-Aini despierta.- La voz de mi madre sonaba en mi cabeza como un sin fin de campanas vibrantes.
-¿Qué pasa?- dije aún medio dormido.
-¿No lo recuerdas? Hoy es Navidad,- dijo mi madre entusiasmada.
Había olvidado la fecha favorita de la gente, o al menos de la mayoría, para mi era Halloween y lo más importante es que había conocido a Matthew esa fecha. Sentí nostalgia al recordar ese día, la fiesta, la gente, me sentía tan bien.
Y el primer beso que tuve en mi vida, jamás le diré a Matthew que fue con él.
Me avergonzaba tanto, tenía veintiún años y no había besado a nadie en la vida. Las personas normales lo hacían desde los doce ¿no?, pero yo era un fraude para loa sociedad.
-¿Vienes a comprar conmigo o te quedas?- dijo mi madre.
-Iré si me dejas bañarme.- dije levantándome de la cama.
-Tienes veinte minutos.
-Vale.
Tomé una ducha rápida y salí a trompicones del baño. Me puse un suéter negro y pantalones deportivos del mismo color. Las horribles botas de lana que me había regalado la abuela eran mi último recurso. Bajé a la velocidad de la luz y mi madre me miró sorprendida.
-Dieciocho minutos, bien hecho.
-Gracias.- dije.
Mi madre me miró detenidamente.
-Ese suéter resalta el color de tus ojos.- dijo.
-No sabía que el negro resaltaba el azul.
-Bueno tus ojos son casi transparentes y tu cabello es muy oscuro así que resaltan con tu piel de porcelana.- dijo mi madre exagerando la voz.
-Basta de halagos, todo lo saqué de ti.
-Puedo agradecer a los dioses por eso.
-Aunque tu eres tan delicada.- dije con la voz baja, pero aún así mi madre pudo oírme.
-Sí, siempre he parecido así.
-Yo no parezco una chica.- dije sin pensar mucho.
-Ni cuando naciste parecías una.
-¿En serio?- dije sorprendido.
-En serio,- mi madre reía,- tus abuelos creían que eras varón hasta los doce.
Ambos nos reímos. Podía recordarlo, era cierto.
-Siempre lo supe, Aini.
Mi madre me sonreía con ternura. Hizo un gesto con la cabeza y salimos a comprar.
-¿Qué te parece este?- dijo mi madre sujetando un vestido.
-El negro está más bonito.- dije.
Mi madre comparó los vestidos, sé que el dorado le gustaba más, pero el negro le quedaba mejor.
-De todas formas mamá ¿por qué tenemos que comprar ropa? nunca salimos en Navidad.
Mi madre sonreía de oreja a oreja.
-Ay no...
Yo no quería confirmar mis sospechas, pero de todas formas ella lo hizo.
-Iremos a casa de tu tía Katherine.
No, no, no, por favor trágame tierra.
Puse cara de pocos amigos y mi madre me tomó de los hombros.
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BOYS (PENDIENTE EDITAR)
Novela JuvenilAini tiene problemas para hacer amigos y no es sólo su incapacidad para socializar lo que le impide abrirse al mundo, es su pequeño secreto. Por suerte Matthew llega a su vida en el momento justo, pero ¿Será Aini lo suficientemente fuerte para afron...