3 días después:

Ya tres días habían transcurrido desde que fueron llevados a esas frías celdas como castigo. Como ambas celdas se encontraban contiguas ambos jóvenes para poder sentirse acompañados se comunicaban por golpes suaves a través de la pared, a cada momento para poder así evitar caer en desesperación.

Gracias, decía la jovencita mientras entregaba la fuente con su alimentos.

De nada señorita, dijo el hombre mientras recibía la fuente y se retiraba.

La bella pelinegra se fue a sentar sobre el colchón, mientras pensaba: solo faltan 4 días, estos tres días han sido los más tristes de mi vida, no he podido conversar con nadie, no he podido practicar las artes marciales, este cuarto es muy frio y sobre todo no he podido volver a ver tu bella sonrisa Gokú, ¡te extraño¡ dijo la bella jovencita pelinegra.

Mientras tanto: "Celda de Gokú"

El joven de cabello alborotado se encontraba acostado en su colchón pensando: ¡te extraño Milk¡, tanto como extraño practicar artes marciales, pensaba mientras una sonrisa aparecía en su rostro.

Joven sus alimentos, escucho, Gokú se acerco a recibir su cena através de una pequeña ventana que había en la fría celda, luego con su fuente se dirigió al colchón para sentarse a comer los alimentos que ya estaban bastante fríos.

Días después:

La semana de castigo al fin llegaba a su fin, los encargados de las celdas fueron abrir las pequeñas puertas dejando salir al par de jovencitos de las mismas.

Ambos jóvenes se miraron y sonrieron pero no pudieron decirse más ya que los vigilantes se los llevaron a sus respectivas habitaciones.

Al día siguiente:

Después de una tortuosa clase de química, los jovencitos se encontraban almorzando en el cafetín del internado.

Al menos ya les sirve de lección para que no vuelvan a intentarlo, decía Krilin.

Si amiga, te extrañamos mucho decía la rubia mientras le daba un abrazo a la pelinegra, uniéndose al mismo la peli azul.

Escuche que mañana ingresan un grupo nuevo, dijo el joven cabello de flama con molestia.

¿Solo hombres o también chicas?, pregunto Krilin, recibiendo un codazo de la rubia.

¡Ay¡...., se quejaba el calvo, ante la risa de sus amigos. Yo solo quería saber la información completa, trataba de excusarse.

Dos mujeres y un hombre, dijo el joven cabello de flama.

¿Y cómo es que tu sabes eso?, dijo con intriga Gokú.

Cómo soy el que más tiempo lleva aquí, he hecho mis contactos dijo con una sonrisa de lado.

¿Y por cuánto tiempo se quedarán?, preguntaba curiosa la pelinegra.

No creo que por mucho les falta muy poco para cumplir los 18 años, es solo que sus padres les quieren dar un escarmiento, dijo el joven cabello de flama.

Por la noche: "cuarto secreto"

Eso es todo, ya me voy tengo mucho sueño, decía un cansado Krilin, que se retiraba del cuarto tallándose los ojos, ante la sonrisa divertida de los tres únicos jovencitos que quedaban entrenando.

Creo que yo también iré a descansar y creo que ustedes deberían hacer lo mismo, dijo el joven cabello de flama mirando a ambos jovencitos pelinegros.

No, necesito recuperar el tiempo perdido, decía el pelinegro mientras daba puñetas y patadas al aire.

Lo mismo yo dijo la pelinegra imitando la acción de su amigo.

Ustedes dos son imposible, pero no se queden hasta muy tarde, no vaya hacer que los descubran y les vaya peor decía el joven cabello de flama retirándose del lugar.

Milk, dijo Gokú dejando de practicar un rato.

¿Dime Gokú?, ¿qué sucede?, dijo preocupada la pelinegra.

Hace algún tiempo he querido preguntarte algo que me inquieta, dijo el jovencito acercándose a la bella pelinegra.

¿Qué?, dijo la jovencita nerviosa.

¿Tú te escapabas de tu casa para ir a entrenar a los gimnasios de la ciudad por las noches?, pregunto el joven de cabello alborotado.

Sí, ¿cómo lo sabes?, dijo la jovencita intrigada.

¿Por qué creo que ya te había visto luchar antes?, dijo el joven.

Yo también sentí lo mismo cuando luche por primera vez aquí contigo, dijo la pelinegra.

Un día antes de ingresar aquí fui al gimnasio "Satán", por la noche y luche con una joven enmascarada muy talentosa, dijo Gokú con una sonrisa.

¿Tú eras el joven de la máscara con el que luche?, dijo con sorpresa la pelinegra.

Sí dijo con una de sus bellas sonrisas Gokú, que tanto extrañaba ver Milk.

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