Señor, señor, gritaba desesperada una de las criadas de la mansión Ox, la niña se ha vuelto a escapar por la ventana de su habitación decía la mujer.
¿Qué haré con esta niña?, decía frustrado el gigantesco hombre tomándose la cabeza.
Señor, yo creo que la niña necesita un internado, dijo la criada.
Si, algo así me dijo el terapeuta, mañana le pediré que me recomiende uno, yo solo ya no puedo con su crianza, decía desesperado el hombre. Tendré que bajar a decir a los invitados que mi hija se siente mal, dijo con molestia el padre de la fugitiva.
Mansión Saiya:
No puede ser Gine, otra vez se escapó, decía molesto un hombre maduro de cabello alborotado.
Bardock, ya no se qué hacer con él, siempre se escapa cuando tenemos visita o tenemos que ir a alguna invitación, decía Gine.
No solo en esos casos Gine, tampoco está asistiendo a la escuela, ya le he dicho que se olvide de esas malditas artes marciales, dijo furioso el hombre.
Amor, porque no seguimos el consejo del terapeuta y lo mandamos a un internado, dijo con tristeza la bella mujer.
Mañana mismo le pediré al terapeuta que nos dé el nombre del mejor internado de Japón dijo el hombre.
No entiendo ¿porqué es así?, Raditz es muy distinto a él decía la bella mujer.
Lo consentiste demasiado por ser el menor, dijo con molestia el hombre maduro.
En un modesto gimnasio en Tokio:
Una bella pelinegra vestida con un enterizo negro se sujeta el cabello posteriormente se coloco una máscara, así nadie me reconocerá para que luego no le vayan con el chisme a mi padre pensaba la jovencita.
Mientras tanto:
En otro ambiente del mismo gimnasio, otro jovencito hacia lo mismo, se encontraba con un traje de combate naranja y se encontraba colocándose una máscara.
Luego de algunos minutos ambos jovencitos salieron de sus respectivos camerinos y se dirigieron por el pasadizo cruzándose en su trayecto. Ambas miradas se conectaron de manera simultánea al verse los dos enmascarados daban gracias que ninguno de los dos puedan percibir el rubor que se estaba formando en sus mejillas ante la vergüenza de sentir el contacto visual del otro, dejaron de mirarse y continuaron su andar en direcciones opuestas pero que les llevaría a un solo punto la plataforma central del gimnasio.
Ambos jovencitos se volvieron encontrar en la plataforma y como era su costumbre empezaron a luchar con quien esté dispuesto con tal de hacer lo que ellos les fascinaba practicar "artes marciales". Sin darse cuenta ambos jóvenes terminaron luchando juntos dando una gran demostración de todo su talento ante la mirada de todas las personas reunidas esa noche en el gimnasio. Al acabar su batalla se dieron las gracias con una inclinación ninguno pronuncio palabra alguna y volvieron a sus respectivos hogares.
Siguiente día:
Buenos días señor Ox, decía el terapeuta.
Buenos días doctor, dijo un hombre maduro de cabello alborotado que acababa de llegar al consultorio junto a su bella esposa.
Buenos días señores Saiya, dijo el terapeuta.
Doctor, dijo el gigantesco hombre, necesito hablar con usted urgentemente.
Nosotros también necesitamos con urgencia su ayuda dijeron los señores Saiya.
Haber pasen, sus casos son iguales y me imagino a qué vienen dijo el hombre haciendo pasar a sus tres clientes. ¿Necesitan un internado verdad?, dijo el terapeuta.
Si doctor, dijeron los tres a coro.
Tomen, aquí tienen la dirección y los teléfonos del mejor internado de Japón, la idea es que sus hijos vayan allí para que les ayuden en sus conductas, no será por mucho tiempo solo algunos meses, a parte allí podrán seguir sus estudios para que así no se vean afectados y en cuanto salgan vayan directo a la universidad, pero ustedes tienen que venir cada 15 días para que me vayan diciendo cómo va la evolución de sus hijos y para sus terapias de padres, dijo el terapeuta entregándoles una tarjeta.
Claro doctor así lo haremos dijo el maduro hombre de cabello alborotado.
Así lo haré doctor dijo el gigantesco hombre.
Entonces tienen que iniciar los trámites del internado lo antes posible dijo el terapeuta.
1 Semana después:
¿A dónde vamos padre?, decía una bella pelinegra, que llevaba un conjunto de cuero negro (Casaca y minifalda) y botas negras largas hasta las rodillas.
Hija a partir de ahora vas a ir a estudiar a un internado dijo el hombre que conducía su auto a gran velocidad.
¿Internado?, dijo la joven pelinegra.
Mientras en casa de los Saiya, pasaba algo similar:
¿Y para qué tantas maletas mamá?, ni que me fuera de viaje, decía el jovencito de cabello alborotado, que llevaba puesto un polo color azul y un pantalón flojo rojo, además llevaba botines negros.
Sube al auto ya, decía furioso su padre.
Está bien, decía con molestia el jovencito.
Cuídate mucho mi hijito bello decía su madre mientras veía partir el auto de su esposo que llevaba sin que su hijo supiera al internado.
¿Y a dónde vamos de viaje papá?, dijo el joven de cabello alborotado?.
Vamos, me suena a muchos Gokú, vas que es distinto, y no vas a ningún viaje sino a un internado, dijo furioso el hombre.
¿Internado?, dijo con sorpresa el joven de cabello alborotado.
ESTÁS LEYENDO
ESCÁPATE CONMIGO
Novela JuvenilDos jóvenes rebeldes son internados por sus padres en un reformatorio para darles un escarmiento por sus constantes actos de indisciplina y desobediencia. En un principio la relación entre ambos jóvenes será muy tormentosa con el transcurrir del tie...